Una paciente se somete a una diálisis.

Una paciente se somete a una diálisis.

Salud

El alarmante ascenso de las muertes por insuficiencia renal en España: crecen un 10% en un año y "el tsunami está por venir"

La enfermedad renal crónica será, junto al alzhéimer, la primera causa de muerte a finales de siglo.

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Cáncer y enfermedades del sistema circulatorio son responsables de algo más de la mitad de las muertes en España, según los datos adelantados por el Instituto Nacional de Estadística. Pero la causa de mortalidad que más está creciendo es la enfermedad renal crónica.

En 2024 murieron 8.846 personas por esta causa, que antes se conocía como insuficiencia renal: 54,2% de ellas fueron mujeres; 45,8%, hombres.

Está en un discreto puesto 12 de entre las 15 causas principales de muerte en España. El número de defunciones está lejos de las 23.239 por cáncer de pulmón, las 26.851 causadas por enfermedades isquémicas del corazón, o las 18.547 por insuficiencia cardiaca.

Pero las muertes por enfermedad renal son las únicas que han aumentado dos dígitos: un 10,3% en tan solo un año. En el último lustro, lo han hecho un 20,3%.

"Es muy preocupante", considera José Luis Górriz, jefe de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia. "Estos datos deben movernos a actuar ya, es un tsunami que está por venir y, si no hacemos nada, nos va a arrasar".

Porque, mientras que el cáncer y las enfermedades cardiovasculares han avanzado mucho en la detección precoz y el tratamiento, no ha pasado lo mismo con la enfermedad renal.

La previsión de los expertos, señala Górriz, es esta condición sea la primera causa de muerte, junto al alzhéimer, a finales de siglo.

Se calcula que uno de cada siete adultos españoles tiene enfermedad renal crónica. Se trata de una estimación, porque la falta de síntomas de la patología en sus primeras fases hace que pase indetectada durante mucho tiempo y la única alternativa que queda es la diálisis.

Eso, cuando llegan. "Hay seis veces más probabilidades de morir por enfermedad cardiovascular que de llegar a la diálisis", afirma el nefrólogo.

En una década, el número de nuevos pacientes que necesitan tratamiento renal sustitutivo —es decir, diálisis— ha aumentado un 11,6%.

Este incremento se debe a tres factores. El primero, el aumento de la esperanza de vida y de la supervivencia a otras enfermedades (como el cáncer y las cardiovasculares), muchas veces gracias a tratamientos que dañan el riñón.

El segundo es la obesidad. "Es un problema importantísimo de salud, ya que produce más albuminuria, más proteinuria, se mueren más nefronas... Hace que la enfermedad renal progrese más rápido".

La diabetes es el tercer factor de este aumento. Al igual que la hipertensión, tiene una relación muy estrecha con la enfermedad renal, y su incremento en los últimos años va ligado a un aumento de la disfunción del riñón.

Diferencias entre hombres y mujeres

En los últimos 20 años, las muertes por enfermedad renal crónica han aumentado un 55%. Mientras que antes se repartían a partes iguales entre hombres y mujeres, en estas han ido creciendo a un ritmo paulatinamente mayor.

Se da la paradoja de que, tradicionalmente, la patología estaba más asociada a los hombres. La adopción de estilos de vida perjudiciales (como el tabaquismo) y la mayor esperanza de vida de las mujeres han ido cambiando el panorama.

La tasa de mortalidad varía notablemente según la comunidad. Asturias registra la mayor, con 29,5 defunciones por cada 100.000 habitantes, mientras que Madrid tiene la menor: 10,5 muertes.

"Hay una relación directa con el envejecimiento de la población", explica Emilio Sánchez, jefe de Nefrología del Hospital Universitario Central de Asturias y presidente de la Sociedad Española de Nefrología.

Asturias es la comunidad más envejecida: por cada menor de 16 años hay 2,5 mayores de 64. Madrid tiene uno de los índices más bajos de envejecimiento, de 1,26 mayores de 64 por cada menor de 16.

Hay otros condicionantes. "En Asturias y otras regiones que estuvieron industrializadas tenían una mayor contaminación. También pueden afectar los estilos de vida, como el tabaquismo o la obesidad, pues esto varía de región a región".

En la actualidad, el único tratamiento curativo es el trasplante de riñón. Las personas que están en espera de uno o no son candidatos a recibirlo (por su avanzada edad, por norma general) se someten a diálisis.

Dado el aumento de la enfermedad, "satisfacer la demanda de trasplante va a ser cada vez más difícil", admite Górriz.

El nefrólogo va más allá: "La diálisis cuesta unos 40.000 euros al año, no es lo ideal. Lo que hay que hacer es buscar a aquellos con la enfermedad en fases tempranas y tratarlos con fármacos: desde hace 5 o 6 años tenemos opciones que han mejorado el pronóstico de los pacientes".

Hasta el año pasado, la enfermedad renal estaba ausente de las estrategias nacionales para abordar los grandes problemas de salud.

"Hay un plan del cáncer, del sida, de las enfermedades cardiovasculares... Pero no de la enfermedad renal porque no da síntomas, ni siquiera cuando el paciente está a punto de la diálisis".

Górriz explica que sería fácil idea una estrategia de cribado (mediante un análisis de sangre u orina) que busque la patología en población de riesgo: personas mayores de 60 años con diabetes, hipertensión, obesidad o enfermedad cardiovascular.

De hecho, "nosotros hemos creado un programa de cribado automático con un mínimo coste, un algoritmo para pacientes en riesgo, y en un año hemos detectado 5.000 pacientes en estadios iniciales y otros 800 con alto riesgo de diálisis".

"Necesitamos actuar ya, tenemos las herramientas para detectar a los pacientes y los fármacos para tratarlos. No hay que pensar en la diálisis o el trasplante, hay que llegar antes. La detección de la enfermedad renal en personas de riesgo es sencilla y cuesta menos que un café".