Implacable. Así fue el estreno de Carlos Alcaraz en Roland Garros. Sin miramientos, el tenista murciano fue un vendaval que arrolló a Zeppieri (3-6, 4-6, 2-6) en tres sets para solventar por la vía rápida el pase a la segunda ronda del torneo parisino.
Su inicio hacia la reconquista del Grand Slam fue inmejorable. No dudó en ningún momento, no tuvo altibajos y demostró por qué es uno de los grandes favoritos al título.
Bien es cierto que no tuvo demasiada oposición. Zeppieri no exigió mucho, pero el tenista español demostró estar muy centrado en su labor. Ganó sensaciones, no se cansó en exceso, y dio el primer paso para volver a revalidar el título.