
Novak Djokovic se queja de la lluvia durante su partido de primera ronda contra Mackenzie McDonald
Las dos versiones de Djokovic: sin brillar con Andy Murray y la apisonadora con Dusan Vemic en el refugio de Roland Garros
El serbio ha recuperado la confianza en su tenis sobre el asfalto de la tierra batida y ha vuelto a posicionarse como uno de los favoritos a ganar el segundo Grand Slam del año.
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La trascendencia en las decisiones de Novak Djokovic es cada vez mayor debido al punto en el que se encuentra en su carrera deportiva. A sus 38 años, el serbio ha decidido desprenderse de Andy Murray como entrenador seis meses después de haberle 'fichado' y ha recuperado a Dusan Vemic.
El capitán del equipo serbio en la Copa Billie Jean King conoce de primera mano cómo es el tenista con más Grand Slams de la historia. Djokovic necesitaba soluciones urgentes y ha apostado por alguien de su círculo más cercano: "Es como de mi familia", reconocía el serbio cuando le incorporó en 2017 a su equipo de trabajo por segunda vez en su carrera.
A raíz de los últimos resultados, el 'efecto Vemic' ya se ha hecho notar en el juego del jugador serbio. Desde que ganó las ATP Finals en noviembre de 2023, Djokovic no había vuelto a ganar ningún trofeo del circuito. El pasado 24 de mayo consiguió, por fin, ganar el título número 100 en su carrera.
El ATP 250 de Ginebra era la primera prueba a la que se enfrentaba Novak después de haber terminado su relación con Andy Murray y el primer examen al que se enfrentaba Dusan Vemic. No obstante, el resultado fue inmejorable puesto que el serbio volvió a ganar. Su última alegría fue en la final de los Juegos Olímpicos ante Alcaraz, desde entonces había encadenado una decepción tras otra.
El serbio tuvo un comienzo de temporada para olvidar con un desgarro muscular en el muslo izquierdo que arrastraba desde la cita olímpica y que le impidió disputar las semifinales ante Zverev en Australia, además de las debacles en Doha, Indian Wells, Miami, Montecarlo y Madrid.
Capacidad de resiliencia
La victoria en Suiza tuvo más efectos secundarios de los esperados. Djokovic ganó confianza en el asfalto de la tierra batida después de haber sido eliminado a las primeras de cambio en Mónaco y en la capital española. Su declive era evidente, pero en Roland Garros ha vuelto.
Dos partidos y dos victorias en París, pero no solo eso, el serbio todavía no ha cedido ningún set. Mackenzie McDonald y Corentin Moutet han sido sus primeras víctimas. De hecho, el partido ante este último tuvo en su nacionalidad el gran aliciente. El francés jugaba en casa y la Suzanne se volcó con él, sin éxito. Djokovic sacó el rodillo.
En dieciseisavos de final y en la Philippe Chatrier como testigo, tratará de sellar su billete a los octavos de final, lo que supondría convertirse en el escenario donde ha ganado más partidos. Actualmente, en la tierra de París se ha llevado la victoria en 98 ocasiones, uno menos que en el Open de Australia, y uno más que en Wimbledon. En el US Open tiene 90 triunfos.
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) May 29, 2025
🇷🇸 Djokovic gana a Corentin Moutet en tres horas de partido tras algunas complicaciones en la última manga
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Djokovic ha encontrado en Roland Garros su refugio después de muchos meses de dudas. El tenis que está mostrando en la 'Ciudad de la Luz' por el momento es superlativo, sin dar ninguna opción a sus rivales. Filip Misolic es el próximo escollo en su camino hacia la final.
A pesar de no encontrarse al 100% y el dominio de la nueva generación de tenistas liderada por Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, el serbio no se achanta. Cada vez va a ser más difícil ganar el Grand Slam número 25 y no hay otra cosa que le quite más el sueño.
La ruptura con Murray
El pasado 13 de mayo saltó la bomba. 'Nole' separó sus caminos con Andy Murray tan solo seis meses después de que el británico se convirtiera en su entrenador. Su unión antes del Open de Australia fue un bombazo dentro del circuito y su separación no dejó indiferente a nadie.
Como en todos los deportes, el tenis depende de los resultados y Djokovic no consiguió los suyos en su alianza con el británico. Los dos acordaron mantener su unión en función de los resultados que fuera obteniendo el balcánico.
Su papel en el primer Grand Slam del año fue bueno, alcanzó la semifinal, y desde entonces el Masters 1.000 de Miami fue la única vez en la que se acercó a su nivel de juego habitual. "Teníamos la sensación de que no podíamos sacar más rendimiento en la cancha de esta asociación", reconoció en la previa del ATP de Ginebra.
Tras esta decisión anunció que Dusan Vemic y su ayudante, Boris Bosjankovic, serán sus entrenadores. No obstante, esta nueva alianza no tiene fecha de caducidad. Todo dependerá de su rendimiento en Roland Garros, después deberán sentarse a tomar decisiones.
"Este es un capítulo diferente en mi vida y trabajo para adaptarme a ello y progresar en esta situación. No estoy acostumbrado a este tipo de situaciones, con dos eliminaciones tan tempranas, a la primera, como pasó en Montecarlo y Madrid. Es algo que no me ha pasado en veinte años. Pero era consciente de que ese momento podía llegar", confesó Djokovic.

Djokovic, en la final ante Hurkacz del ATP de Ginebra. Reuters
Sobre el asfalto de la tierra batida de París, 'Nole' quiere seguir ampliando su legado. Quién sabe si será su último Roland Garros. Su cabeza y su físico dictarán sentencia. Mientras tanto, estando Djokovic en una pista de tenis, nunca se le puede dar por muerto. Todavía le queda su penúltima resurrección.