
Spike Lee en la rueda de prensa del Festival de Cannes. Foto: EFE/EPA/CLEMENS BILAN / POOL
Festival de Cannes: Spike Lee convierte un clásico de Kurosawa en carta de amor a Nueva York
El cineasta ha comparecido en rueda de prensa junto a Jeffrey Wright, coprotagonista junto a Denzel Washington de la frenética y desigual 'Highest 2 Lowest'.
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La sexta película con la que Spike Lee (Atlanta, Georgia, Estados Unidos, 1957) participa en la Sección Oficial de Cannes es una carta de amor a Nueva York, a la industria musical, al baloncesto y al cine, pero también una muestra de afecto a su actor fetiche, Denzel Washington, con quien se reencuentra casi 20 años después de su último título juntos, Inside Man (2006).
El doblemente oscarizado actor –en la categoría de reparto por Tiempos de gloria (Edward Zwick, 1989) y en la de protagonista por Training Day (2001)- ha sido el gran ausente en la rueda de prensa, pero durante su breve visita anoche, entre dos representaciones del Othello que está protagonizando con Jake Gyllenhaal en Broadway, el festival le hizo entrega por sorpresa de una Palma de Oro de Honor.
Sobre su "hermano", Lee ha opinado que la estatuilla a Al Pacino en 1993 por Esencia de mujer (Martin Brest) fue injusta. "Lo que hizo Denzel en Malcolm X fue increíble. Sin faltarle el respeto a Al Pacino, al que adoro".
Highest 2 Lowest es una adaptación del thriller psicológico de Akira Kurosawa Cielo e infierno (1963). En esta nueva versión, Washington da vida a un magnate de la industria musical en la línea de Quincy Jones que ha de enfrentarse a un dilema ético cuando el hijo de uno de sus empleados es secuestrado por unos delincuentes que lo confunden con su propio hijo. En la trama original, el maestro japonés exploraba con gravedad las disparidades sociales a través de la figura de un rico industrial. Aquí hay frenesí, rap y desparrame.
El coprotagonista de la cinta, Jeffrey Wright, ha valorado positivamente la extrapolación de la trama a Nueva York, porque la realidad contemporánea permite abrir un debate entre el dinero y el amor: "En el mundo que hoy vivimos todo está a la venta, pero podemos hacerlo mejor. No todo pueden ser decisiones basadas en los negocios. Venimos de una tradición como la que se plasma en Malcolm X, donde lo importante era pensar en qué podías hacer por tu comunidad. Necesitamos volver ahí".
Ang Lee fue cómplice y Jim Jarmusch, su ídolo
"Durante la película, Denzel repite dos veces que todo el dinero no siempre es un buen dinero. La trama es una reflexión moral sobre el valor que le damos a las transacciones", le ha secundado el director afroamericano, para luego aclarar que la idea de la revisión del clásico no partió de él, sino que fue un proyecto que cayó en muchas mesas de guionistas y directores hasta llegar a su regazo. En su decisión pesó su cinefilia, que ha cultivado durante tres décadas de docencia en la Universidad de Nueva York, "la mejor escuela de cine del mundo".
En el encuentro con los medios ha destacado que varios de sus alumnos están presentes este año en Cannes. Uno de ellos, de hecho, es valenciano, Joecar Hanna, que participa a concurso en la sección La Cinef con el corto Talk Me, que Spike ha producido.
Durante sus estudios en ese mismo centro, el afroamericano coincidió con Ang Lee, quien ejerció de asistente de dirección en el rodaje de su película de estudios, Joe's Bed-Stuy Barbershop: We Cut Heads (1983).
"El profesorado nos enseñaba lo básico -ha recordado-, pero nosotros solo queríamos tener acceso al equipo para ponernos manos a la obra. Jim Jarmusch iba dos años por delante, y cuando estrenó Extraños en el paraíso (1984) nos hizo creer que dedicarnos al cine era posible. Lo amamos, ya entonces tenía el pelo blanco, nos abrió el camino".
En su cine rinde homenaje a los cineastas y las películas que le han inspirado. En este caso, hay una secuencia desenfrenada donde replica la escena de la persecución protagonizada por Gene Hackman en The French Connection (William Friedkin, 1972).
Jeffrey Wright hace doblete en Cannes
En opinión de Jeffrey Wright, "nadie expresa Nueva York como Spike". El aludido se ha revuelto contra ese parecer citando a Scorsese y también Tarde de perros (Sidney Lumet, 1975), pero el actor ha proseguido desarrollando su argumento: "A los siete años vi Tarde de perros y es cierto que fue una invitación para ir a la ciudad de los rascacielos, pero Spike tiene una conexión íntima con Nueva York. En esta película retrata el Bronx, Brooklyn y el metro en Manhattan, y en cada uno de los barrios recibía el amor de la gente".
En el elenco de Highest 2 Lowest también se encuentra su hijo, Elijah Wright. El intérprete ha contado cómo se enteró de que iban a trabajar juntos: "Denzel me llamó después de una audición y me dijo: 'Lo hemos intentando, pero no hay química entre nosotros. Quizás a la próxima'. Entonces, le respondí: 'Tío, me estás llamando desde su teléfono, deja de bromear conmigo'".
Se da la casualidad de que el protagonista de la serie Westworld se encuentra por partida doble este año en la Sección Oficial: también forma parte del reparto de La trama fenicia. Ambas se rodaron al mismo tiempo y Jeffrey Wright considera que son un buen contrapeso, ya que mientras la comedia de Wes Anderson trata sobre la relación entre un padre y su hija, la de Spike Lee pone el foco entre padres e hijos.
El actor ha salido al quite del cineasta cuando se le ha preguntado por la influencia de las redes sociales en la deriva de polarización que está viviendo Estados Unidos. Spike Lee ha comenzado diciendo: "Teniendo en cuenta el presidente que tenemos…". Después ha murmurado algo ininteligible para terminar zanjando: "Mi mujer me ha dicho: 'Spike, sé muy cuidadoso con lo que dices', y yo no voy a demonizar la forma".
Wright le ha tomado el testigo y se ha explayado más: "Hay razones para que los desarrolladores de estas nuevas tecnologías no dejen que sus hijos participen en redes sociales: no han sido creadas para el bien común. Eso se refleja en la forma en que se usan para manipular comportamientos, predecirlos y convertirnos en herramientas para su propio beneficio. El mundo está dividido y resulta difícil ponerse de acuerdo en los hechos. El tejido social actual está manipulado políticamente y las redes nos aíslan. Nada que ver con el disfrute colectivo de ver una película: podemos no estar de acuerdo en si nos ha gustado o no, pero sí en la experiencia compartida".