Ábalos y Koldo, este lunes, en el Tribunal Supremo.

Ábalos y Koldo, este lunes, en el Tribunal Supremo. Europa Press

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Ábalos se somete a la estrategia de Koldo por temor a que su exasesor airee nuevos audios que le comprometen

El asesor advirtió a su antiguo jefe de que conserva más grabaciones y frenó así su intención de tirar de la manta y admitir las 'mordidas' y los amaños.

Más información: Ábalos, dispuesto a colaborar con la Justicia tras su 'domingo de reflexión'; Koldo, a la espera "con más grabaciones"

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No guardó silencio, pero tampoco tiró de la manta. El exministro José Luis Ábalos declaró este lunes en el Tribunal Supremo. Allí, negó tajantemente haber recibido comisiones ilegales a cambio de amañar adjudicaciones en Transportes.

La expectación generada por su interrogatorio se desvanecía al filo del mediodía, cuando, tras hora y media ante el juez, Ábalos no sólo no había admitido estas mordidas, sino que había deslizado que las grabaciones de audio que le implican pueden haber sido adulteradas.

Que no se reconoce en las mismas, que no es su voz, que no sabe si los audios "son fieles" y o han sido tratados, vino a decir.

De esta forma, quedaba sellado el pacto del exministro con Koldo García. Su antiguo asesor en Transportes, además de autor de esos audios, fue quien más le insistió en las últimas horas al exministro para que no declare. Le advirtió con que existen más grabaciones.

Durante el pasado fin de semana, se expandía el runrún de que Ábalos, antiguo número tres del PSOE, se abría a colaborar con la Justicia, que iba a tirar de la manta.

Ello supone reconocer sus propios delitos y favorecer que la investigación judicial descubra otros y se dirija contra sus responsables. Lo hizo, por ejemplo, Luis Bárcenas, extesorero del PP, en 2013, ante el juez Pablo Ruz.

Pero, finalmente y tras varias idas y venidas, con Ábalos no ha sido así. Pese a que el exministro admitía, al inicio de su interrogatorio en el Supremo, su voluntad de "colaborar", negó la mayor.

No reconoció ninguna mordida. Tampoco apuntó a ningún otro miembro del Gobierno ni de la cúpula del PSOE, como algunos preveían.

Declaración de Koldo

Pasado el mediodía de este lunes, tocaba el turno de quien fue el principal asesor de Ábalos en el Ministerio de Transportes. Koldo García sí optó por guardar silencio en el Supremo, tras haberse garantizado que su exjefe, pese a haber declarado, no admitía ni los amaños ni las mordidas.

Entre 2019 y 2023, el exasesor grabó en secreto al político. También, al entonces diputado Santos Cerdán, quien sustituyó a Ábalos al frente de la Secretaría de Organización del PSOE.

En esos audios, se escucha a todos ellos hablar de supuestas comisiones ilegales y de amaños de contratos de obra pública.

Koldo García, este lunes, a su llegada al Supremo.

Koldo García, este lunes, a su llegada al Supremo. Europa Press

El pasado domingo por la tarde, a pocas horas de tener que comparecer en el Supremo, García acudió al despacho del abogado del exministro para tratar de convencer a Ábalos de que le imitara, de que no declarase.

Días atrás, el antiguo asesor ya había comunicado al político —¿o fue una advertencia?— que custodia muchas más grabaciones que podrían implicarle en más delitos.

El Supremo y la Guardia Civil tienen en sus manos varios de estos clips, que el exministro ha puesto ahora bajo sospecha.

En su declaración, Ábalos tampoco implicó a Cerdán en ninguna actividad ilegal de las investigadas. De hecho, desvinculó a su sucesor en el PSOE del funcionamiento del Ministerio de Transportes y del día a día de la licitación de obras públicas.

El próximo lunes, día 30, Santos Cerdán deberá declarar como investigado en el Supremo. Prevé declarar. La Guardia Civil le señala como coordinador de las supuestas comisiones ilegales, como el gestor de las supuestas mordidas que habría abonado la constructora Acciona a cambio de recibir contratos millonarios.

Este lunes, Ábalos resolvió salomónicamente la encrucijada en la que se encuentra. Optó por declarar —e invocó su intención de "colaborar con la Justicia"— por temor a que el juez le envíe a prisión, pero no por ello tiró, ni mucho menos, de la manta.