Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, saluda a Mark Rutte, secretario general de la OTAN, en la cumbre de la Comunidad Política Europa de Tirana.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, saluda a Mark Rutte, secretario general de la OTAN, en la cumbre de la Comunidad Política Europa de Tirana.

Política

Malestar en la OTAN con Sánchez: creen que bloquea la subida al 5% para tapar su debilidad tras los escándalos

"Su carta a Rutte convierte a España en un aliado no fiable porque no tiene socios ni Presupuestos", denuncia el PP.

Más información: La Casa Blanca insiste en que todos los países de la OTAN, incluido España, deben destinar el 5% de su PIB a defensa.

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La carta de Pedro Sánchez a Mark Rutte, anunciándole que España no está dispuesta a comprometerse a elevar el gasto en Defensa al 5%, como exige la OTAN en la próxima década, ha levantado ampollas en la Alianza. Normalmente, es casi imposible encontrar fuentes oficiales que critiquen a un Gobierno entre todos los demás. Pero no fue el caso este jueves.

El mensaje del presidente español sentó mal en el cuartel general de Bruselas, y tanto fuentes políticas como militares de la OTAN entendieron la misiva como un desafío de Sánchez para causar una polémica directa con Donald Trump a una semana de la cumbre de La Haya.

"No he visto los comentarios de España", apuntó este jueves la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, al ser preguntada por este asunto en rueda de prensa. "Me aseguraré de que el presidente [Trump] los vea, y puedo asegurarles que quiere que todos los países europeos paguen su parte justa y alcancen ese umbral del 5%", expresó.

Fuentes cercanas a la OTAN en Bruselas coinciden: "Sánchez está tratando de provocar un choque con Estados Unidos, y así desviar la atención de su debilidad".

En España, se le añade picante a eso de la debilidad: "Ha cogido afición por eso de escribir cartas para tapar todos los escándalos de corrupción que tiene", advierten fuentes de la dirección del PP. "Además, no tiene socios para gobernar ni tiene Presupuestos. La carta es una cortina de humo, Sánchez quiere pelearse con Trump aunque eso deje a España como un aliado no fiable".

Ni 2% ni 3,5%... es el 5%

Es el presidente de Estados Unidos quien ha forzado a la Alianza a poner tan alto el listón. De hecho, el nuevo secretario general, el neerlandés Mark Rutte, nunca habló del 5% del PIB hasta que no salió de su última visita a la Casa Blanca, hace apenas dos meses.

El ex primer ministro de Países Bajos entró al despacho oval defendiendo un umbral "claramente superior al 3%", que en privado cifraba en el 3,5%. Sánchez acababa de comprometerse a alcanzar el 2% este año, en lugar de en 2029, como se comprometió en la cumbre de Madrid, en 2022.

Pero Rutte salió de allí, tras entregarle al presidente estadounidense el Informe anual del Secretario General, asegurando que "España llega un poco tarde al 2%, y con eso no tenemos suficiente para defender el territorio OTAN".

Al día siguiente, ya de vuelta a Bruselas, filtró que se mantenía el 3,5% para "gasto puro en Defensa", pero que había que añadir "un 1,5% adicional del PIB por país de inversión en seguridad en sentido amplio". Es decir, en partidas para movilidad militar, ciberseguridad o incluso lucha contra el terrorismo.

Y así se confirmó un mes después, en la reunión de ministros de Exteriores, preparatoria de la cumbre anual de la OTAN, celebrada en Antalya (Turquía).

A España le ha costado 11 años superar los casi 30.000 millones de euros al año para gasto en Defensa que supondrá cumplir con el 2% del PIB, comprometido en la cumbre de Cardiff, en 2014. Y sólo lo ha hecho tras múltiples presiones, porque quería tardar 15 años.

Ahora, tiene que buscar cómo escalar esa partida hasta cerca de los 80.000 millones anuales. O más, en realidad. Porque ese dato es el que sale de calcular el 5% del PIB actual. Pero el compromiso que impondrá la OTAN en una semana exigirá una senda de cumplimiento de aquí a una década.

"Da igual lo que prometa"

"Sánchez debería de ir a la cumbre como presidente en funciones y con las elecciones convocadas. No puede comprometer la opinión de España en política internacional", advierte un portavoz de la dirección del PP. En Génova se cree que, dada la degradación del Ejecutivo, "debe ser el nuevo Gobierno" el que lo negocie en la OTAN.

"No consulta con la oposición, ni siquiera nos informa... y llega a la cumbre como presidente casi a título póstumo", añade esta fuente de la formación de Alberto Núñez Feijóo.

"Aunque todas las encuestas le dieran ganador de las próximas elecciones", continúa este portavoz, "es evidente que en 10 años él no estará. Pero es que ni tiene autorización del Parlamento ni sus socios le van a aprobar un Presupuesto así".

El mismo líder del PP se refirió al asunto este jueves, a la salida de un acto público.

"Es el único primer ministro que se sentará a la mesa de la OTAN sin tener cómo cumplir" sus compromisos, "así que da igual a qué cifra se comprometa". Feijóo añadió, además, con sorna: "Se ha gastado buena parte de ese Presupuesto de forma ilegal y corrupta".

Los argumentos de Sánchez

En su carta a Rutte, el presidente español argumenta que el esfuerzo de alcanzar el 5% del PIB supondría recortes en el Estado del bienestar de España y de otros países. Este razonamiento fue esgrimido por Petteri Orpo, primer ministro finlandés, en su reunión con Sánchez en Helsinki... pero para rebatir al presidente español.

En la rueda de prensa conjunta de ambos mandatarios, Orpo insistió con educación en que su país, uno de los nuevos integrantes de la OTAN tras la ofensiva de Rusia contra Ucrania, había hecho ese "esfuerzo presupuestario". Y que lo había hecho por el bien de "la seguridad de todos los aliados", pese a que había tenido que "eliminar determinadas partidas sociales".

También apunta Sánchez que no es posible escalar el gasto tan rápido, si no es desviando la inversión "fuera de la UE"... es decir, si no es comprando a empresas de EEUU. Y que eso es contraproducente para "el fortalecimiento de la industria europea" y para la autonomía estratégica de la Unión.

Fuentes políticas consultadas en Bruselas coinciden con ese diagnóstico del presidente español. Incluso, eurodiputados del PP le dan la razón en este punto. Y en el mismo Ministerio de Defensa se considera un imposible a día de hoy elevar al 5% del PIB el gasto militar.

Según mandos del Estado Mayor de la Defensa, haciendo números y reuniéndose con la industria militar española, la conclusión es que lo primero debe ser elaborar un plan para saber en qué gastar una cantidad tan descomunal de dinero, que casi triplicaría la inversión actual.

Sánchez esgrime en su misiva que hace dos semanas se fijaron los "objetivos de capacidad" de cada país aliado para los próximos años. Según este argumento de que "las armas no se compran con PIB, sino con euros", al Gobierno le sale que con un 2,1% del PIB anual, España cumpliría con lo que le ha sido asignado.

Y de hecho, en el departamento que dirige Margarita Robles, que colaboró en la redacción de la carta de Sánchez a Rutte, se admite que lo que pretende la misiva es alcanzar un punto intermedio con los aliados.

Una salida

La propuesta de España redundará en alargar lo máximo el plazo de años en el que alcanzar a ese porcentaje que exige Estados Unidos. Y entretanto, que se acepte como compensación que nuestras Fuerzas Armadas proporcionen otras capacidades a la Alianza como vienen haciendo en los últimos años.

De hecho, Sánchez insiste en su carta en los "miles de efectivos militares" que tiene España desplazados en numerosas misiones en el exterior.

También en la industria armamentística, donde los tiempos de construcción no son ágiles, se está viendo que algunos proyectos, como el de los blindados 8x8 Dragón, se atascan durante años. En cambio, los avances tecnológicos discurren con mayor rapidez, y para cuando ese proyecto está finalizado y consumado, ya habrá otro vehículo de combate todavía más avanzado.

Según mandos de alto rango de las Fuerzas Armadas consultados por EL ESPAÑOL, resultará muy difícil alcanzar esa cifra en un plazo breve. "Pasar de donde venimos a 34.000 millones [el compromiso actual del 2%] ya es complicadísimo".

"Primero, hay que encontrar socios en el Congreso, que eso el Gobierno no lo tendrá fácil. Pero si ese dinero llega, ¿cómo lo inviertes? Llevamos tanto tiempo viviendo en la más absoluta pobreza que no sabríamos qué hacer", continúan estas fuentes.

"De los proyectos que ya están sobre la mesa, hay cosas que no se pueden fabricar más deprisa porque haya más dinero. Y además, todos estos nuevos materiales tienen que llevar aparejados un cambio en la disciplina orgánica de los ejércitos", añaden.

"Hay que instruir a la gente en el uso de nuevos materiales, protocolos, adaptación a estas nuevas capacidades... Para 2029 me parece una ilusión, no lo veo factible", señala otro mando con décadas de experiencia.

España, por tanto, estaría en condiciones de invertir su dinero en los mismos objetivos que hace 25 años: mejorar sus carros, sus buques de guerra y sus aviones. "Hay que ir a un nuevo barco, a un nuevo carro y a un nuevo avión. Un avión de quinta generación, el F35 o el F22", concluye este mando.