
Begoña Ortiz, Principal en Cometa.
Begoña Ortiz o cómo diluir desde el capital las líneas de la inversión de impacto para solucionar problemas reales
La Principal en Cometa encarna una nueva generación de inversores que están reformulando el impacto para llevarlo más allá de cualquier categoría, donde el emprendedor importa y es acompañado y arropado en todo el proceso.
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Cometa no es, por definición, un fondo de capital riesgo de impacto, pero nadie duda de su función en el mercado hispanohablante para construir soluciones innovadoras que están permitiendo afrontar los grandes desafíos sociales y medioambientales de nuestro tiempo.
Esta tesis de inversión no se entendería sin tener en cuenta la personalidad de aquellos que conforman su equipo y sin situar a México, sede principal del venture capital, en el centro del relato; aunque su visión es cada día más global, con especial foco a uno y otro lado del Atlántico.
Begoña Ortiz es Principal en Cometa y, desde el minuto uno de la entrevista concedida a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL, su pasión y convencimiento por la responsabilidad que conlleva su trabajo emerge como un huracán que todo lo copa.
Pertenece a una nueva generación de inversores, muy necesarios en el ecosistema emprendedor actual, que son conscientes del papel que desempeñan para impulsar proyectos innovadores que ataquen los grandes desafíos de nuestro tiempo y que, de alguna manera, están diluyendo las líneas ortodoxas de la inversión de impacto.
Begoña Ortiz lleva un año en España, llegó aquí para desarrollar y reforzar las sinergias de Cometas entre España y Latinoamérica, pero su México natal es la pieza angular que explica no sólo la tesis de inversión del venture capital, sino su propia filosofía de vida.
"En Latinoamérica tenemos problemas tan tan grandes, que las compañías de tecnología que buscan resolverlos están, al final, solucionando problemas sociales y ambientales"
"En Latinoamérica tenemos problemas tan tan grandes, que las compañías de tecnología que buscan resolver esos problemas están al final solucionando problemas sociales y ambientales".
Toda una manifestación de intenciones que define muy bien el espíritu de esta inversora, que se inició profesionalmente en el terreno del marketing y los eventos, y que, desde muy temprano, quiso que su vida "tuviera algo más de impacto que vender grasa en un país donde la obesidad es algo duro".

Begoña Ortiz, Principal en Cometa.
Ortiz alude en esta declaración a su etapa en Unilever donde trabajó en el área de marketing. Aquel papel en el terreno de las "mayonesas" fue enriquecedor pero le sirvió para darse cuenta de que, más allá de contribuir a la rentabilidad de una compañía, Begoña Ortiz quería contribuir a mejorar en su entorno con su carrera profesional.
Esta es una máxima que se repite a lo largo de su trayectoria. Nacida en México en una familia cuyos padres han estado siempre relacionados con el sector de la publicidad y la comunicación, Begoña Ortiz se debatió desde pequeña entre estudiar carreras humanistas o numéricas.
Reconoce en nuestra conversación que las matemáticas se le daban bien, pero también manifestaba una parte mucho más humanista que crecía "cerca de mi corazón".
Estudió comunicación, "me gustaba mucho escribir", puntualiza. "En México la carrera abarca muchas áreas: periodismo, radio, etc; en mi universidad estudiaron grandes directores de cine de México, y disfruté de una atmósfera muy creativa", argumenta.
Los años universitarios
Aunque disfrutó "infinitamente de la carrera", su padre pronto le puso ante el espejo los grises de aquella profesión y la invitó a la reflexión. "Siempre me decía, 'es una gran carrera con un mar de conocimientos y un dedo de profundidad'”.
Fueron años de crecimiento profesional y personal, "de mucho trabajo de campo y relaciones públicas", en los que Begoña Ortiz se involucró con TECHO -también conocida como Un Techo para mi País (UTPMP)-, una ONG que busca erradicar la pobreza extrema con la construcción de viviendas de emergencia.
Sin embargo, "en algún punto decidí que tenía que ganar dinero y entré en Unilever para trabajar en marketing para mayonesas".
Este empleo fue el que propició, casi sin ser consciente de ello, su primer match con el mundo del impacto. Y es que su mente inquieta e inconformista quería mirar más allá -al menos, más lejos del mundo de las mayonesas- y propiciar un beneficio real para los problemas sociales y medioambientales de su entorno.
La prolífera etapa en New Ventures
Este viaje ambicioso por delante le llevó en 2011 a renunciar al empleo en Unilever y a aterrizar en el mexicano New Ventures, su primera gran experiencia en el mundo del venture capital. Hasta ese momento, había ido cosechando un amplio bagaje en el mundo del marketing y los eventos, pero la inversión todavía era una gran desconocida para ella.
"New Ventures tenía una aceleradora de negocios verdes, un fondo de inversión de impacto y una plataforma que buscaba promoción del consumo sostenible", incide. Ortiz entró como responsable de la mercadotecnia de la plataforma.
La inversora recuerda aquellos años con una sonrisa en el rostro. "Hacíamos un evento muy divertido que se llamaba Ecofest, el más grande de Latinoamérica en temas de consumo sostenible; 200 pymes, 100.000 visitantes en un fin de semana al aire libre en las calles más importantes de México".
Begoña Ortiz dirigió el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto, el de mayor peso en este nicho en la región, durante su etapa en New Ventures
En New Ventures permaneció alrededor de seis años y también tuvo la oportunidad de dirigir el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto, que es también el de mayor peso en este nicho en la región.
"Es ahí empiezo a involucrarme con temas de venture capital como tal y a entender un poco más en profundidad cómo el capital puede dirigirse a negocios que solucionen problemas ambientales y sociales".
Es en este punto de nuestra conversación cuando Begoña Ortiz reflexiona sobre su predisposición por el impacto. "Creo que ha sido una constante en mi vida. No soy una persona que trabaja de 9 a 5. Trabajo mucho, así que mínimo que ese trabajo no sólo me ayude a mí y a otras personas a tener más dinero, sino que pueda ayudar a resolver problemáticas importantes y tenga un impacto real".
Para lograrlo, fue decisivo su siguiente paso, su participación en la primera edición del Máster in Business and Technology de la startup Colective Academy.
El máster que la vinculó con Pepe Bolaños
Cursar aquel máster respondía a su necesidad por corroborar las potencialidades de la inversión de impacto que ya intuía. Es en este punto donde su camino se cruza con el de Pepe Bolaños, socio de Cometa, quien le impartió clases durante un año -también es el responsable, confiesa Begoña, "de la entrevista más larga que me han hecho en mi vida"-, puntualiza durante la entrevista con esta redacción.
"Cuando estábamos prácticamente terminando el máster, me dijo que tenían una vacante en el fondo en una posición que ellos llamaban relations and manager, cuyo objetivo era ayudar a las compañías del portfolio a crecer y a aprovechar la red de inversores del fondo".

La inversora Begoña Ortiz.
Begoña no se lo tuvo que pensar mucho. Era la oportunidad que estaba buscando. La decisión no pudo ser más acertada. La inversora no sólo ha encajado a la perfección con el equipo y las tesis de inversión de Cometa, sino que desde hace un año está en España para capitanear y coordinar las oportunidades en el emprendimiento y la inversión que se tejen a ambos lados del Atlántico.
"Una de las características de Cometa es que siempre hemos considerado a los mercados hispanohablantes como un solo objetivo. No separamos a España de Latinoamérica, siempre están juntas en nuestra tesis de inversión", precisa.
"En Cometa siempre hemos considerado a los mercados hispanohablantes como un solo objetivo. No separamos a España de Latam, siempre van juntas en nuestras tesis de inversión"
Entre las inversiones de Cometa en España más destacadas está Cabify o Wallapop, startups icónicas del emprendimiento en este país. "En Cabify invertimos en fase temprana, cuando estaban llegando a Latinoamérica; compartimos oficinas, estábamos conviviendo con ellos hasta que los choferes no cabían prácticamente en la oficina", bromea.
"También invertimos y desinvertimos temprano en Wallapop, junto a Cabify son, esas las más conocidas".
Sin embargo, su papel ha sido relevante en muchas otras, como el neobanco Vimex o Bewe, impulsada por el emprendendor en serie español Diego Ballesteros.
"En el segundo vehículo, el ecosistema en Latam y México creció mucho y las oportunidades eran muy buenas; México paso a ser la prioridad. Ahora, en este tercer fondo, vemos que las compañías nacen ya regionales, a diferencia de antes, y tenía sentido que un miembro de la compañía estuviera aquí en España para llevar startups de España a Latam y viceversa".
La línea "gris" de la inversión de impacto
Desde Cometa, Begoña Ortiz está contribuyendo a redefinir y difuminar las líneas de la inversión de impacto, algo que queda patente en los proyectos que impulsan desde el venture capital. "En estos momentos el impacto es cada vez una línea más gris y más difícil de acotar", defiende.
Y pone como ejemplos varias startups de su portfolio, como Bitso, centrada en el sector cripto. "No nació como un proyecto de impacto, pero es el exchange de criptomonedas más grande de Latinoamérica. El corredor de remesas EEUU-México pasa en gran parte por ellos, ofreciendo a los usuarios unas menores tasas por el tiempo de cambio y una rapidez mucho más ágil en la transferencia".
"No nació con ese esquema del impacto, pero al final de cuentas, tiene mucho impacto en la vida de la gente porque las remesas son importantísimas para México".
Territorio constituye otro caso paradigmático de esta reformulación del impacto. "Fundada por Guillermo y Gerardo en Monterrey, buscaban cómo ayudar a los estudiantes a mejorar su carrera profesional, involucrando a universidades y escuelas técnicas".
Una inversora hábil para tejer conexiones
Según relata Ortiz, "nunca habían levantado capital". "La encontramos un poco más tarde (en una fase más avanzada del proyecto) de lo que normalmente invertimos desde Cometas. Pero, como nunca habían recibido inversión, fue muy interesante, porque tuvimos que convencerles de que tenía sentido que lo hicieran y que les podíamos ayudar a crecer".
Su espontaneidad y dominio locuaz de la palabra echan el freno cuando Begoña Ortiz tiene que definirse y destacar cuáles considera son sus puntos fuertes dentro del venture capital.
Hasta cuatro segundos transcurren desde la formulación de nuestra pregunta y su respuesta. Un silencio definitorio a todas luces. Su humildad le impide mostrar abiertamente esas grandes cualidades de las que ya ha dado cuenta durante la entrevista.
"Creo que… lo primero que te diría es que he tenido mucha suerte de involucrarme con equipos que entienden que hay que trabajar sobre las fortalezas y no sobre las debilidades de la gente".
"He tenido mucha suerte de involucrarme con equipos que entienden que hay que trabajar sobre las fortalezas y no sobre las debilidades de la gente"
"El venture capital es una industria de muchas relaciones y me gusta pensar que una de las cosas que hago bien es conectar gente y aprovechar la red de contactos que tenemos a nuestro alcance para que las compañías del portfolio las usen en su beneficio", declara. "Creo que aporto a la firma esa capacidad de encontrar el talento en las personas y conectarla con alguien más para crear más valor"
"La gran oportunidad que me ha dado Cometa es explotar esas características de mi personalidad, que no forzosamente las que vincularías con un venture capital y, por eso, me siento profundamente agradecida", precisa.
Y, casi sin darnos cuenta y tras una hora de conversación, Begoña Ortiz, va encarrilando el final de la entrevista. "Si algo me da orgullo de trabajar en Cometa es que es un fondo que se preocupa por quién está detrás de las compañías, del emprendedor".
En definitiva, personas que se preocupan de personas y que, gracias a su labor profesional, están redefiniendo el impacto para amplificar sus esfuerzos y mejorar la existencia de muchas otras más.