El FCAS europeo podrá formar parte de las nubes de combate.

El FCAS europeo podrá formar parte de las nubes de combate. Airbus Omicrono

Economía

Las 'nubes de combate' marcarán la inversión en defensa de Europa para las guerras del futuro

España puede jugar un papel importante en la UE si hace valer los desarrollos tecnológicos de empresas como Indra, Oesía, Navantia o Airbus.

Más información: La industria de defensa apuesta por el valor de la tecnología 'made in Spain' para conquistar el mercado europeo.

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El debate sobre la nueva industria de defensa que debe establecer Europa y el destino de los 800.000 millones que se van a invertir, ha levantado una de las incógnitas que más preocupan a los analistas y militares en la actualidad: cómo serán las guerras del futuro y en qué se debe gastar el dinero de forma eficaz.

España (y Europa) lleva un retraso considerable en inversión en defensa en la última década y debe replantear sus prioridades de cara a la cumbre de la OTAN de junio, con la premisa de que ningún país europeo puede abarcar todo lo que el sector produce, ni todo lo que sus ejércitos (o un Ejército común europeo) necesitan ahora.

Aun así, todos los expertos coinciden en que si el Viejo Continente unifica y ordena sus sistemas actuales de armamento puede plantear la disuasión necesaria para proteger a cualquier socio o aliado, incluido Ucrania una vez que se busque una salida a la guerra con Rusia.

Una vez preguntados exgenerales, analistas, responsables empresariales del sector y economistas sobre las guerras del futuro, el concepto en el que todos ellos coinciden es que la aplicación de tecnología e Inteligencia Artificial marcará el paso, algo que llevado al ámbito militar de vanguardia nos lleva a las llamadas 'nubes de combate'.

Básicamente, se trata de arquitecturas de redes cibernéticas que permiten integrar la información (inputs) necesaria para conocer los recursos de que se dispone, mediante sensores de última generación, para que los centros de mando (nodos) puedan tomar decisiones rápidas y usar sus medios de la manera más eficaz posible.

Fuentes técnicas conocedoras de las últimas tendencias en este tipo de sistemas sofisticados de información y transmisión de datos en la nube advierten que se trata de un concepto que nació hace 30 años, pero que ha evolucionado mucho con la aplicación de la computación cuántica, la IA y la fotónica, entre otros avances tecnológicos.

En esos desarrollos es donde empresas españolas como Indra, el Grupo Oesía, Airbus Defence & Space, Airbus Helicopters o Navantia tienen una gran oportunidad para colocar a España en un lugar de preminencia en la próxima industria de defensa europea.

En las nuevas guerras, una de las claves estará en la capacidad que tengan los sensores de recoger datos sobre el campo de batalla y descubrir posibles blancos.

La tecnología ha hecho que ese frente se haya vuelto transparente y las tropas se muevan cada vez menos para no ser detectadas.

Atacar al algoritmo

La gestión de las nubes de combate le da sentido a lo que se entiende como "combate multidominio", es decir, terrestre, naval, aéreo, espacial, cibernético o cognitivo. En todos los ámbitos se pueden ver enjambres de dispositivos en torno a uno o varios nodos de información ordenados de forma "federada", básicos para la toma de decisiones.

Las fuentes consultadas aseguran que la aplicación de la IA marca un antes y un después en las nubes de combate, sea el conflicto que sea. Todos los países quieren tener ahora sus nubes y los sistemas de detección en aviones, buques, bases terrestres o en el espacio, para prevenir las guerras del futuro.

Como es lógico, las guerras que vendrán dedicarán gran parte de su tecnología también a descubrir y deshacer las redes de las nubes de combate y sus algoritmos mediante ciberataques.

Intentar descifrar los algoritmos o protegerlos con cifrados más amplios se convierte en un nuevo frente de batalla a tener en cuenta, aseguran fuentes empresariales. La fotónica a la hora de transmitir o la computación cuántica al programar se convierten en la fortaleza a derribar.

Los analistas de defensa consultados advierten, además, que la inversión en defensa del futuro inmediato deberá mantener los sistemas actuales de comunicación con los de última generación en las nubes de combate, para poder llegar a cualquier sitio.

Al fin y al cabo, el planteamiento en caso de guerra es el mismo de siempre: la necesidad de ver más y mejor; golpear lo más lejos posible; procesar mayor cantidad de datos; y coordinar las fuerzas. Y la tecnología aporta para ello sensores de última generación, misiles hipersónicos, centros de datos locales y nubes de combate.