
Imagen de archivo de una empleada en una oficina atendiendo a su móvil.
La Justicia avala el despido de un jefe que se ofreció como "esclavo" sexual a una empleada subordinada
Al no tener éxito, el superior trató de que echaran a la empleada, a la que se había insinuado por WhatsApp. Incluso, durante su tiempo de descanso.
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La Justicia ha avalado el despido disciplinario de un jefe que se ofreció como "esclavo" sexual a una subordinada, a la que le planteó "servir en todo". Así consta en una sentencia, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL-Invertia. Está fechada a finales de 2024, pero no había trascendido hasta ahora.
En esta resolución, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) confirma un fallo anterior, del Juzgado de lo Social número 3 de Pamplona, que también había avalado este despido disciplinario.
Sin embargo, el jefe impugnó ante el TSJN aquella primera decisión judicial. Solicitó una indemnización de 24.201 euros, así como ser resarcido con otros 30.000 euros por "daños y perjuicios" y que su cese fuese considerado improcedente. Pero no ha tenido éxito.
El Tribunal Superior de Justicia navarro considera, en línea con la empresa y con el Juzgado, que el demandante cometió "acoso laboral y sexual" contra la trabajadora y que provocó "un ambiente de trabajo hostil" y "humillante".
En concreto, el jefe desempeñaba el cargo de manager de producción en la compañía, dedicada al ámbito siderometalúrgico. El demandante fue contratado el 1 de abril de 2015 y cobraba 29.792,35 euros al año.
El 18 de septiembre del 2023, la empresa le trasladó su despido disciplinario. La carta en la que se lo comunicó relataba que días antes, el 30 de agosto, una trabajadora había solicitado la apertura de un expediente en su contra por supuesto acoso laboral y sexual.
La mujer aportó mensajes de WhatsApp entre ambos. Como evidenciaban estas conversaciones, el manager se ofreció como "esclavo" sexual a la empleada y a sus amigas. La trabajadora, además, había presentado una denuncia en un Juzgado de Instrucción.
"Esclavo tuyo"
Algunos de los mensajes enviados por el jefe a la subordinada son los siguientes: "Desde que estoy en este puesto, no sé por qué, pero tengo la necesidad de servir a una mujer en todo", "Desde hace tiempo tengo la necesidad como de servir a una mujer o a una pareja; bueno, de ser el esclavo personal de alguien...", "Probar, vaya, pero no sé cómo hacer... No sé...", "Esclavo total...", "Lo que no sé [es] cómo hacer realidad el serlo...", "¿Podría ser esclavo tuyo y de tus amigas durante un día o algo así? ¿Qué os parecería?".
Varios de estos mensajes fueron enviados en domingo. Otro, aparece fechado al filo de la medianoche de un fin de semana. Es decir, la empleada los recibió durante su tiempo de descanso.
"No es una forma adecuada de actuar y se propone a adoptar como medida severa el despido disciplinario", concluyó la comisión que investigó internamente, dentro de la empresa, estos hechos. Y así sucedió. La compañía echó al trabajador sin indemnización alguna, al considerar que había vulnerado la política laboral y había afectado negativamente a la convivencia. El asunto, además, era especialmente delicado, debido a que se trataba de un superior y de una subordinada.
Según recoge la sentencia, la trabajadora que recibió estos wasaps contestó, aturdida, con un escueto: "Tranquilo". La resolución también indica que la mujer necesitó asistencia psicológica, medicación y acabó pidiendo una baja por ansiedad.
Trató de que la echaran
Además, el 24 de agosto de 2023, el superior envió un e-mail al departamento de Recursos Humanos de su empresa. En él, se quejaba de la empleada, a la que señalaba como la que más faltaba al trabajo de todo su área.
"Cada día me viene con una película. Me fastidia [su] despido, pero, a la larga, creo que [es] lo mejor", rezaba el correo.
Ahora bien, como el mail fue enviado el mismo día que la trabajadora había denunciado al manager ante Recursos Humanos, la empresa paralizó la decisión sobre el futuro de la mujer, a la espera de que la comisión iniciase su investigación interna y analizase los wasaps, gracias a los que se descubrirían las insinuaciones sexuales del manager hacia la trabajadora.
"El acoso sexual comprende tanto las agresiones físicas como psíquicas y tanto las conductas condicionantes de la contratación como las posteriores a la misma, pudiendo provenir tanto de los actos de superiores como de compañeros de trabajo e, incluso, de terceros ajenos a la empresa", recuerda el TSJN en su sentencia, en la que desestima el recurso del demandante.
"El acoso puede afectar a la seguridad, salud y a la integridad física y moral del trabajador y, en este sentido, el empresario está obligado a adoptar medidas para prevenir los riesgos", añade la resolución, que también recoge que el manager llegó a llamar "inepta" a la empleada y a golpear una mesa.
"El acoso consiste, por tanto, en conductas que el acosador sabe o debería saber que son ofensivas, por su gravedad de acuerdo con la conciencia social imperante (como el chantaje sexual) o bien porque, incluso, aunque no sean graves, lo sean en sentido subjetivo, por no ser deseadas por la persona que las sufre", explica el tribunal.
"Queda perfectamente acreditado que [la empleada] vivió una situación de acoso, tanto moral como de contenido sexual, protagonizado por un superior jerárquico y que merece la máxima sanción disciplinaria", confirma el TSJ. "Su conducta supone un ataque a la dignidad de [la trabajadora], que trasciende al ámbito laboral, al ofrecerse para ser esclavo de una subordinada, no estando obligada a tolerar[lo]", finaliza la sentencia.