
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla junto al zar de las criptomonedas, David Sacks, y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent. Reuters
Trump acerca a EEUU a la recesión: su PIB se contrajo un 0,5% en el primer trimestre
La economía estadounidense registra su primera contracción en tres años.
Más información: Menos inversión, empresas sin contratos en EEUU, sanciones, aranceles al jamón... así puede Trump castigar a España
El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo un 0,5% en el primer trimestre de 2025 respecto al mismo trimestre del año anterior. La disminución coincide con el inicio de la guerra comercial del presidente estadounidense, Donald Trump.
Asimismo, la caída del PIB, la primera desde 2022, contrasta con el avance del 2,4% registrado en los tres últimos meses de 2024 y acerca a la primera economía mundial a sufrir una recesión técnica.
Cuando el PIB de un país cae durante dos trimestres consecutivos, es decir, se contrae en lugar de crecer durante al menos seis meses seguidos, se produce lo que se conoce como una recesión técnica.
Esta definición se utiliza como una regla general para identificar el inicio de una recesión, aunque no implica necesariamente una crisis profunda.
Y Estados Unidos se encuentra en ese punto de partida, según ha confirmado este jueves la Oficina de Análisis Económico (BEA).
El organismo acaba de publicar la tercera, y última, revisión del PIB de Estados Unidos del primer trimestre de 2025. En la primera lectura, la economía se contrajo un 0,3%; en la segunda, un 0,2%. El dato definitivo es el mencionado -0,5%.
En comparación trimestral, esto es, respecto a los últimos tres meses de 2025, la caída del PIB de EEUU ha sido del 0,1%. Es la misma que la registrada en la primera y segunda estimación.
Aranceles
La contracción del crecimiento coincide con el inicio de la guerra comercial emprendida por Trump, aunque no recoge el impacto que el anuncio de los aranceles “recíprocos” —anunciados el 2 de abril y por ahora en pausa— ha podido tener en la primera economía del mundo.
Fue el pasado 1 de febrero cuando el republicano firmó una orden ejecutiva para imponer aranceles del 10% a los productos procedentes de México y Canadá y del 25% a los de China, alegando una emergencia nacional por motivos migratorios y de seguridad.
Los aranceles a China entraron en vigor de manera automática, mientras que Trump pausó 30 días los gravámenes a México y Canadá. Un mes después, estas tasas también entraron en vigor con algunas excepciones, como la energía canadiense.
El 12 de marzo la Administración Trump puso en marcha los aranceles del 25% al acero y al aluminio. Dos semanas después entraron en vigor las tasas a los vehículos importados, que después suavizó.
Ya en el segundo trimestre del año, la Casa Blanca llegó a un acuerdo comercial con Reino Unido y redujo al 30% las tasas aplicadas a los productos procedentes de China.
Los analistas no esperaban que la BEA empeorase la caída del PIB de EEUU, aunque sí anticipaban que se hubiera producido una contracción.
Importaciones
La razón: “el fuerte incremento de las importaciones, ya que muchas empresas adelantaron sus compras de cara a evitar los nuevos aranceles impuestos por la Administración Trump”, tal y como explican los analistas de Link Securities.
De hecho, el déficit de la balanza comercial de Estados Unidos alcanzó los 140.498 millones de dólares en marzo, cifra que representa un avance del 14% respecto del mes anterior y récord histórico en plena guerra arancelaria.
La BEA se hace eco de esta cuestión al explicar la erosión de la economía estadounidense. La caída del PIB, señala, "reflejó principalmente un aumento de las importaciones [...] y una disminución del gasto público. Estas fluctuaciones se compensaron en parte con aumentos de la inversión y el gasto de consumo".
Ya en abril, es decir, en el primer mes del segundo trimestre de este ejercicio, y después de que Trump decretara una tregua comercial de 90 días, el déficit comercial estadounidense se redujo a 61.617 millones de dólares. Es la cifra más baja desde septiembre de 2023.
Más datos
El PIB no ha sido el único dato sobre la economía estadounidense que se ha conocido este jueves. El otro ha sido el número de nuevas solicitudes de desempleo que se registró la semana pasada.
Las solicitudes iniciales disminuyeron a 236.000 en la semana que finalizó el 21 de junio, cifra inferior a la prevista por los economistas.
Sin embargo, se alcanzaron los 1,97 millones de solicitudes recurrentes, la cota más alta desde noviembre de 2021.
Asimismo, la caída de la economía sigue al descenso de la confianza de los consumidores. El índice de confianza del consumidor elaborado por la Conference Board ha retrocedido en junio por sorpresa, cayendo hasta los 93 puntos, desde los 98,4 del mes anterior.
La seguridad de los estadounidenses en su economía se debilita a la espera de ver cómo evoluciona y de conocer mejor cuál será el impacto que las políticas de la Administración Trump —tanto la comercial como la fiscal— van a tener en sus finanzas.
Los propios miembros de la Reserva Federal (Fed) están esperando a tener más visibilidad antes de bajar los tipos de interés.
La Fed y Powell
El martes, en su declaración ante el Congreso, el presidente de la Fed, Jerome Powell, descartó comprometerse con una bajada de tipos en julio, al tiempo que destacó la "alta incertidumbre" respecto al posible efecto inflacionista de los aranceles impuestos por Trump.
Powell aseguró que el banco central "no tiene por qué apresurarse" al estar tanto la economía como el mercado laboral en buena forma, aunque precisó que un debilitamiento "importante" del empleo sería un casus belli para ajustar el precio del dinero.
Pero Trump —quien ha exigido ya en innumerables ocasiones una fuerte bajada de tipos— se impacienta. Cada vez más.
Tal y como ha publicado The Wall Street Journal, el magnate sopesa anunciar el nombre del sustituto de Powell tras el verano, concretamente entre septiembre y octubre-
El diario señala que Trump estaría considerando adelantar este anuncio respecto a lo habitual, ya que normalmente el sucesor de la cabeza de la Fed se conoce tres o cuatro meses antes de que termine el mandato. El de Powell expira en mayo de 2026.