Sede de indra en Alcobendas (Madrid)

Sede de indra en Alcobendas (Madrid) Indra

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Indra se lanza a integrar empresas de defensa para estar a la altura de un consorcio europeo como Rheinmetall

General Dynamics ofrece una alianza del la 'nueva Indra' con Santa Bárbara para hacer de Asturias un centro productor de blindados y carros de combate.

Más información: Indra ficha a KPMG para analizar una posible compra de Escribano, la empresa familiar de su actual presidente

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El movimiento de Indra para fusionarse con la empresa familiar de su actual presidente, Escribano, en plena reordenación de la industria de defensa en Europa, revela una hoja de ruta que estará marcada por la creación de grandes consorcios, en cuyo desarrollo España está mucho más atrasada que sus socios europeos.

Indra está controlada en un 28% por el Estado y Escribano tiene otro 14,5%, lo que junto al 8% de SAPA conforma un núcleo duro de mayoría en la empresa que preside el propio Ángel Escribano, que todo apunta a que seguirá una hoja de ruta marcada por el Gobierno de Sánchez, supeditada a la estrategia que se establezca desde los gigantes europeos del sector.

Fuentes conocedoras de ese proceso negociador aseguran que la estrategia a corto plazo que se ha marcado para Indra, de acuerdo con Europa, pasa por adquirir empresas de su entorno para incrementar tamaño, con vistas a integrarse en alguno de los grandes grupos europeos que se formen para ser capaces de competir con EEUU o China.

Con esas exigencias, el socio natural del área de defensa de Indra a medio plazo que hay sobre la mesa será la alemana Rheinmetall, por ser la única capaz de fabricar carros de combate y blindados de forma integral en Europa, junto con la española Santa Bárbara, propiedad de General Dynamics (EEUU).

Precisamente ahí se genera el gran problema a resolver en España, el conflicto con la multinacional norteamericana por la intención -hasta ahora fallida- de recomprar Santa Bárbara, para lo que han cosechado ya hasta el rechazo expreso de la Administración Trump.

El gigante nortemericano con sede en Virginia está dispuesto a dar la batalla en Europa y lo pretende hacer a partir de su filial española, con la que maneja la tecnología para los carros de combate Leopard y, sobre todo, la base para el ensamblaje del proyecto estrella del Ejército español, el 8x8 Dragon, que está ahora más en el aire que nunca.

Sin la compra de Santa Bárbara y su tecnología, Indra necesitaría demasiado tiempo para conformarse como un contructor de carros y blindados, como base para duplicar los actuales 4.800 millones que factura y ponerse cerca del nivel necesario para jugar un papel relevante en Europa.

Dos rivales globales

La alemana Rheinmetall y la americana General Dynamics compiten a nivel mundial desde hace décadas. Los americanos acaban de publicar una facturación en el primer trimestre de 10.700 millones de euros (más de 47.000 millones de dólares al año). Su sede europea está en Madrid y tienen presencia en otros cuatro países de la UE.

Los 'socios' alemanes de Rheinmetall ingresaron más de 9.700 millones el año pasado, tras comprar una de las mayores fábricas de municiones españolas un año antes, Expal Munitions, por 1.200 millones, en la que va a duplicar capacidad este año para convertirla en el mayor producto europeo de ese segmento.

El último encontronazo de estos dos gigantes ha sido el desarrollo en EEUU del blindado XM30, sustituto del mítico Bradley norteamericano, uno de los más vendidos del mundo, una pelea en la que parece que GD lleva las de ganar.

La jugada de General Dynamics Santa Bárbara Sistemas (GDSBS), sobre el papel, es un plan industrial en el que plantea una alianza con Indra para desarrollar de manera conjunta en el hub armamentístico de Asturias (Trubia), toda clase de blindados para el mercado europeo, sobre todo el 8x8 Dragón, que no se puede sacar adelante fácilmente sin su tecnología.

De hecho, desde General Dynamics solo plantean ese acercamiento con la tecnológica española a través de Tess Defence, el consorcio del 8x8, y hasta ahora han negado con rotundidad que Santa Bárbara se pueda vender. 

A pesar de ello, fuentes empresariales cercanas a ambas partes aseguran que todas las opciones están sobre la mesa ahora mismo, sin descartar que haya una compra final de los activos de Santa Bárbara en Trubia por parte de Indra, para luego integrar toda esa capacidad de producción en el consorcio europeo que se forme.

Europa necesita redefinir su mercado frente a EEUU, sobre todo en los vehículos militares. Según los últimos datos manejados, en la UE hay 14 modelos de carros de combate, 19 tipos de blindados y 15 clases de obuses, frente al único modelo de carros y blindados de EEUU y los tres tipos de obuses.

Esa proporción se repite en lo que se refiere a la producción en el ámbito naval y en el aéreo, donde tanto EEUU como China o Rusia tienen la estructura mucho más simple, definida y competitiva.

Eso es lo que marca la exigencia del comisario de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius, a reordenar el sector lo más rápidamente posible, para tener autonomía estratégica (ahora se compra el 80% fuera). Además del tremendo reto de simplificar los trámites administrativos para contratar y comercializar los productos entre países, que se pueden alargar más de un año.

La propia secretaria de Estado de Defensa española, Amparo Valcarce, reconocía la semana pasada ante un centenar de responsables del sector que la hoja de ruta la marcará la creación de consorcios a nivel europeo y las normas de contratación más ágiles y flexibles que en ese contexto se establezcan para los Veintisiete.

La cuestión a partir de ahora es cómo quedará ese mapa final para las empresas españolas, en un proceso que necesita salvaguardar la transparencia y las normas de buen gobierno corporativo para evitar que se caiga en la cultura del 'pelotazo', como empiezan a advertir ya algunas partes del sector.