
La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández. Europa Press Santander
La CNMC neutralizó el intento de Junts y PSOE de bloquear el acuerdo de la opa tras aceptar el BBVA todas sus condiciones
La Sala de Competencia aceptó todas las exigencias de los consejeros más reticentes para que no pudieran decir que no y evitar sus votos particulares.
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La Sala de Competencia de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) cerró el miércoles pasado a última hora una de sus deliberaciones más complicadas: dar el visto bueno a la opa de BBVA sobre Sabadell, frente a las reticencias que impusieron algunos de los miembros de la reunión, vinculados en este caso al PSOE y a Junts.
La Sala se compone de cuatro consejeros más la presidenta, Cani Fernández, y la sorpresa fue que, finalmente, se logró un acuerdo por unanimidad. Esto dejó fuera los dos votos particulares que se auguraban al inicio del encuentro, con el refuerzo de que incluso el representante nacionalista catalán, Pere Soler, dio su aprobación, en contra de su partido.
Varias fuentes distintas conocedoras de los entresijos de esa reunión aseguran que sólo hubo una razón para lograr el acuerdo: que se aceptaron todas las exigencias que tanto Pilar Sánchez (PSOE) como Soler (Junts) plantearon como condición 'sine qua non' por parte del resto de los componentes de la mesa y del propio BBVA.
La presidenta de la Sala de Competencia, Cani Fernández, se marcó como meta el logro de un acuerdo sin fisuras que dejara clara la postura de la CNMC. Para ello, había mucho trabajo realizado de antemano y se bajó hasta el mínimo de los detalles que se pedían.
Tanto es así que los dos miembros de la mesa que más pegas pusieron a un acuerdo favorable a la opa, Pilar Sánchez (que fue asesora de Nadia Calviño) y el catalán Pere Soler, no tuvieron más remedio que admitir lo evidente.
Que sus exigencias estaban colmadas. Algo que les obligó a votar a favor, junto a los otros dos componentes y la presidenta.
La intrahistoria del encuentro, de mañana y tarde, marcaba como objetivo que ninguno de los clientes de Sabadell -domésticos, empresas, instituciones o usuarios de sus servicios en cualquier municipio o CCAA- saliera perjudicado, algo que el BBVA -dicen- parecía más que dispuesto a aceptar dados sus compromisos previos y finales.
Pueblos, pymes y cajeros
Desde el anuncio de la opa, todas las alarmas estaban centradas en el impacto sobre el segmento de la financiación de las pymes, donde el Sabadell es muy fuerte. Los test de mercado y los técnicos de la CNMC también se centraron en ese aspecto para ajustar al máximo que no hubiera daños colaterales con la fusión.
Para Junts y el PSOE esa era una exigencia clave. Además de garantizar que no se iban a cerrar las 35 oficinas especializadas para pymes ni modificar condiciones, en la reunión se reforzó ese aspecto y se garantizó que en Cataluña y Baleares BBVA mantendrá el volumen de crédito que tenían a 30 de abril a las pymes con al menos un 50% de su financiación en ambos bancos.
Salvado ese escollo, con la cuenta especial para clientes vulnerables y el compromiso de no recortar oficinas en los cientos de pequeñas poblaciones donde pueda haber duplicidades o haya un solo establecimiento, se cubrieron también las demandas particulares planteadas, además de mantener horarios y el servicio de 'Correos Cash' en poblaciones de menos de 5.000 habitantes.
El problema de los cajeros automáticos se salvó también aceptando todas las peticiones realizadas para que ningún cliente de Sabadell perdiera opciones o sufriera algún coste extra por tener que sacar dinero en sus puntos habituales, aunque usara otra red.
Y, finalmente, el banco vasco también se comprometió a mantener las condiciones de financiación con líneas de crédito a corto plazo en las condiciones actuales que puedan tener los clientes de Sabadell (18 meses) y aguantar sin empeorar nada en las de largo plazo.
Para rematar el acuerdo, se establecieron plazos generosos de supervisión, de tres años ampliables a cinco en el caso de las líneas de crédito y de hasta 18 meses en el pacto sobre los cajeros automáticos.
Sin excusas técnicas
Si bien la CNMC ha salvado el escollo con un trabajo técnico riguroso en cuestiones sobre competencia, que obligaba a aceptar la opa, queda por dilucidar ahora la parte política, que no va a tener la excusa del informe de Competencia para echarla abajo.
Más al contrario, el informe de la Cani Fernández abre la puerta para que el Gobierno deje que la opa funcione y que sean los accionistas quienes decidan, por precio y condiciones, lo que deba pasar en esta operación.
Por más legal y oportuna que pueda ser ahora la apertura de un proceso de consultas institucionales para tener todas las "impresiones" sobre la mesa, sus conclusiones van a chocar con el trabajo técnico de la CNMC, sobre todo cuando está de por medio el juego político de Junts y el PSOE, que no lograron meter sus obstáculos en Competencia.