Josep Oliu, Carlos Cuerpo y Carlos Torres.

Josep Oliu, Carlos Cuerpo y Carlos Torres.

Banca Baile de cifras

El dilema de Cuerpo: avalar a la CNMC en la opa BBVA-Sabadell o ceder a las presiones de los socios de Sánchez y bloquear la fusión

Se abren quince días laborales para que Economía se pronuncie mientras desde Cataluña llegan voces críticas con el proceso.

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Tic, tac. Tic, tac. El próximo lunes 4 de mayo comenzará a correr el tiempo que tiene el ministerio de Economía para pronunciarse sobre los 'remedies' que la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC) ha impuesto al BBVA en su opa sobre el Sabadell.

Serán quince días laborables en los que el ministro Carlos Cuerpo, junto a su equipo, tendrá que deliberar y decidir qué hacer: avalar las tesis del regulador de competencia o, por el contrario, elevar al Consejo de Ministros la propuesta para que allí se decida si avalarlas o endurecerlas (incluso hasta el punto de que se bloquee la operación).

Una decisión, esta última, que supondría una cesión a las presiones de los socios de Pedro Sánchez que se oponen ya no sólo a la opa, también a la posterior fusión. Y ahí, a la cabeza, están Sumar, Junts y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).

No va a ser fácil, porque como indica la CNMC, de salir adelante la opa existe un empeoramiento de condiciones comerciales en determinadas localizaciones, hay riesgo de exclusión financiera en algunos municipios, se presentan problemas en servicios de pago, hay posibilidad de una reducción de las condiciones de acceso a cajeros y, además, hay posibilidades de una reducida en el crédito a pymes.

Unas reticencias sobre las que los equipos de Cani Fernández (CNMC) y Carlos Torres (BBVA) llevan meses negociando. Tanto es así que, finalmente, se han avalado las propuestas hechas por la entidad azul en todos estos campos que son considerados como "adecuados" por el regulador de competencia.

Como es lógico, en el edificio de La Vela echan las campanas al vuelo. Tras un año de 'lucha' han logrado que toda su oferta de 'remedies' sea aceptada.

En la sede del Sabadell no piensan lo mismo. Allí insisten en que la metodología empleada por Competencia no es válida para esta operación. ¿El motivo? La gran afectación en el segmento de créditos a pequeñas y medianas empresas.

Aunque la entidad no se pronuncia, fuentes cercanas consideran que la oferta realizada por el BBVA no servirá para garantizar el acceso a préstamos en condiciones ventajosas para las pymes. Una teoría a la que se sumaba este jueves la Autoridad Catalana de Competencia (ACCO), quien considera "insuficientes" las exigencias de la CNMC a la operación.

Razón no le falta. Precisamente Cataluña es, junto a Baleares, la región en donde mayor presión va a ejercer esta fusión. Allí ambas entidades tienen una gran presencia, y dará lugar a un banco que podría tener cerca del 40% del crédito concedido en la región, según datos de la propia ACCO.

Propuesta de BBVA

Tanto es así que en los propios 'remedios' aceptados por CNMC y que han sido pactados por el BBVA se recoge el compromiso de "mantener el volumen de crédito de los clientes pymes que a 30 de abril de 2025 tengan al menos un 50 % de su financiación con BBVA y/o Banco Sabadell".

Pueden parecer tecnicismos, pero no lo son. Eso es lo que debe analizar ahora el ministerio de Economía a quien, precisamente, le preocupa el elevado nivel de concentración bancaria que puede suscitar esta operación. Y ese análisis debe ser elaborado con criterios exclusivamente técnicos y no políticos.

Especialmente porque el calendario, maldito calendario, ha hecho que este 1 de mayo el protagonismo haya vuelto a ser para la opa del BBVA sobre el Sabadell. Ahí están las palabras de Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera del Gobierno, reclamando pararla por ser "un error mayúsculo". Una línea muy similar a la mantenida por los sindicatos, que temen la pérdida de hasta 10.000 puestos de trabajo.

También en contra se ha mostrado Esquerra Republicana de Cataluña quien, en boca de su presidente Oriol Junqueras, ya avisa de que si termina cristalizando la operación exigirán que no haya recortes de empleo y que los centros de decisión no abandonen la región.

Carlos Cuerpo.

Carlos Cuerpo.

No lo va a tener fácil Carlos Cuerpo. Por ahora el ministerio guarda silencio. "Máxima prudencia", indican fuentes del Gobierno. Haga lo que haga recibirá críticas de uno u otro lado. Y sus movimientos serán escrutados también por los inversores.

En el mercado hay voces que ven complejo que se pueda intentar torpedear la opa a través de un endurecimiento de las condiciones. ¿Por qué? Por la imagen que se daría hacia el extranjero. En especial cuando el proceso de concentración ha sido avalado por una treintena de reguladores de competencia y por el Banco Central Europeo.

Otra cosa es lo que pueda ocurrir con la fusión. Porque ahí es donde se dirime todo. Primero viene la opa y luego el proceso matrimonial. Y ahí sí que el Gobierno podría ponerse serio e impedirla. Algo que parece empezar ya a asumir el BBVA.

Aunque Torres no lo dice abiertamente, la entidad sí ha deslizado que no le importaría mantener las dos enseñas en el mercado a la espera de tiempos mejores... Y de que desaparezca de paso el 'impuestazo a la banca'.

Ahora bien, mientras el Gobierno se decide, el Sabadell sigue paso a paso en su estrategia de vencer a Goliat. Demostrar su fortaleza en solitario a través de un proyecto sólido. Y en eso están. En los próximos días presentarán su plan estratégico a tres años con el que esperan convencer a sus accionistas de rechazar la propuesta del BBVA.

Todavía queda tiempo para dar la voz a los 'dueños' del Sabadell sobre cuál quieren que sea su futuro. En el calendario más optimista, sin intermediación del Gobierno, podrían empezar a pronunciarse en torno a mediados de junio. Si el consejo de ministros decide 'meter mano' a las condiciones, el proceso se metería prácticamente en agosto.

Será el momento más importante. Quizá, el único que valga y en lo único en lo que BBVA y Sabadell coinciden desde hace tiempo. El futuro de esta operación no debe decidirlo el Gobierno, deben decidirlo los accionistas de la entidad catalana. Que hablen en un sentido o en otro, pero que decidan ellos.