
Fotografía de archivo de un supermercado en Estados Unidos. EFE
Coca-Cola, Unilever, Kraft Heinz, Pepsico… Los aranceles golpean de forma diferente en los grandes de la alimentación
Algunas multinacionales ya han recortado previsiones de crecimiento, mientras que otras creen que podrán adaptarse.
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La agresiva guerra arancelaria que EEUU está librando con medio mundo afecta a las grandes compañías internacionales de alimentación. Las cuentas trimestrales son un reflejo de esta incertidumbre. En principio, se espera que los costes de las cadenas de suministro aumenten y, con ello, también los precios de venta al público. Sin embargo, el temor a este impacto para algunas multinacionales es manejable, mientras que para otras no tanto.
En el primer caso está Coca-Cola, que se muestra tranquila. La compañía es un grupo con presencia mundial, pero sus operaciones son locales. Es decir, la gran mayoría de todas las bebidas del grupo que se consumen en Estados Unidos se fabrican en el país. Igual pasa en otros países que cuentan con sus propias fábricas.
No obstante, reconocen que están sujetas a la dinámica del comercio mundial, lo que puede afectar a determinados componentes de la estructura de costes de la empresa en todos sus mercados. Por ejemplo, el arancel del 25% al aluminio (necesario para las latas de refresco) podría ser un coste mayor añadido. Pero en este momento, “la empresa espera que el impacto sea gestionable”, dicen.
De esta forma, la compañía quita hierro a los aranceles de EEUU y saca pecho al cerrar el primer trimestre en los 3.330 millones de dólares (2.927 millones de euros), lo que supone un incremento del 4,8% en comparación con las ganancias contabilizadas un año antes. Y las previsiones para 2025 son de un crecimiento orgánico de los ingresos del 5% o 6%.
De la misma postura es Unilever. El gigante británico propietario de marcas como Dove, Frigo o Hellmann's espera un impacto directo de los aranceles “limitado y manejable” en su rentabilidad.
No obstante, tras presentar ingresos de 14.828 millones de euros hasta marzo (un 0,9% menos), declaró ser consciente de que “el entorno macroeconómico, la estabilidad monetaria y la confianza del consumidor siguen siendo inciertos”.
Aun así, la empresa explica que "ajustará sus planes con agilidad, según sea necesario" para hacer frente a esta situación.
Recorte de previsiones
Pero no todos son tan positivos en esta guerra comercial. Desde Pepsico prevén más volatilidad e incertidumbre, especialmente en relación con los acontecimientos del comercio mundial, que esperan que "aumenten los costes de nuestra cadena de suministro".
Así de rotundo se mostró el consejero delegado de Pepsico, Ramón Laguarta, durante la presentación de resultados del primer trimestre de 2025. Un periodo en el que la compañía redujo su beneficio neto atribuido un 10,19%, hasta los 1.834 millones de dólares (1.613 millones de euros).
Los aranceles, en su caso, suponen un golpe mayor para su negocio en EEUU y favorecen más a su eterno rival, Coca-Cola. ¿Por qué? La clave está en la ubicación de las plantas donde se elaboran los concentrados de fórmula secreta para sus refrescos.
Coca-Cola produce la mayor parte de sus concentrados para el mercado estadounidense en Atlanta y Puerto Rico (territorio libre de aranceles), mientras que la propietaria de Pepsi lo hace en Irlanda, donde ahora se enfrenta a un gravamen del 10%, según The Wall Street Journal. De momento, el arancel es de un 10% (y no de un 20%) porque Donald Trump ha dado tres meses a la UE para negociar.
Caso parecido es el de Kraft Heinz, que recortó sus previsiones de ventas orgánicas y beneficios para todo el año por la caída de la confianza del consumidor y el contexto económico incierto provocado por los aranceles.
En concreto, la empresa propietaria del ketchup Heinz prevé que las ventas netas orgánicas para el año fiscal 2025 caigan entre un 1,5% y un 3,5%, frente a su previsión anterior de mantenerse estables o bajar hasta un 2,5%.
Pero no sólo las grandes multinacionales de alimentación están afectadas, también el sector textil se resiente. La última en mostrar preocupación fue Adidas. "Aunque ya habíamos reducido al mínimo las exportaciones de China a EEUU, estamos algo expuestos a estos aranceles, que actualmente son muy elevados", advirtió el consejero delegado de Adidas, Bjorn Gulden, durante la presentación de resultados.
Y fue más allá al asegurar que, al no poder producir casi ninguno de sus productos en EEUU, estos aranceles provocarán un aumento de los costes para el mercado estadounidense.