Un modelo en miniatura impreso en 3D que representa al presidente de EEUU, Donald Trump, y un billete de dólar.

Un modelo en miniatura impreso en 3D que representa al presidente de EEUU, Donald Trump, y un billete de dólar. Reuters

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¿El "privilegio exorbitante" de EEUU se acaba? El 'shock Trump' hunde al dólar y pone en riesgo su dominio

La proporción de reservas internacionales de dólares ha disminuido desde el 71,1% de principios del año 2000 al 57,8% de cierre de 2024.

Más información: Los inversores se refugian de los ataques de Trump a la Fed: el oro marca nuevos máximos y el yen se fortalece frente al dólar

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En 1965, Valéry Giscard d’Estaing, quien por entonces era ministro de finanzas de Francia —antes de convertirse en presidente del país—, acuñó la expresión "privilegio exorbitante" para criticar el beneficio económico y geopolítico que tiene Estados Unidos por el hecho de que el dólar estadounidense es la principal moneda de reserva y de comercio internacional en el mundo.

Se quejaba de que Estados Unidos podía (y puede) endeudarse y pagar guerras simplemente imprimiendo dólares, mientras que otros países sufrían (y sufren) para financiarse. La caída de la divisa estadounidense, a consecuencia de lo que se puede denominar shock Trump —en un paralelismo con el shock Nixon de 1971— ha hecho saltar las alarmas y pone en riesgo, aunque relativo, el dominio del billete verde.

Antes de que el dólar entrara en escena, la libra esterlina predominaba en el sistema de reservas internacionales. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial y con una economía británica devastada, la libra cedió este privilegio a la divisa estadounidense gracias al acuerdo de Bretton Woods de 1944.

Este acuerdo vinculó el valor del dólar al oro, mientras que la mayoría de las divisas se vincularon a la moneda estadounidense. Al poseer la mayoría de las reservas de oro del mundo, y siendo Estados Unidos la mayor potencia industrial tras el mencionado conflicto bélico, el dólar se convirtió en el ancla del sistema financiero global.

La divisa estadounidense ha conservado su dominio en la escena internacional incluso después de la caída del sistema de Bretton Woods, cuando en el verano de 1971 Richard Nixon suspendió la convertibilidad del dólar en oro. Lo ha hecho gracias al tamaño y resiliencia de su economía y de su mercado de capitales, a la fortaleza de las instituciones estadounidenses, su uso generalizado en el comercio internacional y la preponderancia militar y geopolítica proyectada por Estados Unidos.

Del 'shock' de Nixon al de Trump

Pero con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca algunos de esos pilares parecen estar tambaleándose. La incertidumbre que genera el comportamiento del republicano —imponiendo aranceles, concediendo treguas comerciales o arremetiendo contra el presidente de la Reserva Federal (Fed), para después retractarse— impacta directamente en el dólar.

El índice dólar, que mide la evolución de la divisa estadounidense frente a las principales monedas del mundo, ha bajado un 8,5% desde que empezó el ejercicio. Para encontrar una evolución peor en el mismo plazo —desde el 1 de enero al 25 de abril— hay que retroceder hasta 1995.

El descenso registrado desde el ‘Día de la Liberación’, cuando Trump anunció sus aranceles "recíprocos", es del 4,8%. Como consecuencia, el índice ha caído por debajo de lo 100 puntos, algo que no ocurría desde 2023.

Para los analistas de Ebury "sí existen similitudes" entre lo que ocurre en la actualidad y lo sucedido hace casi 54 años, aunque también hay diferencias. "Nixon se vio obligado a desvincular el dólar estadounidense del oro debido a la escasez de reservas del metal precioso. En esta ocasión, la falta de respaldo no la está sufriendo el dólar en sí, sino los bonos del Tesoro estadounidense", explican.

Los bonos y el dólar

Lejos de utilizarlos para resguardarse de los vaivenes comerciales, los inversores han optado por deshacerse de deuda de Estados Unidos. La estampida ha provocado la caída de los precios de los bonos y, como consecuencia, por la relación inversa que existe, la escalada de sus rentabilidades.

Tal y como explica Pablo Gil, "históricamente, el índice del dólar se ha movido en paralelo con los rendimientos del bono a 10 años de Estados Unidos. Sin embargo, esa relación se ha roto recientemente. Mientras la rentabilidad de los bonos ha repuntado con fuerza, el dólar ha comenzado a debilitarse, marcando lo que algunos ya denominan el ‘Día de la Liberación del dólar’ respecto a su tradicional anclaje con la renta fija".

El mismo experto advierte de que "esta descorrelación es una señal que los inversores no deberían ignorar". La relación inversa continúa vigente, a pesar de los intentos de Trump de calmar las aguas: ha decretado una tregua comercial de 90 días para los países que estén dispuestos a negociar, se ha acercado a China y ha afirmado que no despedirá al presidente de la Fed.

Para el equipo de análisis de Ebury, "la depreciación del dólar después de la tregua arancelaria responde a una moción de censura del mercado a Trump por la errática manera en la que ha implementado su política comercial. Sus vaivenes arancelarios están provocando una parálisis entre empresas y consumidores que mermará la economía estadounidense a lo largo del año".

Ante los temores a una recesión y a una inflación y deuda pública desenfrenada, los inversores han huido en desbandada de los activos estadounidenses en búsqueda de refugios como el euro, el yen japonés o el franco suizo.

El euro se ha fortalecido un 9,6% frente al dólar desde el 1 de enero en el que es el mejor inicio de año de su historia. La divisa comunitaria ha llegado a superar los 1,15 billetes verdes por primera vez desde 2021. El avance del yen japonés es del 9,5% y el del franco suizo del 9,3%.

Para José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, el dólar podría estabilizarse entre los 1,10 y los 1,15 euros si la tregua comercial persiste, caer a 1,20 si los aranceles escalan, o alcanzar mínimos históricos "en un escenario extremo de desdolarización".

En Generali AM esperan que el dólar "siga retrocediendo en los próximos meses". A un año vista, los expertos de Goldman Sachs creen que la moneda estadounidense bajará hasta los 1,2 euros, mientras que en UBS consideran que se situará en los 1,14 en marzo de 2026.

¿Cuál es el objetivo?

Pero ¿la debilidad del dólar es uno de los objetivos de Trump? En alguna ocasión, tanto el presidente de Estados Unidos como su vicepresidente, J.D. Vance, han señalado que la fortaleza de su divisa es una desventaja competitiva para Estados Unidos ya que encarece sus exportaciones, lo cual agrava el déficit comercial del país y perjudica a su industria manufacturera.

Sin embargo, y a pesar de la rumorología en torno al potencial acuerdo de Mar-a-Lago y los planes del consejero económico, Stephen Miran, Trump en ningún momento ha declarado que este sea un objetivo explícito de su segundo mandato. De hecho, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, insiste en que la administración está a favor de la fortaleza del billete verde.

"La realidad es que no sabemos a ciencia cierta si forma parte de su política económica o no ya que, como es habitual, los mensajes que han emanado de la Casa Blanca sobre este asunto han sido algo inconsistentes. Lo que sí que sabemos es que si Trump realmente busca una depreciación del dólar, no sería en estas circunstancias", afirman los analistas de Ebury.

"Hemos observado en las últimas semanas como las políticas de Trump han socavado la confianza de los inversores en el excepcionalismo estadounidense y su liderazgo del 'mundo libre', lo cual no será sencillo de enmendar. La reciente escalada de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense es una prueba de ello", añaden.

La debilidad del dólar traería beneficios para Estados Unidos, pero también conllevaría efectos negativos para su economía. "Un dólar débil impulsa exportaciones, pero eleva la inflación (2,5% según ING), reduce el poder adquisitivo y desincentiva la inversión extranjera, fomentando la estanflación", detalla Corrales.

Asimismo, tendría efectos globales. La fragilidad del billete verde "reduce el comercio (entre un 3% y un 4% según JPMorgan), aumenta cargas de deuda en mercados emergentes y genera volatilidad monetaria". Y Corrales advierte: "Los aranceles agravan estos problemas, afectando especialmente a países vulnerables".

Los rumores sobre Mar-a-Lago

Alexis Bienvenu, gestor de fondos de La Financière de l’Échiquier (LFDE), hace referencia "los rumores en torno a los enigmáticos acuerdos de Mar-a-Lago". Hace, por tanto, alude a las voces que señalan que los miembros de la Administración Trump han pactado la depreciación de la divisa estadounidense en las reuniones celebradas en la residencia que el magnate tiene en Palm Beach, Florida.

"Este planteamiento sugiere que Estados Unidos podría liderar un acuerdo multilateral en el que se comprometería a debilitar el dólar a cambio de que otros países acepten concesiones comerciales y de seguridad", explica Pablo Gil.

Para el analista, "la desconfianza generada por la política exterior estadounidense y su giro proteccionista hace que esta opción, aunque teóricamente atractiva, sea hoy poco creíble". Considera que "la cohesión global necesaria para un pacto de esta magnitud parece fuera de alcance".

Según el mismo experto, el mercado está tratando de dilucidar si realmente Trump tiene un plan para debilitar el dólar. La otra opción que se baraja es el llamado "Exodus from the dollar".  En este caso, explica, "el resto del mundo dejaría de confiar en Estados Unidos como garante del orden internacional, tanto desde el punto de vista económico como geopolítico".

"Si los inversores internacionales empiezan a retirar masivamente su capital del país, se desencadenaría un círculo vicioso: caída de los mercados, subida de los rendimientos del Tesoro y presión adicional sobre el dólar", alerta.

Ambos caminos, que sea un plan orquestado por la Administración Trump o que sea fruto de la falta de confianza, apuntan a una divisa estadounidense más débil, pero sus implicaciones para la estabilidad financiera y el liderazgo global de Estados Unidos son totalmente opuestas. "Mientras uno busca gestionar el ajuste con diplomacia y previsibilidad, el otro podría desembocar en una crisis de confianza abrupta, con consecuencias imprevisibles para los mercados globales", explica también Gil.

El euro, la única alternativa

En Generali AM creen que "la debilidad del dólar marca un punto de inflexión". "El excepcionalismo estadounidense se desvanece a medida que los aranceles masivos generan una gran incertidumbre, lo que pesa significativamente sobre las perspectivas de crecimiento y erosiona el estatus del dólar como activo refugio", afirman.

De hecho, ante un dólar más volátil, sujeto a los virajes polítcos de la Casa Blanca, los bancos centrales del resto del mundo podrían continuar reduciendo poco a poco sus reservas en esta divisa y diversificar con monedas alternativas. O comprando oro, como llevan haciendo especialmente desde que Rusia decidió invadir Ucrania en febrero de 2022.

Según los datos del FMI, las reservas internacionales de dólares han disminuido en los últimos años, de manera especial desde que comenzó el conflicto en Ucrania. Tal y como reflejan las cifras del organismo que dirige Kristalina Georgieva, la proporción de reservas internacionales de dólares ha disminuido desde el 71,1% de principios del año 2000 al 57,8% de cierre de 2024.

Aunque "las políticas arancelarias y la depreciación del dólar amenazan su estatus incentivando diversificación hacia oro y euros", José Manuel Corrales considera que "la falta de alternativas viables y los efectos de red limitan una erosión rápida".

En su opinión, el euro, el renminbi, el yen y el franco suizo "no pueden reemplazar al dólar debido a limitaciones fiscales, controles de capital o escala". Para los expertos de Ebury, la única divisa que se presenta como una "alternativa natural al dólar" es la moneda europea "ya que goza de cierta estabilidad y de una liquidez abundante".

"A pesar de que los mercados de capitales europeos no puedan competir con los estadounidenses en términos de tamaño, el euro se presenta como una alternativa segura, respaldada por un sistema financiero cada vez más seguro y coordinado, un riguroso sistema de contrapesos y una apertura generalizada al comercio internacional", explican.