Andrea Suki, mecánica.

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Motor

Andrea Suki, mecánica: "Es uno de mis coches japoneses de ensueño. Es muy exquisito y desconocido"

Esta profesional ha publicado un vídeo en el que muestra su opinión sobre uno de los coches más desconocidos. 

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En un mundo donde los clásicos japoneses comienzan a ser redescubiertos y valorados por su ingeniería, diseño y exclusividad, el Nissan 300ZX Z32 emerge como un verdadero ícono olvidado por muchos, pero adorado por los entendidos.

Así lo demuestra Andrea Suki, entusiasta del motor e influencer del mundo automovilístico, quien en uno de sus recientes vídeos en Instagram destaca las particularidades de este modelo que, en sus palabras, "para muchos, seguro que es algo desconocido".

"No, no es ni un 370Z, ni un 350Z", aclara Andrea Suki desde el inicio, desmontando las comparaciones rápidas con sus sucesores. "Para mi gusto es algo mejor porque es uno de mis coches japoneses de ensueño", añade.

Y es que el Nissan 300ZX Z32, también conocido como Fairlady Z en Japón, marcó un antes y un después en la historia de la marca por su enfoque innovador y sus prestaciones deportivas.

Presentado en 1989 como parte de la cuarta generación de la mítica línea Z de Nissan, el Z32 fue revolucionario por su diseño aerodinámico, bajo y ancho, sus faros escamoteables y su chasis renovado, que lo colocaron como uno de los deportivos más sofisticados de la época.

A diferencia del diseño más conservador de generaciones anteriores, el Z32 apostó por una imagen más moderna y agresiva, apuntando directamente al mercado estadounidense.

Lo que hace aún más especial a la unidad mostrada por Suki es su configuración. Tal y como apunta esta experta, es algo incluso más exclusivo porque es una edición "un poquito rara". Se trata de la versión americana del modelo, importada a Europa, que se distingue del modelo europeo principalmente por su carrocería biplaza.

"El coche es más corto y además es biplaza", explica la influencer, una rareza en el continente donde predominaban los modelos 2+2 (cuatro plazas).

Esta configuración más compacta le otorga ventajas en peso y maniobrabilidad. "El chasis, al ser mucho más corto, es más ligero y más ágil, que ya sabemos que no todos son los caballos", afirma.

Debajo del capó, el 300ZX Z32 ofrecía dos variantes del mismo motor V6 de 3.0 litros con doble árbol de levas en cabeza (DOHC). "La versión Twin-Turbo saca 300 caballos y la versión atmosférica son 222", detalla Suki.

Aunque su unidad pertenece a la versión atmosférica, sin turbocompresores, sigue ofreciendo una conducción equilibrada y placentera, ideal para quienes valoran más la respuesta progresiva del motor que la potencia bruta.

Una de las características distintivas del modelo es su techo Targa, que mezcla el diseño coupé con la experiencia al aire libre. "Son esos dos paneles que estáis viendo aquí, que se sacan de manera manual y se guardan en el maletero", comenta Suki.

Entre los aspectos técnicos más llamativos, destaca la inclusión del sistema de dirección en las ruedas traseras, denominado Super HICAS (High Capacity Actively Controlled Steering).

Este sistema, que Suki menciona como E-Cast, permitía un ligero giro de las ruedas traseras a alta velocidad para mejorar la estabilidad en curva, un detalle que lo colocaba por delante de muchos de sus competidores europeos y americanos de la época.

El interior del coche no se queda atrás. "Tiene muy buenos acabados", asegura Suki. En este caso, la versión atmosférica viene con tapicería de tela, mientras que las versiones turbo contaban con asientos de cuero y ajustes eléctricos.

Además, incluye control de crucero, un volante multifunción y un sistema de climatización integrado junto al cuadro de instrumentos, algo poco común en la década de los 90.

Como detalle curioso, Suki señala que tiene los anclajes de los cinturones en las puertas, un diseño poco convencional, pero característico de algunos deportivos japoneses de aquellos años.

El Nissan 300ZX Z32 es mucho más que un coche bonito o rápido. Es una declaración de intenciones de una época en la que los fabricantes japoneses buscaban innovar sin miedo. "Es uno de mis coches japoneses de ensueño", repite Suki, y no es difícil entender por qué.

Con su diseño distintivo, sus soluciones tecnológicas avanzadas y su limitada disponibilidad en ciertas versiones, este modelo se ha convertido en una joya buscada por coleccionistas y amantes del JDM (Japanese Domestic Market).