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Crees que lo estás haciendo bien: le das de comer, lo sacas a pasear y siempre tiene agua disponible. Pero, realmente, por inocentes que parezcan, hay cosas en esas acciones que podrías estar haciendo a diario mal y que sin querer están perjudicando seriamente la salud de tu perro.

Así lo cuenta Alba Pérez, veterinaria y nutricionista especializada en salud animal, quien deja claro en su último vídeo en redes sociales que el cariño no basta si se pasan por alto pequeños detalles de su cuidado en el día a día.

Y es que no lavar su bebedero, sacarlo solo 2–3 veces al día a hacer pis o no observar sus heces por recogerlas de forma automatizada son algunas de las cosas a las que no se le prestan atención con tanta asiduidad y que en realidad son más importantes de lo que muchos dueños creen.

Tener mascota es una gran responsabilidad. Istock

"Primero de todo, súper importante, es imprescindible que todos los días laves el bol de agua y pongas agua limpia", advierte la especialista desde el inicio del vídeo. Y es que aunque parece algo obvio, muchas personas simplemente rellenan el bebedero sin lavarlo y es ahí comienza el problema.

Según detalla Pérez, en los cuencos se acumula saliva, restos de comida y polvo del ambiente. Una mezcla que genera una capa gelatinosa llamada biofilm. "Es como esa capa viscosa que quizá alguna vez hayas notado cuando has ido a lavar el comedero o el bebedero, pues se forma súper rápido", explica Alba.

Una película, invisible en sus primeras fases, que puede albergar bacterias, hongos y algas que se agrupan y crecen en superficies húmedas. Este tipo de formación puede representar un riesgo para la salud de las personas y de los animales, ya que muchas de las bacterias presentes en ella pueden derivar en "problemas digestivos, diarreas, infecciones e incluso problemas urinarios".

Así, la experta deja claro que lavar el bebedero a diario es tan importante como poner agua limpia. De lo contrario, podrías estar convirtiendo un gesto tan simple como beber en una amenaza para su salud.

La limpieza de sus objetos es importante. Istock

El segundo error tiene que ver con el número de paseos. Según Alba, muchos de sus pacientes solo salen tres veces al día a hacer pis: por la mañana, al mediodía y por la noche. Una cantidad que puede parecer suficiente, aunque la realidad es que no lo es.

"Eso, amigos, es súper poco, a no ser que tengas la suerte de que pueda salir en cualquier momento a la terraza a hacer un pipí", cuenta. Y es que según explica, que los animales retengan la orina durante muchas horas no solo es incómodo, también puede dañar la vejiga, favorecer la formación de cristales y, con el tiempo, provocar incontinencia.

"¿Orinar solamente tres veces al día te lo imaginas en ti mismo?", pregunta con una lógica aplastante. Un punto que cobra aún más importancia si se trata de un cachorro, un perro mayor o uno que está bajo tratamiento farmacológico.

Por último, el tercer descuido, y no menos importante según esta veterinaria, es no mirar las heces. Y es que aunque este gesto no sea agradable, observar lo que deja nuestro perro al hacer sus necesidades puede darnos muchísima información sobre su salud.

"Es súper importante que sigáis un control de la consistencia, color, frecuencia, aspecto, todo de las heces, porque los cambios son importantes", dice Alba. Pues no se trata de alarmarse por cualquier cosa, pero sí de prestar atención a los cambios sutiles. "Recordad que los cambios en el sistema digestivo pueden comportar una bajada del sistema inmune y propiciar a enfermedades", advierte.

En resumen, estos tres hábitos que a menudo se pasan por alto pueden marcar la diferencia entre un perro sano y uno con problemas que podrían haberse evitado. "Así que ahora ya sabes cómo mejorar de una forma súper sencilla la calidad de vida de tu peludo”, concluye Alba, ya que a veces, los mayores cuidados empiezan por los gestos más simples.