Borja Sémper en el Ateneo.

Borja Sémper en el Ateneo. Javier Carbajal

Protagonistas Magos de Magas (III)

Borja Sémper: “¿Mis mitos eróticos de joven? Sharon Stone y Maribel Verdú, que ahora es amiga de mi mujer"

"He visto trabajar a mi madre toda su vida, pero también darnos un amor a prueba de bombas" / "No me enamoré de verdad hasta los 20 o 21. Fue absolutamente radical, sin concesiones, sin hueco para otras cosas" / "A mí Pedro Sánchez nunca me ha parecido guapo, porque le veo el truco. Me parece de cartón piedra".

Más información: Santiago Posteguillo: "Se ha hecho creer que Cleopatra estaba con muchos hombres para descalificarla, pero solo tuvo dos amantes"

Publicada
Actualizada

Borja Sémper dice que nunca fue un niño mimado, sino un niño consentido. ¿Cuál es la diferencia? "Ser consentido exige contraprestación. Te cuidan, pero tú tienes que ofrecer algo a cambio", sonríe. Y es verdad que ofrece su encanto templado, sin alardes, y cintura para encajar las preguntas espinosas; y es verdad que tiene el humor fino y la inteligencia suave de los grandes conversadores, anfíbico entre la biblioteca y la calle, como un galán leído que no pierde el cachondeo. ¿No es eso España, con sus Julios Iglesias, con sus Sabinas? Con la gracia y la profundidad entremezcladas. Con el palique conveniente.

Claro que es guapo, sería estúpido negarlo. Pero en las distancias cortas, uno entiende que es de esos guapos que ganan con la madurez. Salvando las distancias, como una especie de Brad Pitt ibérico. Ahora es más interesante. Ahora va más vivido. Ahora tiene más cosas que decir. Detrás del pelo cano y la sonrisa giocondesca, Sémper tuvo una vez el mismo primer amor que todos: mamá. "Mi madre es la mayor de seis hermanos y se encargó mucho de ellos cuando su padre les dejó abandonados. Ella tenía 14. Mi abuela tuvo que reconducir su vida y se fue a fregar escaleras en Irún. Esto es algo que digo con orgullo. Más que orgullo, con honra", recuerda.

"Y mi madre tuvo que abandonar los estudios para poder dedicarse a sus hermanos y ponerse a trabajar muy joven, con 15 años, para complementar el sueldo del hogar. Ella es una inmigrante madrileña que se fue a Irún a labrarse un futuro. Ha sido una mujer muy exigente pero también cariñosa: ha buscado la ejemplaridad en nuestro comportamiento personal. Yo la he visto trabajar toda su vida, pero también darnos un amor a prueba de bombas", comenta.

Sémper creció tatuándose sus frases: "Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti", "no critiques a los demás: primero, mírate a ti". Por ella se asomó a la lectura: "Hubiera triunfado en el mundo académico si se lo hubiera propuesto, pero no pudo, por las circunstancias. Es una autodidacta y una gran lectora. Ya de mayor se sacó el bachillerato y aprendió francés".

Hoy celebra el matriarcado en el que creció. "Vengo de un mundo que funcionaba muy bien así y que sigue funcionando bien así. Mi padre es un ser extraordinario, pero afortunadamente el timón estratégico de mi familia siempre lo ha llevado mi madre", confiesa. Por cierto: la señora vota al Partido Popular. "Es una mujer inteligente, ya te digo. También lo hace porque ahí está su hijo", dice.

Entrevista a Borja Semper Laura Mateo

Borja reconoce que a él le ha costado "tener amigas, amigas de verdad, solo amigas. Pero no por un atractivo mío, ni de ellas, sino por un hecho físico que siempre aparecía en un momento determinado, por ambos lados. Yo siempre he tenido relaciones personales con mujeres y con chicas muy desprejuiciadas, muy liberales en ese sentido. En la época universitaria eso, además, formaba parte de la diversión y del juego, y todo se hacía con naturalidad", sonríe. "Nunca liarme con una amiga me ha supuesto una ruptura de una amistad", añade.

Muy inteligente por tu parte. Se han perdido grandes amistades por media noche loca.

No es mi caso.

No huías al día siguiente.

No, todo estaba claro desde el principio. Si las cosas se hablan con transparencia… y si el código es compartido, no ha lugar a malentendidos. Entiendo que nuestra sociedad es de inspiración judeocristiana y que la religión ha tenido un peso muy relevante. Se puede ser conservador y de izquierdas, esto hay que recordarlo. Pero mi forma de entender las relaciones físicas siempre ha sido muy desprejuiciada. No considero que el cuerpo pueda mancillar nada. La dignidad de cada uno es la que marca el individuo y los límites se los impone cada uno. Yo creo profundamente en la libertad individual.

¿Cuál fue tu primer gran amor?

No me enamoré de verdad hasta los 20 o 21. Fue absolutamente radical, sin concesiones, sin hueco para otras cosas. Yo era un pichón inmaduro y ella era joven, pero era mucho más madura, y eso explica por qué no estuve a la altura y ella decidió no esperarme.

¿Te picó billete?

Sí.

¿Cómo era ella, por qué te enamoraste?

Era muy inteligente. Era una chica de Madrid que se fue a vivir a País Vasco en una época en la que… Para mí supuso un chute de aire fresco, de apertura, de visión del mundo. Fue interesante, sí.

¿Qué recuerdas de tu primera vez?

(Ríe) La velocidad. Fue entrañable… y veloz. Y torpe, lógicamente.

Borja Sémper en el Ateneo.

Borja Sémper en el Ateneo. Javier Carbajal

¿Cuántas veces te han roto el corazón?

Una, y no quiero más. Fue como empadronarse una larga temporada en el infierno. Es un proceso de aprendizaje lento, pero es la otra cara de la moneda del amor. Un amor muy intenso lleva a un dolor muy intenso: solo se puede tener una ruptura cayendo desde muy alto.

Es una forma de honrar lo bello que se sintió.

Sí. A esas altas cotas. Una cosa es que el amor se vaya apagando, evolucionando, asfixiándose… y otra cosa es que, de repente, existiendo todavía, eso no pueda ser.

Borja Sémper nunca soñó con ser mujer. "Vivo muy satisfecho siendo hombre. Creo que tenéis demasiados obstáculos de todo tipo. Creo que la condición masculina me favorece más", comenta. Dice que "ser guapo es un poco rollo": "Yo entiendo el descubrimiento de la belleza, entiendo que la belleza nos obnubila y cómo nos roba la atención. Pero, para sostener el interés de alguien en el tiempo, la belleza no basta. Todos hemos conocido muchos guapos y guapas, porque hay muchos, y eso no es suficiente: hay que ser interesante. De esto hay menos. El atractivo es más importante y rompedor que la belleza física".

¿Qué hay de sus mitos sexuales de la adolescencia o primera juventud? "Sharon Stone en Instinto básico. Hay una que es amiga, pero cuando era joven… y cuando me lea igual se ruboriza: Maribel Verdú. Ahora es amiga de mi mujer y mía. No sé si lo he dicho alguna vez, pero lo digo ahora. Y los clásicos de los ochenta: ¡Sabrina! Y Victoria Vera.

Dicen que tú eres el guapo oficial de la política española. ¿Te sientes así?

Eso refleja lo mal que está la política española en cuanto a atractivo (ríe). No me incomoda.

¿Te sientes un hombre objeto?

Nunca lo suficiente, no tengo ningún problema. No he padecido la losa de ser hombre objeto, así que puedo bromear con ello. Los hombres llevamos esto de manera muy diferente, nos pesa mucho menos: es más liviano del que puede sentir una mujer considerada la guapa oficial.

Borja Sémper.

Borja Sémper. Javier Carbajal.

Parece enseguida que la belleza de una mujer es a costa de su inteligencia. Un hombre puede ser atractivo e intelectualmente sólido.

Eso va evolucionando, aunque quizás lentamente. Aún es asimétrico, a favor del hombre. En todo caso, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. El problema es que cuando alguien lee que me llaman guapo y me conoce en persona dice "hombre, no es para tanto". Salgo perdiendo. En política, la estética es una primera llamada de atención o una captación de interés, pero como te decía, es todo efímero si no hay nada de fondo.

¿Y si pudiera elegir un target para ser deseado? Borja se ríe. "Si pudiera esperar a ello, me gustaría que fuera transversal en edad y sociológicamente", responde. ¿Es el favorito de las señoras? Vuelve a reírse. "Evidentemente, con las mujeres de 20 y 30 años es más difícil", añade. Le digo a Sémper que, al lado de Sánchez, serían una dupla muy pintona para una noche en el centro de Madrid, saliendo juntos por ahí a pajarear: "Creo que ahora mismo pasear por las calles de cualquier ciudad con Sánchez no es buena idea, sinceramente".

¿Perderías puntos por ir con él, crees?

Bueno, sobre todo corres el riesgo de que te deje colgado a la primera de cambio. Se monta en el coche y se pira (ríe). A mí Pedro Sánchez nunca me ha parecido guapo, porque le veo el truco. Me parece de cartón piedra. Es una pose continua. Entiendo que sus facciones puedan responder a un canon, pero no me convence. Yo puedo decir sin problema que un hombre es guapo: no es este el caso y no es una cuestión de ideología.

¿Y Rufián? Es deseadillo.

Es por el morbo que tiene un 'indepe' en Madrid (ríe). No, no me lo parece. Espero que no se enfade, pero no. Pero mira: con ese aspecto desaliñado (desaliño calculado), y porque es una persona educada y agradable, quizás el ministro Urtasun pueda ser un hombre atractivo. Mira, ¿sabes quién? López Miras. Lo que pasa es que la barba poblada disimula. Estoy pensando más en otros partidos, para que veas que no tengo problema…

Y porque en el tuyo no hay mucho.

Hombre, no digas eso (ríe). En el Congreso hay unos cuantos nombres. Nacho, que es nuestro diputado por Cataluña, es un tipo atractivo. Y Guillermo Mariscal.

El político, en un momento de la entrevista con Lorena Maldonado.

El político, en un momento de la entrevista con Lorena Maldonado. Javier Carbajal

Le pregunto a Borja por sus años en Euskadi ligando con escolta. ¿Cómo se hace eso? "Con mucho ingenio -guiña-. Hubo varias etapas. La primera, en la que no era conocido y la segunda, en la que sí lo soy. En la primera tenía que ocultar que tenía escolta si quería ligar. En la segunda, si alguien se acerca a ti, ya sabe que vas con escolta. La primera etapa era más divertida, te obligaba más al ingenio".

Háblame de esa época.

Empezó cuando era concejal. Tuve escolta por primera vez con 19 años: salías con más intensidad, las fiestas universitarias… Tú imagínate que ligas en un bar y tienes 21 años. Se ha alineado Júpiter con Saturno. Sales del bar y te haces el encontradizo con dos tipos: "Hombre, Borja, ¿qué tal?". "Aquí, con una amiga". "Oye, pues nos vamos ya, ¿os llevamos a casa?". Y nos acercaban a tal sitio. Había un poco de teatro para no asustar. Al reto de convencer a alguien para que se vaya contigo, súmale escoltas…

Seguro que luego lo comentarían ellas entre sí."¿Te ha hecho Borja la de los dos tipos que le llevan a casa?". Te pillarían cuando hablaban entre ellas.

(Ríe) Bueno: la policía no es tonta y las chicas tampoco. Pero nos dejaban en la puerta del portal… y ya no entraban más, créeme.

¿Cómo es criar a cuatro hijos?

Un reto apasionante.

¿Qué tipo de padre eres?

Buena pregunta. Intento emular a mi madre en el nivel de exigencia, aunque no soy capaz de hacerlo con su misma virtud. Me he comprometido a no frustrarme y a centrarme en el afecto. Con el afecto no fallas nunca. Educar es difícil y lo hago lo mejor que puedo.

¿Les das consejos sobre mujeres?

No. El que acaba de cumplir 19, no me los pide y tampoco los escucharía. Hemos hablado de relaciones personales, claro. Yo le digo la verdad. Nada es técnico. La clave es "no seas un capullo". Que nadie pueda decirte "me engañaste". Seguro que puede haber un "ojalá hubiera pasado otra cosa", pero le exijo que no haya nunca un "me has engañado".

¿Cómo reconoce uno a la mujer de su vida?

Nadie me lo tuvo que explicar. Pasó como pasan las cosas importantes: sin que te des cuenta. Tengo mucha suerte, soy un afortunado. Mi mujer me ayuda a tener los pies en la tierra y es mucho mejor que yo en todo. Empezó a trabajar con nueve años. No puedo admirarla más.

¿Cómo reconociste que estabas enamorado de tu mujer [Bárbara Goenaga]?

Porque planificas tu día en torno a la posibilidad de estar con esa persona.

¿Has escrito cartas de amor?

Sí. Firmadas por mí y para otros amigos. Me acuerdo de un amigo que se enamoró de una chica que era fan acérrima de 'La insoportable levedad del ser', de Milan Kundera.

Y le hiciste una reseña literaria-carta de amor.

Sí. Nos lo pasamos teta. Teníamos veinte años. Teníamos la tontería.

¿Funcionó?

Creo que a él le hubiera gustado alargar más eso en el tiempo, pero algo es algo.

¿Cuál es tu canción de amor favorita?

'Amor se llama el juego', de Sabina. "Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño…".

¿Cuál es tu parte favorita del cuerpo de la mujer? No me digas el cerebro…

La boca.

Porque es la puerta a algo.

Porque el beso es el acto físico más erótico posible.

Sémper con un retrato de Clara Campoamor, uno de sus referentes femeninos.

Sémper con un retrato de Clara Campoamor, uno de sus referentes femeninos. Javier Carbajal

Dice Sémper que su mujer y su madre son sus grandes referencias en la vida. Pero en el ámbito intelectual, alguien que le ha inspirado mucho es Clara Campoamor. "No solo por su posición y su discurso en cuanto al sufragio femenino, que también, pero esa parte es la más conocida, sino en cuanto a su papel extraordinariamente valiente en la Guerra Civil. Hay una Clara Campoamor que no es suficientemente leída, ni tan siquiera por muchos que abanderan su nombre. Es el ejemplo de una mujer brillante, corajuda y con una valentía brutal", explica.

"Fue capaz de enfrentarse hasta a los suyos por los desmanes que estaban cometiendo en el Madrid de la Guerra Civil. Su mirada y su testimonio me deslumbran. Me hizo entender muchas cosas", mantiene. También le fascina Carmen Laforet. "Nada para mí es uno de los libros fundacionales en mi forma de entender a la mujer. Es decir, para mí hay varios libros que lo explican, pero no solo escritos por autoras. Pienso en La casa de Bernarda Alba o en Yerma: en determinados contextos históricos fueron muy importantes” sostiene.

"Entiendes el papel subalterno y oscuro por el que pasó la mujer en un momento determinado y cómo eso no le hizo perder, en la intimidad al menos, su personalidad y su coraje dentro del dolor", alega. "Pienso mucho también en Loyola de Palacio, a quien tuve la suerte de conocer. Fue la primera comisaria vicepresidenta de la Unión Europea y era del Partido Popular. Rompió muchos techos de cristal y siendo muy jovencito, en Irún, entablé cierta amistad con ella, o la conocí con cierta cercanía. Era un mundo todavía muy masculinizado. Y Loyola era una mujer que dejaba parados y callados a muchos hombres", revela.

¿Cómo son las mujeres de derechas en España hoy y cómo son las de izquierdas?

Derecha e izquierda son ya contenedores demasiado amplios y no sirven para definir a los seres humanos. He conocido a mujeres que votan a partidos de izquierdas y que no se diferencian en nada a mujeres que votan a partidos de derechas. El ángulo ideológico no define al ser humano, ni hombre ni mujer. Sí veo que la de izquierdas ha perdido algunas referencias políticas y la veo agotada con determinados discursos, eso sí.

¿Qué análisis harías sobre el momento feminista en el que nos encontramos? ¿Cuánto hay de desencanto?

Asistimos a cierto fracaso cultural de la izquierda, que se ha quedado atrasada, y eso que venía de discursos hegemónicos. En el ámbito social, está siendo incapaz de responder a determinados retos sociales y económicos de las clases más populares. El discurso en relación a la mujer también se ha demostrado ineficaz, y, en cierto modo, cartón-piedra. No seré tan mezquino de negar un poso profundo que ha existido en la socialdemocracia tradicional en España, pero ahora mismo hay mucha desazón y mucha falta de identificación de las mujeres en el discurso de la izquierda.

¿Cuál es tu mujer de derechas más admirada?

¿En sentido político? No podemos dejar de admirar acríticamente a Ayuso.

¿Cuál es tu rival política más temida?

No temo a ningún rival político, ya sea hombre o mujer. No me muevo en términos de miedo, sino de respeto intelectual.

¿Y rival política más respetada, en ese caso?

Creo que había mucha eficacia en Carmen Calvo, sin compartir nada con ella y sin gustarme. Creo que las ministras socialistas a lo largo y ancho de los gobiernos que han tenido España, ya sean del PSOE o del PP, han sido de mucho nivel, en general. Aunque ahora asistimos todos a una descapitalización de la política. Elena Valenciano tenía un discurso muy interesante también, sobre todo en términos de feminismo clásico, que a mí me gusta mucho. De esos discursos hemos aprendido todos y, retrospectivamente, se lo reconocemos. Pero el feminismo no solo ha crecido gracias a la socialdemocracia, sino gracias al centro-derecha; sería injusto negarlo.

No me creo que ninguna mujer haya conseguido generarte terror.

Hay una. Era y es de mi partido, pero no te puedo decir el nombre.

¡Por favor!

No puedo. Ya no está en la política activa.

¿Por qué te daba miedo, o por qué te generaba impacto?

Era una persona agresiva, no sensible, no considerada, y en eso da igual que seas hombre o mujer.

¿Qué podría aprender Feijóo de Ayuso?

Cómo es Madrid.

Qué listo has estado ahí.

Madrid requiere un máster.

Ya, pero me refiero a qué podría aprender de ella en capacidad de liderazgo y en carisma, en herramientas que ayuden a generar consenso.

Son estilos diferentes y complementarios, pero también adaptados a realidades diferentes. No es lo mismo hacer política en País Vasco que en Andalucía, en Madrid o en Galicia. Los liderazgos también son diferentes o, al menos, han de ser conscientes de dónde hacen la política. Yo creo que lo que necesita Madrid es un estilo y lo que necesita el resto de España es una conjunción de estilos.

¿Te imaginas a Ayuso como presidenta del Gobierno?

Bueno, después de que lo sea Feijóo, ¿por qué no?

¿España está preparada para tener una presidenta del Gobierno?

Sin duda. Una mujer, un gay, una lesbiana. Eso no es un hecho relevante. España es un país maduro.

¿Qué puede aprender Errejón de las mujeres?

Es un tema que representa algo mucho más de lo que estamos viendo. Me estoy cuidando mucho de hacer leña del árbol caído, no me gustaría nada aprovechar una situación de debilidad para hacer política. Pero hay algo: cuídate mucho del 'aliade'. Cuídate mucho del que te dice que es más feminista y casi más mujer que tú. Y cuídate del que da lecciones a los demás hombres sobre cómo comportarse con las mujeres.

Fíate de quien te demuestre las cosas con el ejemplo. No hay que teatralizar nada. En todo caso, creo que la idea de "lo personal es político" es perjudicial y muy tóxica, como ha quedado acreditado. Hay tíos que afirman ser de izquierdas y que en la intimidad se comportan como unos verdaderos canallas con sus parejas. No quiero lecciones desde ningún púlpito.