El Cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco arrancará el 7 de mayo, según fuentes del Vaticano citadas por Reuters. Así lo han decidido este lunes los cardenales llegados a Roma y reunidos en congregación general en el aula del sínodo, el espacio utilizado para las asambleas de la Iglesia católica en el Vaticano. LA primera votación será por la tarde tras la misa pro eligendo pontifice, tal y como confirmó el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
El proceso para elegir al nuevo pontífice empezará tras los llamados novendiales, los nueve días de luto con misas en San Pedro, tal y como marcan los intrincados pasos de las exequias litúrgicas. Por ahora en las congregaciones generales se han presentado más de 180 cardenales, de los que más de un centenar son electores, según los datos algo vagos que dio el portavoz, quien no quiso confirmar aún si entrarán en la Sixtina los 134 cardenales menores de 80 años previstos, ya que algunos llegarán en el último momento por motivos de salud. Por parte española, solo Antonio Cañizares ha confirmado públicamente que no acudirá al cónclave.
De los 134 cardenales que entrarán en la Capilla Sixtina y tienen derecho a voto, un total de 108, el 80%, fueron elegidos por Francisco a lo largo de sus doce años de pontificado y diez consistorios, pero esto no indica que sean todos 'bergoglianos'. Muchos de ellos no se han visto en su vida porque llegan de lugares tan periféricos como Mongolia, Irán, Birmana, Ruanda o Papúa Nueva Guinea y proceden de realidades muy diferentes y con ideas completamente divergentes.
El cardenal argentino Angel Sixto Rossi habla con la prensa este lunes.
Los cardenales empezarán a congregarse en la Casa Santa Marta, la residencia en el interior del Vaticano y en la que vivió Francisco durante su pontificado, en la noche del 6 de mayo, mientras que el 7 de mayo los cardenales celebrarán en San Pedro la misa pro eligiendo pontífice oficiada por el cardenal decano, Giovanni Battista Re.
En la celebración eucarística, el decano invitará a sus hermanos a dirigirse por la tarde a la Capilla Sixtina con estas palabras: "Toda la Iglesia, unida a nosotros en la oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un digno Pastor de todo el rebaño de Cristo". Desde allí, la procesión hacia la Sixtina, en cuyo interior los cardenales cantarán el himno Veni, Creator Spiritus y prestarán juramento y después empezará la votación, que será una o dos dependiendo del tiempo que tengan esa tarde tras haber realizado todos los pasos protocolarios.
Dos tercios de votos
Otras de las cuestiones que deben abordar los cardenales es la participación o no en el Cónclave de Angelo Becciu, a quien Francisco quitó los privilegios de purpurado por su implicación en un escándalo financiero -por el que ha sido condenado-, pero él insiste en que conserva las prerrogativas de participar en la elección papal. De hecho, dos cartas mecanografiadas y firmadas por el fallecido Pontífice planteaban excluir a Becciu.
El cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José Cobo, avanzaba el sábado que la discusión de los cardenales de este lunes "va a arrancar en poner la fecha de inicio del Cónclave" y después decidirán cómo se va a hacer. Mientras tanto, también irían analizando "cuál es el perfil del nuevo Papa" y conociéndose entre ellos debido a que se trata de una de las elecciones papales "con más diversidad y más universal de los últimos siglos", con prelados procedentes de 71 países.
"Muy largo, muy largo no será porque yo creo que los previos, es decir, todas las conversaciones de esta semana, ya nos van a ir ayudando a conocernos prácticamente todos los cardenales. Estamos ya en Roma prácticamente, las congregaciones de esta semana serán momentos de encuentro, de escucha y creo que eso agilizará mucho el desarrollo final del Cónclave", señaló el cardenal español. En 2005 y 2013, cuando fueron elegidos Benedicto XVI y Francisco I respectivamente, duró dos días.
El argentino Angel Sixto Rossi, arzobispo de Córdoba, se ha mostrado confiado en encontrar a un nuevo sucesor para "seguir caminando": "Comenzamos ahora, a rezar, el deseo de encontrar una figura que tenga el coraje de continuar con su individualidad, no se necesita que sea igual al papa Francisco, pero no perder el camino que ha comenzado de misericordia".
Este domingo por la tarde más de 110 cardenales reunidos en Roma celebraron un momento de oración para rendir homenaje al Papa en la basílica de Santa María la Mayor, donde Francisco pidió ser enterrado. Antes, hubo un momento privado para el cardenal Santos Abril y Castelló, arcipreste emérito del templo, el que acompañó al entonces recién elegido Francisco en su primera visita a la basílica Liberiana al día siguiente de su elección.
A continuación, uno a uno o en grupos de tres, los cardenales se detuvieron ante la tumba. Algunos permanecieron unos minutos en oración, recitando un Ave María, otros se persignaron o se hicieron una foto, los que pudieron se arrodillaron unos instantes. Todos se reunieron en la Capilla Paulina, junto a la sepultura, bajo la mirada de la Salus Populi Romani, que durante 126 veces vio a Francisco, de rodillas en los primeros días y en silla de ruedas en los últimos años, dar las "gracias". Los cardenales rezaron juntos en silencio.
La Capilla Sixtina de Roma permanece cerrada al público desde este lunes para preparar el Cónclave del que saldrá el nuevo Papa, tras la muerte de Francisco el pasado 21 de abril, a los 88 años. Desde el inicio del proceso de elección papal, los cardenales convocados -135, pero dos han renunciado a participar por motivos de salud- se reunirán en la capilla bajo estrictas normas de secreto y en el tejado se instalará una chimenea desde donde podrá verse el humo que anuncie la elección del nuevo Pontífice, que deberá conseguir el respaldo de dos tercios de sus homólogos.
El Cónclave comenzará con la misa Pro eligendo papa en la basílica de San Pedro y después los electores procesionarán hasta la Capilla Sixtina cantando el Veni creator. Una vez dentro, ante el Juicio Final de Miguel Ángel, jurarán y luego el maestro ceremoniero echará a los ajenos proclamando Extra omnes (fuera todos) y cerrará sus puertas para garantizar la más absoluta privacidad (se usan incluso inhibidores de frecuencia). La elección se hará por escrutinio secreto. El primer día de encierro se realizará una sola votación y en los días posteriores, en caso de fracasar, dos por la mañana y dos por la tarde.