
Retrato de Fernando León de Aranoa autor de 'Leonera'
La 'Leonera' de Aranoa: 100 relatos de dudas, miedos y certezas
El galardonado director y guionista de 'Los lunes al sol', 'Princesas' o 'El buen patrón' firma una serie de cuentos donde late un gran prosista.
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Sorprende muy gratamente esta Leonera a quien se acerca por primera vez a la creación literaria de Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968), el célebre director y guionista de cine. Familia (1996), Barrio (1998), Los lunes al sol (2002), Princesas (2005) o El buen patrón (2021) son filmes que forman parte de nuestra cultura cinematográfica por su calidad y porque exploran aspectos de la condición humana desde la sensibilidad y con una sencillez aparente que permite adivinar profundidades no siempre fáciles de revelar.

Leonera
Fernando León de Aranoa
Seix Barral, 2025. 192 páginas. 19 €
Todas estas películas, además, han recibido el aplauso de la crítica y premios importantes en festivales y certámenes: la Concha de Oro en San Sebastián por Los lunes al sol; el galardón al mejor director, también en San Sebastián, por Barrio, o los Goya al mejor director por Barrio, Los lunes al sol y El buen patrón, son buenos ejemplos.
Lo noticioso, sin embargo, es que en la misma persona del cineasta late un espléndido escritor. Así lo refleja esta obra de título significativo por ambivalente que no es su primera incursión en el mundo de la narrativa, área en la que antes había publicado Contra la hipermetropía (2010) y Aquí yacen dragones (2015).
El libro está formado por 100 relatos breves (algunos de ellos son hiperbreves) que adoptan la forma de historias mínimas, pequeñas reflexiones sobre la realidad, anécdotas o paradojas que en algún caso podrían haber sido publicadas como columnas periodísticas.
El volumen se inicia con un texto de Ray Bradbury que marca el tono de lo que el lector va a encontrar y un "Epílogo" que, curiosamente, aparece al principio porque en realidad hace las veces de prólogo.
Leonera es una obra sosegada, dispar y luminosa que conforta ante una realidad confusa e insustancial
Con actitud contradictoria y metafórica, León de Aranoa establece en él ciertas diferencias entre el cineasta y el prosista (el primero es un corredor de fondo y el segundo crea al esprint), remarca la importancia del título) y del final en toda narración (esenciales en cualquier texto reducido), y revela el calibre de la linde entre lo ficcional y lo real, un espacio en el que, según el autor, se acumula la esperanza. Además, proclama el inconformismo de un creador –él mismo– que no se limita a contar la realidad por medio de imágenes en movimiento.
Y ahí es donde se pone en marcha la redacción de los cuentos, en cuyas aguas –procelosas, fronterizas y no pautadas– experimenta Aranoa el arte de profundizar "en sus miedos, sembrar la duda [y] cuestionar sus certezas".
Dada la naturaleza cambiante, poética y abierta de estas prosas, son muchos los temas que en ellas se tratan, a menudo sazonados con una ironía y un sentido del humor reparadores. Hay en este volumen pequeñas meditaciones sobre el amor (tema central en relatos diversos, tanto en tonalidad como en contenido), la infancia, la paternidad, la confianza, el arte, el cine, la literatura, la ética, lo social, el valor de la ficción, lo cotidiano, lo irrelevante….
Muchos se ambientan en espacios habituales como un hotel, una habitación, un parque infantil, una entidad bancaria o un edificio; incluso en ciudades como Atenas y Manhattan, o en territorios limítrofes y conflictivos (los confines próximos a la guerra). Entre los personajes llama especialmente la atención una niña inquieta, alegre y divertida que simboliza el gozo de vivir, la infancia y lo que está por llegar. También un padre machadiano a punto de irse.
Estos relatos contienen ecos de Julio Ramón Ribeyro, al que se cita, y un elogio del arte de la escritura que se manifiesta como forma de conocimiento sobre uno mismo y como intento de controlar la realidad. Una publicación sosegada, dispar y luminosa que conforta ante a una realidad confusa, impura e insustancial.