
Merchandising de la campaña electoral de Trump. Reuters
A Trump ya no le gusta el 'made in China': ¿dónde se venderán a partir de ahora los productos chinos?
Temu y Shein ya han anunciado que subirán precios, pero los expertos señalan que no se abrirán nuevas rutas comerciales ni se irán a otros mercados.
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La guerra comercial entre EEUU y China genera mucha incertidumbre. Los aranceles del 145% a los productos chinos que crucen las fronteras estadounidenses y el fin de la exención de impuestos conocida como minimis -que impacta directamente sobre Temu y Shein- plantea dudas sobre lo que ocurrirá con el comercio mundial y a dónde irán a parar los productos chinos que no entren en el país.
A corto plazo, el principal efecto es que estos artículos se encarecerán para el consumidor estadounidense (como ya han anunciado Temu y Shein), mientras que el margen de las empresas se reducirá. Aunque, de inicio nada de esto repercutirá en las cadenas de suministro, según explica Oriol Montanyà, profesor en la UPF Barcelona School of Management.
De hecho, es ahora cuando en teoría se debería abrir un proceso de negociación, aunque en el caso de EEUU y China lo que vemos es una escalada en las represalias. El presidente estadounidense Donald Trump impuso a China aranceles adicionales del 145% y Pekín respondió con un 125%.
No obstante, EEUU suavizó sus pretensiones y concedió exenciones para smartphones, semiconductores y productos electrónicos. Ahora Pekín, por su parte, estaría estudiando eliminar los gravámenes adicionales para equipos médicos y algunos productos químicos industriales, según Bloomberg.
Pero si falla la negociación y se mantienen los aranceles, a medio plazo el experto cree que las empresas explorarán fórmulas logísticas para minimizar el impacto de los aranceles. Eso quiere decir que podrían buscar socios locales o acercar sus centros de producción a EEUU o a otros países con menos 'tarifas'.
Y el gran problema viene cuando miramos a largo plazo porque la incertidumbre vuelve a rodearlo todo. La gran duda de saber “si con la producción nacional EEUU podría autoabastecerse”, señala Montanyà. Es decir, ver si ese proteccionismo de Trump es “factible” y “conveniente”.
Y, en su opinión, los movimientos del presidente estadounidense no ayudarán a que las empresas extranjeras establezcan fábricas en su país porque para ello “necesitan estabilidad y confianza y Trump no proyecta eso”.
¿Nuevas rutas comerciales?
En este escenario tan incierto también hay dudas sobre a dónde irán a parar los productos chinos que no entrarán en EEUU por su elevado precio. Y la respuesta es clara: no inundarán Europa ni irán a otros mercados. “De golpe las empresas europeas no comprarán más a China porque EEUU les imponga más aranceles”, señala el profesor de la UPF.
De ahí que asegure que tampoco veremos rutas comerciales nuevas ya que no es tan fácil cambiar de la noche a la mañana las cadenas de suministro. “Las mercancías las mueven las empresas a pesar de los políticos”, añade.
Además, la opción de diversificar mercados tampoco es probable porque ya es una práctica consolidada en las compañías. EEUU es el 30% del comercio mundial. Dada su importancia, “estas empresas estudiarán qué hacer para mantener clientes, y eso teniendo en cuenta que ya están muy diversificadas”, dice.
En el caso concreto de Temu y Shein, que ya anunciaron subidas de precios para finales de este mes en EEUU, “no se irán a desarrollar otros mercados”, afirma Javier Rovira, Marketing & Recruitment Director UBI Business School.
“El consumidor de Italia o España que compra un producto (por ejemplo, una cartera) no compra dos, por lo que dudo que puedan hacer nada para incrementar la demanda de los productos actuales”, añade. Esto lleva a que si quieren aumentar la facturación general, “tendrán que abrir nuevas líneas de negocio o nuevos productos, basándose en su competitividad en precios”.
Para este experto, por tanto, no habrá un gran impacto en el modelo de negocio low cost de estos dos gigantes chinos. “Mientras sigan manteniendo una competitividad en precios el consumidor que compra en base a precio seguirá comprando. Es decir, ya no se ahorrará 20 dólares, pero si se ahorra 10 dólares seguirá comprando”, detalla.
Globalización fragmentada
Independientemente de las políticas de Trump, Oriol Montanyà asegura que asistimos a un proceso de globalización fragmentada en el comercio internacional. “Ahora las cadenas de suministro ven el mundo dividido en varias zonas y no como una cadena única”, señala.
Todo esto está alimentado por políticas más proteccionistas, consumidores que buscan productos de proximidad o kilómetro cero y cambios en la forma de aprovisionarse de las empresas, especialmente tras la Covid.
Y en estos escenarios cambiantes, los expertos también piden a Europa más unión. “En el ámbito industrial es necesario que tengamos que llegar a esos proyectos compartidos, como por ejemplo pasa con la Defensa. Y esto lo veremos en otros ámbitos”, dijo Diego Vizcaíno, socio director de Economía Aplicada AFI en la jornada ‘Interconexiones, pilar para la integración y la competitividad europea’ organizada por Diálogo.