“Tu estado de ánimo es tu destino” (Heródoto)
Esta semana, el FMI actualizó sus proyecciones en su informe trimestral de perspectivas de la economía mundial. El organismo recorta las estimaciones de crecimiento del PIB mundial tanto en 2025 (+2,8% desde +3,3% en su proyección de enero) como en 2026 (+3,0% desde +3,3% anterior). Por países, recorte generalizado en las previsiones en 2025 (EEUU +1,8% vs. +2,7% anterior; UEM +0,8% vs. +1,0% anterior; Reino Unido +1,1% vs. +1,6% anterior y Japón +0,6% vs. +1,1% anterior), salvo en el caso de España, que las revisa al alza hasta +2,5% desde +2,3%. Por otro lado, se esperan mayores presiones inflacionistas en las economías desarrolladas: +2,5% (vs. +2,1% anterior) en 2025 y +2,2% (vs. +2,0% anterior) en 2026.
Tras soportar una serie prolongada y sin precedentes de perturbaciones, la economía mundial parecía haberse estabilizado, con tasas de crecimiento estables. Sin embargo, el panorama ha cambiado a medida que los gobiernos de todo el mundo reorganizan sus prioridades políticas y la incertidumbre ha alcanzado nuevos máximos con tasas arancelarias efectivas a niveles no vistos en un siglo y un entorno altamente impredecible. Se espera que la inflación general mundial disminuya a un ritmo ligeramente menor que el previsto en enero.
En esta coyuntura crítica, los países deben trabajar constructivamente para promover un entorno comercial estable y predecible y facilitar la cooperación internacional:

De esta infografía, podemos deducir que, en el sumatorio de los años 2024, 2025 y 2026, el mundo habrá crecido un 9,38%; los países ricos, un 4,77%; y los emergentes y subdesarrollados, un 12,38%:

Destaca sobremanera Asia emergente, ya que en dicho periodo habrá crecido casi un 15,10%. La eurozona sigue en el furgón de cola:

La economía global necesita un sistema comercial claro y predecible. Si los países flexibilizaran sus aranceles actuales y firmaran nuevos acuerdos comerciales, esto contribuiría a mejorar las perspectivas de crecimiento:

Sin los aranceles de abril, el pronóstico de crecimiento global sería bastante similar al de enero. Con los aranceles, se proyecta que el crecimiento global se desacelere significativamente, pero que se mantenga por encima de los niveles de recesión:

Sin embargo, las perspectivas de crecimiento podrían mejorar de inmediato si los países flexibilizan su actual política comercial y forjan nuevos acuerdos comerciales. Abordar los desequilibrios internos puede, con el paso de los años, compensar los riesgos económicos y aumentar la producción mundial, contribuyendo a la vez significativamente a corregir los desequilibrios externos. Para Europa, esto implica aumentar el gasto en infraestructura para acelerar el crecimiento de la productividad. También implica impulsar la demanda interna en China e intensificar la consolidación fiscal en Estados Unidos:

Finalmente, deberíamos preguntarnos por qué nuestro sistema global justifica una reorganización y reconocer que décadas de profundización de los lazos comerciales propiciaron un crecimiento económico rápido, pero desigual. En muchas economías avanzadas, existe una profunda percepción de que la globalización desplazó injustamente muchos empleos manufactureros nacionales. Estas quejas tienen cierto fundamento, aun cuando la proporción de empleo manufacturero en las economías avanzadas ha experimentado un declive secular en países con superávits comerciales, como Alemania, o déficits, como Estados Unidos.
La fuerza más profunda detrás de este declive es el progreso tecnológico y la automatización, no la globalización: en ambos países, la participación de la manufactura en la producción se ha mantenido estable. Ambas fuerzas son, en última instancia, beneficiosas, pero pueden ser muy disruptivas para las personas y las comunidades. Es una responsabilidad colectiva garantizar el equilibrio adecuado entre el ritmo del progreso o la globalización y abordar las dislocaciones asociadas:

No tengo dudas de que viviremos una era gloriosa gracias a la inteligencia artificial. Alejémonos del ruido y pongámonos manos a la obra: la habilidad es lo que eres capaz de hacer, la motivación define lo que haces y la actitud determina qué tan bien lo haces.