
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante una reunión en Bruselas
La UE aprueba el nuevo fondo de 150.000 millones para Defensa sin las subvenciones que pedía Sánchez
Los equipos militares adquiridos con este instrumento deberán tener un mínimo del 65% de contenido fabricado en territorio europeo.
Más información: España propone a la UE crear un nuevo instrumento financiero para "aumentar de inmediato" el gasto en Defensa
Los países de la Unión Europea han aprobado este miércoles de forma definitiva la creación de un nuevo fondo dotado con 150.000 millones de euros en créditos blandos, bautizado como SAFE en la jerga bruselense, cuyo objetivo es "aumentar de forma rápida y sustancial" inversión en defensa, según han confirmado fuentes diplomáticas. El acuerdo definitivo no incluye ningún componente de subvenciones a fondo perdido, en contra de lo que viene reclamando el Gobierno de Pedro Sánchez para que estas ayudas europeas no computen como deuda pública nacional.
El nuevo instrumento se financiará mediante la emisión de deuda conjunta respaldada por la Unión Europea. Los Estados miembros interesados en estas ayudas tendrán que presentar una solicitud basada en planes nacionales de defensa. El dinero deberá destinarse a dos categorías de productos. Por un lado, municiones, misiles, sistemas de artillería, capacidades de combate terrestre, ciberdefensa o movilidad militar. Por el otro, sistemas de defensa aérea y marítima, drones y sistemas antidrones, reabastecimiento en vuelo o inteligencia artificial.
Estos préstamos computarán como deuda para los Estados miembros que los pidan, cuyo único beneficio será un tipo de interés favorable gracias a la buena nota crediticia del Ejecutivo comunitario. Alemania ya ha anunciado que no va a pedirlos porque ya paga menos en los mercados, pero esto sí podría ayudar a países como España o Italia, con un coste de financiación superior al de Bruselas. El plazo máximo de devolución se ha fijado en 45 años, con un periodo de carencia de 10 años en los pagos de principal.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había reclamado, además de los préstamos, subvenciones a fondo perdido que no computen como deuda, siguiendo el modelo de los fondos Next Generation. También el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, propuso durante el Ecofin informal celebrado en Varsovia en abril un instrumento "que proporcione subvenciones y créditos para financiar proyectos paneuropeos de gran escala".
Sin embargo, el 'club de los frugales', liderado por Países Bajos, mantiene una oposición férrea a las subvenciones a fondo perdido. También el nuevo canciller alemán, el democristiano Friedrich Merz, se opone a repetir el modelo de Next Generation y rechaza que la UE caiga en "una espiral de deuda". Desde el ministerio de Economía se asegura que, pese a este fracaso inicial, España seguirá insistiendo en que la UE conceda subvenciones para defensa.
En un guiño a Francia, el reglamento incluye una cláusula 'Buy European', una preferencia para el armamento comunitario. Por un lado, los Estados miembros sólo podrán usar los créditos para comprar productos de empresas con sede en los países de la UE y Ucrania. Además, los Gobiernos deberán garantizar que los equipos militares adquiridos tengan un mínimo del 65% de contenido fabricado en territorio europeo (se incluye también a Ucrania y Noruega).
Bruselas quiere incentivar las compras conjuntas de armamento y por eso reclama que participen un mínimo de dos Estados miembros. La lista puede ampliarse a otros países, como Reino Unido, siempre que firmen un acuerdo con la UE. Bruselas y Londres firmaron un primer pacto de seguridad y defensa el pasado lunes, que permitirá al Gobierno británico participar en las compras conjuntas. Pero para que las empresas británicas puedan beneficiarse en igualdad de condiciones del fondo de 150.000 millones se requiere un segundo acuerdo, con una contribución financiera por parte de Reino Unido.
El acuerdo se ratificará en el Consejo de Asuntos Generales del próximo 27 de mayo y entrará en vigor inmediatamente después, ya que no requiere el visto bueno de la Eurocámara.