Un doliente sostiene un cuerpo durante el funeral de palestinos muertos en ataques israelíes, en el hospital bautista árabe Al-Ahli, en la Ciudad de Gaza, el 26 de mayo de 2025.

Un doliente sostiene un cuerpo durante el funeral de palestinos muertos en ataques israelíes, en el hospital bautista árabe Al-Ahli, en la Ciudad de Gaza, el 26 de mayo de 2025. Dawoud Abu Alkas Reuters

Oriente Próximo

Netanyahu quiere hacinar a dos millones de gazatíes en 90 km2: se da dos meses de plazo para controlar el 75% de la Franja

El plan del ejército israelí contempla el desplazamiento de la población civil a cuatro zonas "seguras" que representan el 25% del enclave palestino.

Más información: Miles de ultranacionalistas israelíes se enfrentan a la población palestina en el Día de Jerusalén: "Muerte a los árabes"

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Benjamin Netanyahu no cede a la presión de la comunidad internacional para poner fin a la guerra en Gaza. El ejército israelí anunció este domingo que, en el plazo de dos meses, pretende ocupar nada menos que el 75% del enclave palestino. Las autoridades israelíes incluyen entre sus objetivos territoriales Rafah, Jan Yunis y la zona norte de Ciudad de Gaza.

El plan contempla desplazar a los más de dos millones de gazatíes a las áreas de Al Mawasi, Deir al Balah, el campamento de refugiados de Nuseirat y Ciudad de Gaza. Las zonas habilitadas para la población civil representan únicamente el 25% de la Franja. Los palestinos malvivirán hacinados en cuatro áreas que, juntas, suman poco más de 90 kilómetros cuadrados. Las autoridades israelíes las consideran “seguras”. No lo son, en realidad.

“Estamos intensificando nuestra actividad de acuerdo con un plan ordenado. Hamás está bajo una tremenda presión; ha perdido la mayoría de sus recursos y su capacidad de mando y control”, declaró el domingo desde las proximidades de Jan Yunis el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Eyal Zamir, cuyo nombramiento como líder del ejército el pasado mes de marzo coincidió con el endurecimiento de las tácticas de combate en Gaza.

Israel volvió a descabezar a Hamás a principios de mayo con el ataque aéreo contra Mohamed Sinwar. Según The Wall Street Journal, el ejército israelí acabó con la vida del hermano de Yahya Sinwar, cerebro del salvaje ataque terrorista del 7 de octubre. El menor de los Sinwar le sucedió al frente de la organización en Gaza desde que, en octubre del pasado año, las tropas israelíes lo abatieran sin saberlo. Israel, de momento, no ha confirmado la muerte de Mohamed Sinwar, y Hamás tampoco.

Las fuerzas israelíes controlan actualmente cerca del 40% del enclave palestino. El ejército hebreo desplegó a finales de marzo —tras la toma de posesión de Zamir, en sustitución de Herzi Halevi— cinco divisiones en Gaza. Son aproximadamente 50.000 botas sobre el terreno, la mayoría de reservistas.

El objetivo de la cúpula militar israelí es eliminar a los remanentes de Hamás, dado que la organización islamista palestina ha conseguido reorganizarse en tiempo récord. Su brazo armado, las Brigadas Al Qassam, cuenta con 40.000 milicianos, según las estimaciones de los servicios de inteligencia israelíes. Es decir, el mismo número de efectivos que cuando comenzó la guerra. Y eso que Israel presume de haber eliminado a 20.000 combatientes en el marco de la ofensiva.

El Movimiento de Resistencia Islámico reserva, además, varias decenas de cohetes de largo alcance, y miles de cohetes y morteros de corto alcance, de acuerdo con el diario Haaretz.

Netanyahu dice que la operación militar pretende apretar las tuercas de Hamás y de la Yihad Islámica, su socio menor, para forzar la liberación de los 58 rehenes que, diecinueve meses después, permanecen cautivos. Sólo 23 de ellos siguen con vida, según las estimaciones del ejército israelí.

Mientras, el contador de víctimas mortales en el marco de la guerra sobrepasa las 55.000 personas, según las autoridades sanitarias locales. Unos 4.000 palestinos han muerto desde que Israel rompiera en marzo el acuerdo de alto el fuego.

Dentro del plan para ocupar el 75% de Gaza, las FDI pretenden demoler, además de los túneles, todas las infraestructuras que han sido utilizadas por Hamás. Pulverizar los escombros. Según las autoridades israelíes, sus tropas han conseguido destruir hasta la fecha cerca del 25% de los pasadizos subterráneos. Alrededor de 900 kilómetros siguen intactos, según las cifras que maneja el digital The Times of Israel.

Zonas de relocalización de gazatíes

Zonas de relocalización de gazatíes Sandra Vilches

“Me da la impresión de que Netanyahu ha ordenado a las FDI que le presenten un plan para la derrota total de Hamás”, traslada a este periódico Nimrod Novik, asesor del difunto ex primer ministro Shimon Peres. “En la cúpula del ejército entienden muy bien que el poder militar de Hamás fue desmantelado hace un año, al igual que su capacidad de gobierno, y que no hay forma de impedir que Hamás vuelva a tomar el control de la población y reclute combatientes sin una alternativa gubernamental y de seguridad”.

“Dado que Bibi no está dispuesto a aceptar la alternativa de gobierno propuesta por los países árabes —que incluye a la Autoridad Palestina—, las FDI no tienen otra opción: deben obedecer las órdenes del nivel político, y por lo tanto se ven obligadas a convertirse ellas mismas en la alternativa a Hamás. De ahí surge el plan de ocupación”, explica el confidente del histórico líder laborista.

Desplazar a la ONU y las organizaciones humanitarias

A partir del lunes, además, el ejército israelí pretendía sustituir a los encargados de distribuir la ayuda humanitaria en Gaza. Que Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias internacionales dejaran de intervenir en el proceso. A tal efecto, las autoridades israelíes construyeron tres instalaciones en el sur y otra en el centro de la Franja.

En esas instalaciones, será la Fundación Humanitaria de Gaza, una contratista estadounidense, la organización encargada de repartir los suministros básicos. Las tropas israelíes se limitarán a garantizar la seguridad de esos cuatro complejos a los que, en teoría, sólo podrá acudir cada cinco días un representante por familia para recoger la ayuda.

El nuevo método entraña riesgos, sin embargo. Los palestinos tendrán que atravesar zonas de combate para hacer acopio de la ayuda humanitaria que entra a cuentagotas en Gaza. De hecho, Jake Wood, el exagente de la CIA que dirigía desde hace apenas dos meses la Fundación Humanitaria de Gaza, presentó el lunes su dimisión aludiendo a este motivo.

“Está claro que no es posible implementar este plan cumpliendo estrictamente con los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”, subrayó en su comunicado Wood, cuya renuncia obligó a las autoridades israelíes a posponer el nuevo plan de distribución.

La medida del Gobierno de Netanyahu para hacer llegar la ayuda a los gazatíes viene precedida de su decisión de levantar, dos meses después, el bloqueo que había impuesto a la entrada de material humanitario en Gaza. Once semanas sin suministros básicos con el pretexto de evitar que estos cayeran en manos de Hamás.

Netanyahu no quiere ir a remolque

El primer ministro israelí no parece tener un plan definido para la posguerra. El pasado lunes, declaró que sus tropas “tomarán el control de toda Gaza”. Tres días después, sin embargo, condicionó el final de la ofensiva a la implementación del plan de Donald Trump para Gaza. Esto es, convertir la zona en la Riviera de Oriente Próximo, un resort turístico en suelo palestino pero sin palestinos. Ni Jordania ni Egipto, países a los que Trump llamó a acoger a los refugiados, han avalado la expulsión en masa de los gazatíes.

Es probable, de todos modos, que Trump haya cambiado de opinión. En cuestión de semanas, el presidente de Estados Unidos ha retomado el diálogo con Irán para implementar un nuevo acuerdo nuclear, ha negociado con Hamás la liberación del último rehén estadounidense en Gaza, Edan Alexander, y ha convencido a los hutíes para detener sus ataques contra Israel y contra las embarcaciones comerciales que atraviesan el mar Rojo.

Trump se ha embarcado, además, en una gira diplomática por el Golfo —el primer desplazamiento oficial de su segundo mandato— para engrasar sus relaciones comerciales con Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, tres países que demandan un alto el fuego inmediato en Gaza. Riad, de hecho, pone como condición para normalizar sus relaciones con Israel acabar con la guerra y facilitar el establecimiento de un Estado palestino.

En el marco de esa gira diplomática, el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, auspició el primer encuentro entre Trump y el nuevo presidente sirio, Ahmed al-Sharaa. El mandatario estadounidense anunció, minutos antes del cara a cara con el antiguo líder yihadista, el levantamiento de las sanciones a la Siria post-Asad.

Ningún movimiento reciente de Trump en el mapa de Oriente Próximo ha contado con la aprobación de Netanyahu. El primer ministro israelí ha tenido que adaptarse a las decisiones de la Casa Blanca, y ahora Trump dice que quiere acabar cuanto antes la guerra en Gaza. “Queremos ver si podemos detener eso. Y con Israel, hemos estado hablando con ellos, y queremos ver si podemos detener toda esa situación lo más rápido posible”, declaró este domingo el mandatario estadounidense desde el Air Force One.

El objetivo de la Administración Trump es sentar en Doha a las delegaciones de Israel y Hamás. El enviado presidencial, Steve Witkoff, cuyo equipo negoció a espaldas del Gobierno israelí con el grupo islamista palestino para facilitar la liberación de Edan Alexander, presentó este lunes una nueva propuesta de tregua que, según informa la agencia Reuters, contempla la liberación de diez rehenes en dos fases y un alto al fuego de 70 días a la que Hamás dio el visto bueno.

Anoche, Netanyahu aseguró que esperaba anunciar novedades sobre las negociaciones con Hamás en las próximas horas. “Si no hoy, mañana”, deslizó el primer ministro israelí, aunque su oficina aclaró después que “su intención no era concreta para hoy o mañana, sino para los esfuerzos continuos para lograr un acuerdo para la liberación de nuestros cautivos”.

Las versiones sobre la evolución de las conversaciones difieren. Witkoff trasladó el lunes a las familias de los rehenes que aguardan “novedades en los próximos días”, según la corporación israelí Kann. Con el plan para ocupar el 75% de Gaza, sin embargo, Netanyahu ignora las demandas inmediatas de Trump —y del resto de la comunidad internacional— para detener las hostilidades y, de paso, eleva la presión sobre Hamás.