
Robot Vulcan de Amazon. Omicrono
Así es Vulcan, el robot de Amazon capaz de sentir como un humano que trabaja en sus centros de distribución
Este nuevo avance podría revolucionar aspectos de la logística asociada a los humanos, que impiden llevar flujos de trabajo ágiles.
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Cuando en España se piensa en robots, los protagonistas suelen ser los robots humanoides. Estos están copando el mercado, con modelos tan populares y potentes como el reciente Figure 02 que ya trabaja en BMW o la versión electrónica de Atlas, el dispositivo que superará a los Optimus de Tesla. Amazon ha puesto el ojo en los clásicos brazos robóticos, pero dándole una vuelta de tuerca inesperada. Es el caso de Vulcan, el primer robot de Amazon desarrollado con un 'sentido' del tacto.
Amazon ha anunciado el desarrollo de este robot que, según explican desde la firma, es capaz de 'sentir' aquello que toca gracias a los últimos avances tanto en robótica como en inteligencia artificial física. Vulcan ha sido presentado en el evento Entregando el Futuro ubicado en Alemania, relatando cómo este robot no solo es inteligente, sino que puede sentir todo aquello que toca, constituyendo un "avance fundamental en robótica".
Según Amazon, esta idea abre un abanico de posibilidades ingentes a los robots, ya que este sistema podría cambiar de forma radical la forma en la que estos dispositivos operan en los centros logísticos y mejorar aspectos como la preparación, la facilidad y la estabilidad de los flujos de trabajo. Y lo cierto es que lejos de ser una tecnología baladí, encierra mucho más de lo que pueda parecer.
Un robot con el sentido del tacto
Si bien es cierto que todos nuestros sentidos son importantes, el del tacto es uno de los más relevantes. A la hora de, por ejemplo, coger algo la vista nos ayuda a localizar ese objeto, mientras que el oído nos ayuda a determinar su posición si hace ruido de forma general o al caerse. Es el tacto el que permite al humano cogerlo de la forma adecuada y medir su peso para no gastar energía de más a la hora de levantarlo. Una solución que según expone Aaron Parness, director de IA robótica de Amazon, parecía imposible "hace tres años".
Esto no es así con los robots, los cuales son (en su mayoría) insensibles al tacto. Recordemos que son máquinas y por ende, no pueden sentir aquello que tocan salvo que tengan el hardware necesario. De hecho, se les suele considerar 'tontos' y mudos, ya que salvo que se les dote de una IA de voz, no pueden hablar. Tanto es así que en la mayoría de casos, si un robot entra en contacto con un objeto que no saben detectar, acaban por fallar o detenerse al completo. Esto en el mejor de los casos; en muchos, ni siquiera paran en caso de accidente porque no lo perciben.

Robot Vulcan. Omicrono
Vulcan cambia completamente este razonamiento. Este usa su sentido del tacto para comprender no solo cuándo, sino cómo hace contacto con un objeto, permitiéndole descubrir nuevas formas de realizar instalaciones, trabajos u operaciones. Dicho sentido consigue que Vulcan pueda manipular los objetos dentro de compartimentos de un determinado tamaño para hacer hueco y así aplicar la fuerza necesaria al guardarlo y detectar con qué está haciendo contacto. También puede sacar artículos de estos compartimentos sin problema.
"En nuestros centros de distribución, maximizamos la eficiencia almacenando el inventario en módulos cubiertos de tela, divididos en compartimentos de aproximadamente 30 centímetros cuadrados", relata Amazon. "Cada uno tiene capacidad para un promedio de 10 artículos. Introducir o extraer un artículo de este espacio ha sido históricamente un desafío para los robots".
Para llevar a cabo esta tarea, Vulcan se vale de una herramienta en el extremo de su brazo que está compuesto por sensores de retroalimentación de fuerza que le indican qué tan fuerte está empujando o qué tan firmemente está sosteniendo algo. De esta forma, Vulcan puede mantener su fuerza por debajo del punto en el que el producto corre el riesgo de sufrir daños.
Esta herramienta, que a ojos de Amazon "se parece a una regla pegada a una plancha para el cabello", tiene un funcionamiento muy concreto. El utensilio con forma de regla empuja los objetos y artículos que ya estén dentro de estos compartimentos, para hacer espacio en caso de querer añadir algo. Los brazos de "la plancha del pelo" (también llamados paletas) sujetan el artículo, ajustando la fuerza de agarre en función de su peso y tamaño. Por último, se valen de cintas transportadoras para colocarlo en el contenedor sin problema.

Herramienta de extracción de objetos de Vulcan. Omicrono
Pero ¿qué ocurre si el robot necesita sacar algo de estos contenedores? Vulcan usa su brazo equipado con cámara y una ventosa. La cámara escudriña el compartimento y detecta el objeto que se debe sacar, determinando su espacio dentro del compartimento. La ventosa lo sujeta, y la cámara observa todo el proceso para controlar que, por ejemplo, no se hayan sacado otros objetos o que el resto de artículos se hayan visto alterados.
Así, Vulcan puede, según Amazon, recoger y guardar el 75% de los tipos de artículos ubicados en estos centros logísticos, "a velocidades comparables a las de nuestros empleados de primera línea". Una inteligencia artificial por otro lado gestiona algunas de las funcionalidades del robot. Sin ir más lejos, esta IA maneja al robot para evitar mover otros artículos, detectar cuando no se puede mover un objeto en cuestión e incluso solicitar a un colaborador que le asista en la tarea.
Parte del secreto de Vulcan reside en la llamada inteligencia artificial física, que incluye algoritmos que establecen qué artículos puede y no puede manejar Vulcan, entre otras cosas. La empresa asegura que el desarrollo de Vulcan y de la tecnología para incorporar a este robot la capacidad de sentir "requirió años de trabajo en todo tipo de tecnología, desde sensores de retroalimentación de fuerza y una 'mano' capaz de manipular millones de artículos, hasta una herramienta para empujar cajas y bolsas de todo tipo de formas y tamaños".
¿Ya se está usando?
Lo cierto es que sí. Amazon relata que Vulcan ya se está usando en labores de preparación y almacenamiento de inventario en centros de distribución de Spokane en Washington y Spokane en Alemania. Concretamente, se centra en las filas superiores de los módulos del inventario, situadas a 2,4 metros de altura, lo que obliga a los empleados del centro a tener que usar escaleras para alcanzarlos. Vulcan "también gestiona artículos almacenados justo por encima del suelo, para que nuestros empleados puedan trabajar donde se sientan más cómodos".
Por último, cabe aclarar que el propio Vulcan puede aprender de sus fallos a la hora de ejecutar sus tareas y repasar la información para descubrir cómo se comportan los diferentes objetos que toca. De esta manera, Vulcan desarrolla "gradualmente una comprensión del mundo físico", tal y como lo haría un niño, lo que causará que el robot sea más inteligente y rápido con el paso del tiempo.