
Salvamento Marítimo en A Coruña.
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Salvamento Marítimo en A Coruña: guardianes del mar que no descansan mientras salvan vidas
A Coruña cuenta con la Torre de Salvamento de 90 metros de altura que se erige sobre el cielo de la ciudad, conocida popularmente como la H. El trabajo de los controladores se complementa con la tarea de buques como el Alonso de Chaves, el primero de Salvamento en España y que recala en la ciudad o la Salvamar Betelgeuse orientada principalmente a salvar vidas y la lucha contra la contaminación
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El mar infunde respeto y quienes más lo respetan son quienes lo trabajan y saben los peligros que esconde. En A Coruña esto está muy presente y además visible, dado que uno de los elementos más reconocibles y emblemáticos del skyline coruñés es la Torre de Control Marítimo de 90 metros de altura.
Supera en altura al faro romano más antiguo en funcionamiento y emblema coruñés, la Torre de Hércules, que además se divisa desde su gran altura (unas 30 plantas) y es conocida popularmente por coruñeses y visitantes como la H o la guillotina, por su característica forma.
Esta torre ha cumplido recientemente 30 años desde su inauguración y trabajan en ella a diario las 24 horas del día 17 tripulantes, de los que 14 son controladores que fueron previamente marinos mercantes, un administrativo, un jefe de mantenimiento y un jefe de centro. Uno de los puntos más atractivos es la terraza, con una inmejorable vista panorámica del Golfo Ártabro y más en detalle de A Coruña, una ciudad abierta al mar.

Torre de A Coruña.
Salvamento Marítimo dispone de 20 torres en España y un centro de coordinación ubicado en Madrid. La función de cada torre es diferente, dependiendo de los puertos y la zona de emergencia que cubre y el caso de A Coruña es especial.
Esto es debido a que desde la Torre de la ciudad herculina se gestionan un total de cinco puertos: el interior y exterior de A Coruña, el interior y exterior de Ferrol y el lucense de San Ciprián (a 100 kilómetros en línea recta de la torre coruñesa).
Desde este cuerpo marítimo, trasladan que el Puerto de A Coruña en los últimos años se ha disparado en cuanto a tráfico de barcos mercantes y concretan que Punta Langosteira se está situando como un punto de referencia en Galicia.
A nivel España y según estadísticas oficiales (las últimas de 2024) en Salvamento Marítimo se atendió el año pasado a 72.500 personas y fueron rescatadas 25.000, una media de 28 personas al día. En cuanto a embarcaciones asistidas, a nivel nacional se cifran en 2024 en unas 5.900 (pateras, mercantes, pesqueros...) y a esto se une otra de las funciones de este cuerpo, el medio ambiente, con 460 intervenciones en cuanto a hidrocarburos o elementos contaminantes.

Sala de control marítimo.
Específicamente en A Coruña, las estadísticas de este centro arrojan que el total de actuaciones de control de tráfico fueron unas 4.000, contando 1.873 entradas de barcos en aguas coruñesas y sus correspondientes salidas. Unos datos que se refieren concretamente a tráfico mercante porque los pesqueros tienen una cuenta al margen.
A la hora de proceder en el puerto de A Coruña, los barcos deben dar el aviso de llegada dos horas antes, por lo que desde Salvamento se procede a comprobar la documentación y se dan instrucciones para atracar. Se hace a su vez un seguimiento de seguridad hasta el embarque del práctico y si el barco no atraca tiene que esperar en la ría de Ares (que se comparte entre el puerto de A Coruña y de Ferrol) y se le indica donde tiene que fondear. Si llevan mercancías peligrosas se intenta alejar estas embarcaciones de las zonas pobladas.
Roberto Pereira, Jefe de Salvamento Marítimo de A Coruña: "En mi trabajo sabes cuando empieza el día pero no cuando termina"

Roberto Pereira en su despacho.
Roberto Pereira es el jefe de Salvamento Marítimo en A Coruña y lo suyo viene por vocación y de familia, ya que todos eran marinos militares. Él optó por ese camino pero con el detalle de que su carrera profesional la desarrolló como marino mercante. Ha tenido familiares embarcados que han luchado en Cuba o Manila y cuenta que agradece haber nacido en Galicia porque es una comunidad íntimamente relacionada con el mar, el medio sobre el que siempre ha girado su vida.
Comenzó a navegar muy pronto y en España muy poco tiempo porque posteriormente se marchó a barcos extranjeros. Primero a una compañía italiana y se congratula de haber tenido la gran suerte de trabajar únicamente en barcos petroleros químicos o gaseros y de dar con una empresa noruega a la que le gustó su perfil y le hicieron fijo. Navegó con ellos 15 años hasta que cambió de rumbo por temas familiares.
Aprobó la oposición en 1996 y desde ese año está destinado en Salvamento Marítimo. Antes de la de A Coruña ha pasado por otras torres como la de Palma o Algeciras y pasado el tiempo le tocó la negra época en la que se produjo el hundimiento del Prestige tiñendo la costa gallega, tiempo en el que Pereira ejercía en el departamento de operaciones. "A Coruña fue la primera base de operaciones que hubo porque todo el material y el personal de ese suceso quedó en la ciudad", rememora.
Este trabajo cuenta que le obligaba a viajar a menudo por cualquier incidente como un derrame o un embarrancamiento y también estuvo en los aviones. Salvamento tiene tres y se preparó en la factoría de Airbus en Sevilla durante varios meses hasta que le destinaron varios años en el avión con base en el aeropuerto de Santiago.
Posteriormente estuvo como controlador en la Torre de Coruña y, pasó un tiempo en Madrid como jefe de operaciones de flota y finalmente recaló en el puesto que ocupa a día de hoy en la ciudad herculina desde 2020. "La vida de controlador, que lo sigo siendo, es ayudar a los compañeros de la sala y en mi trabajo sabes cómo empieza el día pero no como termina", advierte.

Roberto Pereira con la H de fondo.
"Puedes tener a mitad de la guardia estar con poco tráfico y atender unas cinco maniobras y de repente venir una emergencia grande como una evacuación o un velero que se ha quedado sin máquina y hay que remolcarlo a puerto, nunca sabes lo que te puedes encontrar, no hay rutinas en este trabajo", afirma.
Pereira apunta que afortunadamente tragedias como se dieron en el Golfo Ártabro hace décadas como el Urquiola o el Erkowit no se han dado recientemente, la última fue el embarrancamiento de un quimiquero en la ría de Ares. Califica este suceso de hace años como "una operación sencilla porque el barco estaba vacío".
Una de las incidencias recientes que recuerda es que un día cualquiera por la mañana les dieron la alerta de que a la entrada de la ría de A Coruña habían visto a unas personas en el agua: "fue casualidad que desde aquí los pudimos ver y confirmamos la posición de estos pesadores a los que volcó la embarcación", detalla.
En esa ocasión afortunadamente contaban con varios pesqueros e incluso el buque de la Armada para el rescate y se les rescató con vida en una zona complicada. Posteriormente recuerda con cariño cómo esas personas visitaron la Torre agradeciéndoles la nueva oportunidad de vivir que les regalaron desde Salvamento con su rápida y efectiva actuación.
"Ferrari del mar"
Todas las embarcaciones rápidas que tiene Salvamento, Pereira las presenta como "auténticos Ferraris del mar", Curiosamente, hace años, tenían nombres de ciudades o puntos destacados y había, por ejemplo, la Salvamar Torre de Hércules, pero eso llegó a fricciones en algunos lugares e incluso entre alcaldes, según cuenta.
Por este motivo, se decidió a partir de ese momento que todas tendrían nombres de estrellas como la Betelgeuse. La SAR Gavia detalla que posee 5.090 caballos, tiene 42 metros de eslora y es un remolcador de altura de Salvamento con 60 toneladas de tiro, es decir, la capacidad de remolque sería la de poder movilizar un Trasatlántico, aunque para grandes petroleros no sería la más adecuada.
Para ello el indicado sería el buque de Salvamento con base en Corcubión (A Coruña), Don Inda, con 220 toneladas de tiro. Un buque polivalente porque puede remolcar pero a la vez tiene sistema de recogida de hidrocarburos y unos brazos que se despliegan por el costado del barco para acotar manchas de fuel o de gasoil.
Igual sirven como remolcadores, que para recoger combustible o tender barreras. El María Zambrano es otra embarcación de Salvamento que actúa en la cornisa Cantábrica y algunos de estos barcos tienen soporte de buceo con equipos de buzos que actúan hasta 180 metros de profundidad, unidos a drones submarinos que llegan hasta 1.000 metros.
Salvamento dispone también de aviones en Valencia, en Las Palmas y en el aeropuerto compostelano Rosalía de Castro. La Torre de A Coruña dispone de un helicóptero que es más grande que los del resto de torres españolas debido a que tiene que hacer frente a peores condiciones climatológicas. Se llama Super Puma y hay otro modelo en Santiago. Ambos pueden movilizar cada uno hasta 23 personas.

Barco de Salvamento,
"La costa de Galicia está muy bien atendida por estos dos helicópteros, otro de la Xunta con base en Viveiro (Lugo) y otro del gobierno autonómico en el aeropuerto de Vigo. Los dos de Salvamento hacen incluso rescates fuera de la zona de responsabilidad española, lo que se denomina ZONA SAR", avanza Pereira. La zona SAR española hace frontera con Francia e Inglaterra.
A su vez, Salvamento para emergencias inminentes cuenta con lanchas rápidas como la Salvamar Betelgeuse en A Coruña, ligera al ser de aluminio, de 21 metros de eslora y 3.000 potentes caballos que la hacen volar sobre el mar a entre 38 y 40 nudos. Hasta los asientos son especiales porque estos barcos salen con cualquier estado de la mar y si hay oleaje los tripulantes pasan más tiempo en el aire que en el agua.
Para A Coruña, la zona SAR comienza en la ría de Cedeira y termina prácticamente al lado de Malpica y en esa franja todas las incidencias registradas son atendidas desde la Torre de A Coruña, tanto avisos del 112 como de particulares o llamadas de pesquero por radio. También pueden hacer uso de los medios de Cruz Roja como el Servicio de Guardacostas.
Pereira aclara que en la Torre escuchan continuamente los canales marítimos y cuando alguien llama a Coruña Tráfico se le dan las instrucciones para su barco. En la Torre de control la atención es sin descanso las 24 horas del día los 355 del año con turnos de 8:00 a 15:00 horas, de 15:00 a 22:00 horas y de 22:00 a 8.00.
Todo esto lo cuenta el jefe de Salvamento desde su impresionante despacho en las alturas en el interior de la Torre de A Coruña donde tiene una vista privilegiada sobre la ciudad y en la que es muy difícil perderse mirando al horizonte.
Alonso de Chaves: el primer remolcador de Salvamento de la época del Mar Egeo

Alonso de Chaves.
El Alonso de Chaves, según detalla su segundo oficial, es el primer remolcador que ha tenido Salvamento Marítimo y data de los 70 en la época del Mar Egeo (petrolero de bandera griega que naufragó en la costa coruñesa), siendo uno de los más antiguos de la flota actual. Trabaja mucho en la industria del gas y del petróleo.
Este tipo de barco presta auxilio a todos los barcos de navegación costera hasta las 12 millas del mar territorial, una zona donde las actuaciones las determina la Marina Mercante y donde deben seguir instrucciones y dar reporte a autoridades españolas para asignar puerto de refugio si se encuentran en esa situación.
Cuenta este marino que España tiene una de las áreas asignadas de zona SAR más grandes a nivel internacional, unos 1.500 kilómetros de costa, que va hacia la zona Atlántica, donde se encuentra Canarias, y hacia el oeste.
El barco ha estado en diferentes puertos, su base es Gijón y con el movimiento de unidades en el Cantábrico y las instrucciones del Centro de Coordinación de Salvamento de Madrid, recientemente han estado en la ciudad herculina, cambiando la posición al SAR Gavia que se trasladó a Asturias.
Salvan vidas en el mar, luchan contra la contaminación, buscan desaparecidos, se enfrentan a incendios o rescatan a víctimas de naufragios.Gracias a los convenios internacionales entre países han colaborado por ejemplo en Francia ante una contaminación marina. El Alonso de Chaves tiene 8.800 caballos de potencia y un sistema de lucha contra incendios para asistir a otros barcos.
Este sistema integra cañones monitores que pueden trabajar con agua o espuma y pueden almacenar dispersante, un químico para combatir contaminaciones cuyo uso está prohibido y solo se puede emplear con autorización de la administración porque ataca directamente a la biodiversidad marina, pero no es lo habitual. Lo usual que emplean ante estas incidencias es un sistema de contención, una barrera hinchable para contener un vertido.
Capitán del Alonso de Chaves: "Es un trabajo con dedicación absoluta y plena durante 30 días"

Capitán del Alonso de Chaves.
Antonio Sáenz es el capitán del Alonso de Chaves, que destaca que el barco ha estado en operaciones muy importantes como el Prestige. Lleva 36 años navegando y 31 en Salvamento y concreta que su día a día no es estresante, sino "de dedicación absoluta y plena porque trabajamos durante 30 días con jornada de trabajo en puerto de 8 horas y el resto del día estamos disponibles y cerca del puerto".
Esto se debe a que el tiempo máximo de respuesta del buque ante una emergencia es de 20 minutos y tiene que haber siempre una mínima tripulación a bordo para responder a esa emergencia. En su trayectoria cuenta haber vivido muchos incidentes, pero el más grave que recuerda fue uno cerca de Gijón con un barco de bandera china fondeado en enero en ese puerto en una jornada con intenso temporal.
"Se le dio la orden de que levase el ancla y se pusiese a navegar a pesar del temporal porque había peligro de encallar y se negó el capitán, por lo que desde Salvamento estuvimos pegados al barco toda la noche ya que no quería remolcar y todo ello con olas de hasta 7 metros de altura, lo pasamos mal", lamenta.
Tras esta vivencia, apunta a los futuros marinos de Salvamento que deben amar la profesión y navegar y tener presente siempre cuál es el cometido y la labor de servicio.
Asimismo, barcos como el Alonso de Chaves disponen de un generador en la máquina para dar corriente a todo el barco, además de transformadores para alumbrado. El jefe de máquinas y primer y segundo oficial de máquinas hacen guardias de cuatro horas para que la sala de máquinas nunca esté desatendida, siempre en funcionamiento.
En esta embarcación los motores están calefactados a 50 grados debido a que es un barco de emergencias que debe arrancar y salir rápido para atender cualquier aviso de incidencia en un tiempo de respuesta máximo de 20 minutos.
Salvamar Betelgeuse: donde se salvan vidas y se lucha contra la contaminación

Salvamar Betelgeuse.
Jesús Manuel Caamaño es el patrón de la Salvamar Betelgeuse y detalla que su labor diaria se centra en salvar vidas y luchar contra la contaminación.
En esta embarcación la tripulación es de tres personas que principalmente actúan en la franja desde las Islas Sisargas hasta Cedeira aproximadamente.
"Atendemos un poco de todo en esta base, incendios, remolques, achiques, salvamento de vidas humanas...", enumera, diferenciándose así de otras embarcaciones en esta línea de otros puntos de España más centradas en la migración o la gestión de alto volumen de barcos de recreo.