Esta situación me recuerda a la película “El hundimiento” sobre los últimos días de Hitler y el Tercer Reich. No es que yo quiera comparar al régimen socialista de Sánchez en España con la dictadura de Hitler, pero sí en cuanto a que cuando parecía que Pedro Sánchez y su gobierno eran invencibles y eternos, una serie de acontecimientos que se han precipitado en las últimas semanas hacen que cualquier gobierno democrático en el mundo occidental sea insostenible.

Una cosa es que el presidente haya sido elegido para un mandato no por las urnas pero sí democráticamente en el congreso de los diputados por una mayoría parlamentaria. Pero no a cambio de todo tipo de concesiones que han llevado a que se haya roto más aún España, ahora que los independentistas ya han sacado todo el dinero y todas las competencias que han podido y que sin cumplir las mínimas normas éticas por parte del gobierno, que debería haber defendido la unidad de la nación española y a todos los españoles y su bienestar, han cedido a los partidos minoritarios.

Al igual que ha acontecido con la liberación de presos etarras en el País Vasco, con las concesiones a Bildu, y por otro lado al PNV con las competencias autonómicas infinitas. Y no digamos ya a sus socios de gobierno comunistas de Sumar y Podemos con leyes que limitan las libertades y derechos fundamentales y que, entre otras cuestiones, sitúan al hombre como el enemigo a batir.

¿Cómo se puede sostener a un tipo como Pedro Sánchez, que si alguno lo califican de psicópata yo lo defino como cínico? En mi artículo de hace unos meses “La gran carcajada” lo comparaba con Nerón cuando se reía mientras contemplaba a Roma ardiendo.

Lo que está ocurriendo en los últimos tiempos, ayer mismo con la entrada y registro en la sede del PSOE en la calle Ferraz, en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes y en la Dirección General de Carreteras, y todas las averiguaciones que está haciendo la Sala Segunda del Tribunal Supremo, investigando a los corruptos Ábalos, Koldo y ahora Santos Cerdán, lleva a un mismo sitio. Y es que va a caer medio gobierno.

De manera que comprobamos como día a día el que parecía inmortal, el presidente Pedro Sánchez, el que pedía perdón hace horas pero decía que hasta 2027 no tocaban las elecciones y que él no se marcha, hemos visto como ya perdiendo apoyos a su gobierno vertiginosamente.

Es lógico que el presidente no se quiera marchar si tiene procesado por dos delitos a su hermano el músico en Extremadura, si tiene investigada por tres delitos a su esposa Begoña Gómez, si tiene a su Fiscal General del Estado vergonzosamente todavía en su puesto cuando está procesado nada más y nada menos que por la Sala Segunda del Tribunal Supremo, y tiene a sus pies las bombas de relojería que pueden estallar en cualquier momento, como esas grabaciones de Koldo y Ábalos aún desconocidas.

Por eso lo están criticando otros líderes europeos y diarios de prestigio en Reino Unido, Francia, Alemania o Italia. Todos se preguntan cómo puede aguantar el presidente Sánchez cuando está con una puta cada día su ex ministro y número dos el señor Ábalos, que fue precisamente el que echó junto a Pedro Sánchez a Mariano Rajoy.

En definitiva, asistimos al hundimiento de Pedro Sánchez, al hundimiento de La Moncloa, el hundimiento de un gobierno falso que no representa al verdadero Partido Socialista Obrero Español ni a la mayoría de sus militantes, que son honrados.

Ni en las dictaduras más férreas ni en los regímenes totalitarios más blindados, ni los gobernantes más duros y más cínicos que han ostentado el poder en la historia, han podido aguantar situaciones como las que ahora vive Don Pedro Sánchez, y por muy dura que sea su personalidad y su capacidad de aguante, si no se va voluntariamente y yo creo que se va a ir antes de que termine el mes de agosto, lo van a echar los suyos para evitar el naufragio del barco.

¡Así que una de dos, o se marcha el capitán o lo tiran por la borda!