Jeffrey, exjugador del Real Madrid: Para ser futbolista hay que ser disciplinado y a mí me gustaba vivir la vida

Jeffrey, exjugador del Real Madrid: "Para ser futbolista hay que ser disciplinado y a mí me gustaba vivir la vida"

Valencia

Jeffrey, exjugador del Real Madrid: "Para ser futbolista hay que ser disciplinado y a mí me gustaba vivir la vida"

Tras jugar en algunas de las mejores canteras de España y el mundo, el neerlandés tenía una gran proyección en el panorama futbolístico.

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Es más habitual encontrar a una persona que trabaje en un bar y tenga el fútbol como afición pero, en ocasiones, también ocurre al contrario.

Es el caso de Jeffrey Hoogervorst, un exjugador profesional de fútbol que, mientras jugaba en grandes equipos españoles, regentaba también locales en las ciudades de sus equipos.

Tras todas esas peripecias por distintos puntos de la geografía española, Hoogervorst llegó a Valencia, tierra en la que reside desde entonces y de la que, por el momento, no planea irse.

"Llegué a Valencia hace cuatro años y me encanta, vivimos mi mujer y yo aquí y me encanta la ciudad", asegura. Y es que, cuando el neerlandés aterrizó en Valencia supo que este era su sitio.

Su vida en la ciudad arrancó con la apertura de su propio negocio. Tras mudarse desde Zaragoza, el neerlandés decidió abrir un bar en la zona de Benicalap. Sin embargo, el estrés le hizo darse cuenta de que "prefería trabajar para un jefe".

Así llegó hasta Sergio, gerente del Bar Mestalla, quien le ofreció un puesto, primero en un local del centro de Valencia, llamado Bear Club, y ahora en el establecimiento junto al estadio del Valencia CF.

En el Bar Mestalla el exfutbolista ha encontrado su sitio, un local de cuna valencianista repleto de recuerdos, recortes e imágenes de la historia del club che y del fútbol español.

Bar Mestalla. Patricia Orduna

Bar Mestalla. Patricia Orduna

"Vi la oferta de trabajo; el local es bueno y, además, es un local de deporte", no lo pensó y aprovechó la oportunidad. Tras dos años en el Bear Club, Hoogervorst ya lleva ocho meses trabajando en el Bar Mestalla.

Un futbolista prometedor

"Yo no conocía su historia, me enseñó un día su móvil y me empezó a explicar toda la historia de su vida y de que era jugador de fútbol", recuerda Sergio.

Antes de trabajar como camarero y regentar diferentes negocios, Hoogervorst era un futbolista neerlandés con un futuro muy prometedor que incluso llegó a militar en algunas de las canteras más prestigiosas del fútbol español.

Su carrera comenzó en el Ajax, una de las escuelas con mayor tradición futbolística del mundo y de donde han salido jugadores de talla mundial como Johann Cruyff, Dennis Bergkamp o Marco Van Basten. "Desde pequeño ya siempre estuve en el Ajax, en la cantera desde los seis años y medio hasta los 17".

Tras su paso por las inferiores del club neerlandés, el siguiente paso de su carrera le llevó a España, a Gijón. Tras un año cedido en la antigua Segunda B, ascendió al primer equipo del Sporting de Gijón, donde estuvo dos años.

"Cuando terminé el contrato fui al Real Madrid, al Castilla, que estaba en Segunda también". En las filas de la cantera del club blanco estuvo tan solo seis meses. Los pocos minutos de juego y las lesiones le obligaron a tomar un rumbo diferente.

Jeffrey Hoogervorst en el Bar Mestalla. Patricia Orduna

Jeffrey Hoogervorst en el Bar Mestalla. Patricia Orduna

Y ese rumbo le llevó a la Ciudad Condal, al máximo rival del Real Madrid. "Me llamó el Barça para ficharme en el mercado de invierno", club en el que estuvo un año y medio.

Sin embargo, de nuevo las lesiones lastraron la prometedora proyección que apuntaba el neerlandés. "En el Barça me lesioné en los aductores, tuve una recuperación que duró mucho tiempo", explica.

Junto con las lesiones, el estilo de vida de Hoogervorst chocaba con lo que a su juicio necesitan los deportistas de élite. "Hay que cuidarse mucho para ser futbolista y eso no era muy compatible con mi vida".

Tras pasar por Segunda B de nuevo y buscar suerte en Paraguay, volvió a España, donde regentó varios negocios durante sus etapas en los lugares en los que se encontraban distintos clubes en los que jugó.

Hostelero y empresario

Pese a ser una promesa del fútbol neerlandés, incluso llegando a jugar en la sub-21 de la selección nacional, Hoogervorst siempre ha tenido alma de empresario y, sobre todo, de hostelero.

"Ya mientras jugaba al fútbol lo compaginaba con la hostelería", asegura el exfutbolista. Él era propietario de bares hace años, por lo que conocía el mercado de la hostelería, en el que podía desarrollar una de sus mejores virtudes: "tratar con la gente".

"En Asturias teníamos un hotel rural; en Zamora tenía un bar de billar y de dardos, vinculado al deporte y el fútbol", rememora.

Otra de sus virtudes, muy valoradas en la hostelería, son los idiomas. "Hablo varios idiomas y Valencia, pues es una ciudad turística. En hostelería funciona bastante bien". Hoogervorst habla alemán, inglés, holandés, francés y italiano, además de castellano; aunque para él "son casi todos iguales".

A sus 40 años, el neerlandés asegura que es feliz. "Me levanto pronto y me dedico a trabajar o a salir con amigos o mi pareja por ahí", así es ahora un día en la vida del exfutbolista.