
Bakú
Azerbaiyán es el país más grande de la región del Cáucaso: con ciudades históricas y parques nacionales
Este país ha sido territorio de distintos imperios, por lo que tiene un gran patrimonio histórico y cultural.
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Azerbaiyán es un país montañoso con una gran diversidad geográfica. Cuenta con la cordillera del Cáucaso al norte y el Gran Cáucaso al oeste, lo que lo convierte en un destino atractivo para los amantes de la naturaleza y ecoturismo. Además, tiene costas en el mar Caspio, el lago más grande del mundo. Azerbaiyán posee una rica historia que se remonta a la antigüedad.
Durante siglos, el territorio ha sido objeto de influencia y dominio de diferentes imperios y civilizaciones, incluidos persas, romanos, árabes, mongoles y rusos. Azerbaiyán es entrar en un país con una gran riqueza en patrimonio histórico y cultural. Es mucho más que conocer parte del corazón de las civilizaciones antiguas, explorar paisajes salvajes, visitar sus montañas y observar sus picos nevados en el Cáucaso con cimas que superan los 4.000 metros de altura.
Bakú es la capital de Azerbaiyán. Se divide principalmente en dos grandes zonas. Una de ellas es la Ciudad Vieja, el casco histórico y corazón de Bakú que alberga en ella los grandes atractivos de la ciudad por su pasado y por su historia. Se trata de una ciudad amurallada y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Entre sus callejuelas, estrechas y laberínticas, con un encanto especial que parece haber salido de un cuento, se encuentran importantes monumentos de la ciudad. Otro gran monumento de Bakú es el Palacio de los Shirvanshah, que podría tratarse del mayor monumento Shirvan-Absheron de la arquitectura de Azerbaiyán. Cuenta con varios edificios, entre los que destacan la mezquita del shah, las criptas de enterramiento, el edificio del palacio, la puerta de Murad, el mausoleo de Seyid Yahya Bakuvi o los restos de la casa de los baños.
Un recorrido por todo este entramado arquitectónico permitirá conocer un poco mejor la vida en la ciudad allá por el siglo XV, momento en el que la dinastía Shirvanshah trasladó la capital del país desde Shermakha a Bakú. Igual de conocido es el Templo del Fuego, un edificio puramente religioso que podría pasar por un castillo. Desde su construcción entre los siglos XVII y XVIII estuvo habitado por monjes, hasta que en 1883 fue abandonado. Ha llegado a nuestros días en un buen estado y apreciar su diseño en forma pentagonal con un gran patio central rodeado de las típicas celdas para los monjes es un gran espectáculo.
La parte moderna de la ciudad también guarda un importante interés turístico. Entre sus monumentos más destacados se encuentran las Torres Llama, el Salón de Cristal de Bakú y el Centro Cultural Haydar Aliyev. Uno de los monumentos más modernos es Flames Tower, Torres Llama, comenzado a construirse en 2007 y que hoy día es el rascacielos más alto de Bakú, con una altura de unos 190 metros, en los que en su interior se encuentran apartamentos, oficinas y un hotel. Su decoración con unas 10.000 luces leds son las encargadas de crear la sensación de torres ardiendo que tanto sorprende a todos aquellos que se paran a apreciar su majestuosidad.

Torres Llama
El Parque Nacional de Gobustán se encuentra al oeste del asentamiento de Gobustán, alrededor de 64 kilómetros al suroeste del centro de Bakú. Fue establecido en 1966 cuando la región fue declarada como un monumento histórico nacional de Azerbaiyán en un intento de conservar las antiguas tallas, volcanes de lodo y piedras de gas en la región. El paisaje cultural de arte rupestre incluido en el Parque Nacional de Gobustán fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las tallas rupestres y petroglifos en el lugar muestran cautivadoras imágenes de la vida prehistórica en el Cáucaso. Los bocetos bien conservados muestran antiguas poblaciones. Las pinturas claramente reflejan la evolución completa de los humanos y entre ellas se distinguen las pinturas de cacería de cabras de montaña y danzas ceremoniales con lanzas, pertenecientes al período más antiguo, el mesolítico. También se distinguen las pinturas rupestres de caballos y cacería, batallas, trabajo colectivo, cosechas, una mujer cerca del fuego. Al pie de las montañas del Cáucaso encontramos a Sheki, una de las ciudades con más encanto del país.
Con una arquitectura tradicional de casas cubiertas de tejas, destacan las antiguas mezquitas a lo largo de su casco histórico y el Palacio de Sheki Khans, un monumento histórico y arquitectónico de madera con fachadas cubiertas de mosaicos. Esta próspera ciudad de origen iraní se hizo famosa en la época de la Ruta de la Seda por la cría de gusanos de seda y ser un gran centro de comerciantes. Es hoy un buen punto de partida para explorar los alrededores y visitar las bonitas aldeas de Kish e Ilisu.
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