
Eduardo López Bran es jefe del servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos.
López Bran, el médico español que puede acabar con la calvicie con células madre: "En 4 años podríamos tener la terapia"
"Hay una demanda espectacular de trasplante de pelo en jóvenes de 25 a 35 años" / "Esperamos dejar atrás los tratamientos crónicos para la alopecia con una inyección" / "¿En el futuro los calvos estarán en peligro de extinción? Que así sea"
Más información: Llega una nueva revolución contra la calvicie: un gel natural que recupera hasta el 90% del cabello perdido por alopecia
Una terapia basada en células madre ha conseguido regenerar el pelo de ratones con alopecia androgénica inducida. lo ha logrado un equipo de investigadores españoles comandados por Eduardo López Bran, jefe de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid.
López Bran y su equipo tomaron células madre del tejido adiposo (la grasa corporal), las cultivaron y las inyectaron en 200 ratones, en las zonas donde el folículo se había deteriorado.
Le añadieron adenosín trifosfato o ATP, la molécula que sirve de moneda energética a las células del cuerpo.
Los resultados, recién publicados en la revista Stem Cell Research & Therapy, son espectaculares. Todos los ratones macho recuperaron, como mínimo, gran parte del pelo perdido, y en la mitad la recuperación fue total. El 90% de las hembras logró una recuperación similar.
El dermatólogo ha vivido de primera mano todas las revoluciones en el tratamiento de la alopecia androgénica, la que afecta al 80% de los hombres y a cerca del 40% de las mujeres (en su caso, el cabello no se pierde tanto como se vuelve fino).
En los años 80 y 90 participó en los ensayos que dieron lugar a las aprobaciones de minoxidil y finasterida, los dos puntales del tratamiento farmacológico, y desde la Clínica Imema, que fundó y dirige, fue pionero del trasplante capilar en España.
Ahora, está pendiente de iniciar los ensayos en humanos de esta terapia. Si tienen éxito, dejará atrás todos los tratamientos anteriores. Y podría relegar la calvicie a los libros de historia de la medicina.
¿Por qué sale siempre España en primer lugar de los países con más calvos del mundo?
Es una muy buena pregunta. Como muchos otros problemas médicos, hay diferencias de incidencia entre las razas. En este caso, la alopecia androgenética tiene mayor incidencia en la raza caucásica, que es a la que pertenecemos los españoles y los europeos.
Por eso hay una mayor incidencia de pérdida de pelo en nuestro entorno y de ahí la importancia del desarrollo de nuevos tratamientos que ofrezcan una solución eficaz y segura.
¿Cómo ha cambiado el cabello de los españoles en los más de 30 años que lleva tratándolo?
Desde que me inicié en la investigación de terapias para la alopecia, que supuso la comercialización de primer fármaco (minoxidil), los españoles se han concienciado de la necesidad de tener un tratamiento correcto y un diagnóstico adecuado
Desde 1987, en que se comercializó minoxidil; 1997, que se comercializó finasteride oral, y a finales de esta década anterior, finasteride tópico, tenemos opciones terapéuticas que, adecuadamente manejadas, prescritas y controladas por los dermatólogos, pueden suponer una mejora del pelo y un tratamiento que puede detener el progreso de la alopecia androgenética.
¿Usted lo nota cuando va por la calle?
Yo noto un enorme aumento de las consultas buscando una solución, un crecimiento de la demanda realmente importante, sobre todo en jóvenes que, ante los primeros síntomas de calvicie, quieren frenar la evolución de la misma, incluso revertir esos primeros síntomas.
Estamos notando un incremento espectacular de la demanda de repoblación de trasplantes en jóvenes de entre 25 y 35 años y, ante esos primeros golfos o entradas, piden que le recompensamos esa línea. Esto ha crecido de manera espectacular.
Su investigación ha logrado una recuperación del pelo en el 100% de los ratones macho con la inyección de células madre. ¿Se esperaba un éxito tan rotundo?
Esto procede de que llevo muchos años investigando fármacos para el tratamiento de la calvicie. Por mi edad soy, probablemente, el único dermatólogo que ha podido trabajar en la investigación del minoxidil y finasteride, y coordinarlos en España dentro de los ensayos mundiales.
En mi práctica profesional privada iba haciendo trasplantes desde 1989 y mi principal preocupación era ver cómo podía mejorar la supervivencia de las unidades foliculares.
Fue cuando utilizamos esa molécula energizante y, al ver que mejoraba la repoblación, vine al hospital y planteé a la sala blanca, que es la de terapia celular, por qué no poníamos en marcha esta investigación con un tratamiento combinado de células madre mesenquimales derivadas del tejido adiposo y una molécula energizante (ATP, adenosín trifosfato).
Nos animó mucho comprobar que nuestro trabajo, que no tenía un soporte etiopatogénico sino que era solamente una hipótesis, iba por buen camino y, cuando llegamos a los resultados finales y eran tan exitosos (que, advierto, no tiene por qué reproducirse en humanos), nos ha dado una alegría.
Estamos muy satisfechos. Es un primer paso: queremos ser optimistas pero también prudentes, queda mucho camino por recorrer.
¿Es la primera vez que se utilizan las células madre para la regeneración del cabello?
Estamos en la era de las terapias avanzadas. Hay otros tipos de terapia con células madre (de origen folicular, derivadas de la médula ósea, del cordón umbilical, etc.) que están en diferentes fases de investigación.
Pero terapia con células madre mesenquimales derivadas del tejido adiposo no tenemos constancia que haya ninguna, a nivel mundial, y en combinación con esta molécula energizante estamos convencidos de que no hemos encontrado nada en los registros ni en las fuentes bibliográficas habituales.
¿Cuándo tienen pensado empezar los ensayos clínicos en humanos?
En 2026-2027. Hemos solicitado una asesoría científica a la Aemps [Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios] y, en cuanto nos contesten, avanzaremos. Pero calculamos ese plazo.
¿En qué consistiría la terapia en humanos?
En principio, se administraría como una inyección en el cuero cabelludo de los pacientes. Creemos que será suficiente con una única dosis pero, evidentemente, necesitaremos confirmarlo con los ensayos clínicos que pondremos en marcha.
¿Qué va a aportar esta terapia frente a los tratamientos actuales?
Algo muy importante: esperamos que evite la cronicidad. Los tratamientos actuales, para mantener los resultados, hay que mantenerlos, y eso implica que el paciente tenga que estar continuamente tomando o aplicando la medicación.
Confiamos en que esta sea una terapéutica que no necesite de esa cronicidad sino que, con una administración, pueda ser suficiente para devolver el pelo que se haya caído.
¿Quedarán atrás, entonces, el minoxidil y la finasteride?
Así esperamos que sea. Hay que hacer un reconocimiento del minoxidil porque lleva casi 40 años ayudando a recuperar el pelo de los pacientes. El finasteride supuso un nuevo enfoque terapéutico de la alopecia, tanto de forma oral como tópico, y la combinación de ambos puede haber ayudado a mantener el pelo de muchos pacientes.
Pero creemos que una patología que afecta a tantos hombres y mujeres a nivel mundial, y nuestro país todavía más, necesita de nuevas terapéuticas. Esta sería la primera terapia avanzada con células madre mesenquimales derivadas del tejido adiposo y podemos tenerla a disposición de los pacientes en 4 o 5 años si todo va bien y los resultados en humanos se reproducen de forma eficaz y segura.
Recientemente han salido noticias sobre los efectos secundarios de minoxidil y finasteride. ¿Hemos banalizado el uso de estos fármacos?
Los problemas del pelo requieren de un diagnóstico correcto y de una prescripción adecuada, con la información necesaria a todos los pacientes, y un control de esa prescripción por los profesionales que tienen la capacidad para ello.
De esta manera, podremos estar tranquilos en el sentido de que prescribiremos los fármacos adecuados en cada caso, personalizando el tratamiento de cada paciente en función de la información de que dispongamos para que él, también, se comprometa en la prescripción.
Hay mucho tratamiento cosmético que afirma estar basado en células madre. ¿Cómo distinguimos lo pseudocientífico de lo basado en la evidencia?
Es un problema que quizá escapa mis posibilidades pero me preocupa como profesional. Siempre que ha habido una terapéutica nueva para el pelo, al calor de ese entusiasmo científico aparecen productos que prometen prevenir la caída del pelo.
No deja de ser cierto que, desde hace un tiempo, las palabras 'células madre' son una percha estupenda para atraer a pacientes pero, en el momento actual, no existe ninguna indicación, ningún fármaco, ningún producto probado que contenga células madre para el tratamiento de la alopecia.
Ya no parece que haya tantos hombres yendo a Turquía para implantarse pelo. ¿Se ha democratizado el trasplante capilar?
El trasplante de pelo ofrece una solución definitiva, natural e indetectable. En España se realizan magníficos trasplantes de pelo. Es verdad que ese tema de la internacionalización, buscando quizá una mejor opción de coste, no siempre se acompañaba de una relación de calidad adecuada.
En España se realizan magníficos trasplantes, los costes están relacionados con la calidad, con la experiencia de la clínica y el equipo que los realiza, con un entorno seguro, un seguimiento adecuado, y en el momento actual quizá esa moda ha desaparecido.
Además, la popularización de los buenos resultados de los trasplantes ante el reconocimiento de personajes públicos de diferentes sectores –deporte, arte, política…– ha hecho que la población sea conocedora de que, en el momento actual, podemos ofrecer trasplantes muy exitosos y definitivos.
¿Están los calvos en peligro de extinción?
Que así sea. Muchos equipos de investigadores en el mundo trabajamos con el sueño de poder llevar a los pacientes afectos de esta enfermedad que les hace perder la protección física que les da el pelo frente a las radiaciones solares y, de alguna manera, afecta a la imagen, estamos deseando trabajar y, con mucho esfuerzo, encontrar soluciones eficaces para esta patología.