Gerardo Cuerva y Antonio Garamendi, presidentes de Cepyme y CEOE.

Gerardo Cuerva y Antonio Garamendi, presidentes de Cepyme y CEOE. Carlos Luján / Europa Press

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Preocupación en CEOE: se abre un nuevo frente de batalla con la patronal apoyada por Díaz en medio de la guerra por Cepyme

Inquietud en la cúpula de la patronal, obligada a negociar con la Pimec de Cañete si no quiere enfrentarse a una decisión unilateral de Trabajo en la Comisión de Convenios.

Más información: Trabajo cesa a los vocales de CEOE y Cepyme en la Comisión de Convenios para que pacten su reparto con Pimec

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Este jueves el Comité Ejecutivo de la CEOE se reunió para acordar una posición conjunta sobre las medidas aprobadas y anunciadas por el Gobierno ante los aranceles. Una reunión en la que también se abordaron los, según la patronal, ataques del Ejecutivo al sector privado en el ámbito universitario y sanitario. Sin embargo, durante la cita se habló también de otra cuestión que preocupa, y mucho, en la cúpula de la CEOE.

El Ministerio de Trabajo ha dado la instrucción de romper el monopolio que tienen CEOE y Cepyme en la Comisión Nacional de Convenios Colectivos, el principal órgano consultivo sobre negociación colectiva de España.

Con una orden ministerial publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), se ha cesado a los seis vocales con los que el grupo empresarial cuenta en la Comisión, y que estaban en poder de ambas patronales.

A través de la susodicha orden ministerial se ha exigido a las dos organizaciones que negocien un nuevo reparto de miembros que incluya también a Pimec, la empresarial catalana dirigida por Antonio Cañete. Se trata de una organización en sintonía con Yolanda Díaz y hasta cierto punto enemiga de CEOE y Cepyme, al formar parte de su máximo competencia, Conpymes.

Fuentes de la cúpula de la CEOE consideran que esta negociación llega en el peor momento posible. La unidad empresarial está en entredicho por la guerra abierta entre Antonio Garamendi y Gerardo Cuerva a cuenta de las elecciones en Cepyme.

Pese a las peticiones de varios líderes empresariales de que esta cuestión se resuelva con discreción, lo cierto es que ha habido un fuego cruzado que ha incluido el uso de "trapos sucios", como indicaba Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball.

Parece que el conflicto se ha relajado, pero, según las voces consultadas, los nervios siguen a flor de piel. En este contexto, la necesaria unidad que tienen que formar CEOE y Cepyme se antoja precaria en la negociación que se debería celebrar con Pimec.

Una negociación que, con todo, no está claro que se produzca. En la cúpula de la patronal, por ahora, no tienen demasiado claro cómo se va a obrar en este asunto.

Cabe recordar que, según la orden ministerial, CEOE, Cepyme y Pimec cuentan con diez días, desde el pasado jueves, para comunicar a la Dirección General de Trabajo "el acuerdo unánime" sobre la distribución de las seis vocalías con las que cuenta el grupo empresarial.

Si no existe dicho acuerdo, será la Dirección General de Trabajo la que determinará el número de personas que corresponde proponer a cada organización y dará traslado a éstas de dicha distribución.

Es decir, que habrá decisión unilateral de Trabajo si no hay pacto entre las patronales. Pero negociar un acuerdo con Pimec es peliagudo, y no sólo por la guerra en Cepyme. Nunca ha habido contactos o puentes oficiales de CEOE con la patronal catalana. "Cualquier interlocución sería muy hostil para Foment del Treball, dado que están enfrentados".

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, y Antonio Cañete, presidente de  Pimec.

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, y Antonio Cañete, presidente de Pimec.

Por tanto, cualquier paso que dé CEOE será previa consulta con los de Josep Sánchez-Llibre. Con todo, fuentes de Foment indican que todavía no hay una postura respecto a esta cuestión.

En cualquier caso, no hay que olvidar, también, que Pimec forma parte de Conpymes, patronal que en su momento fue amadrinada por Yolanda Díaz, aunque la relación pasa por un momento amargo por la oposición de la empresarial a la reducción de la jornada laboral.

En este contexto, desde CEOE no descartan, directamente, no responder a Trabajo y dejar que el Ministerio aplique sus criterios (reflejados en la orden publicada en el BOE). "No sería mala fórmula. Nos permite demostrar que no estamos de acuerdo lo que se plantea y que no participamos de ello".