
El presidente de EEUU, Donald Trump, en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Reuters
El bono de EEUU al 5%, el 'canario en la mina' que fuerza a Trump a rebajar aranceles y buscar acuerdos comerciales
El interés de la deuda ha bajado después de que el republicano haya considerado un acercamiento a China y haya descartado el despido de Powell.
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“Todo el mundo daba por hecho que a Trump le importaban las bolsas, pero ha dejado que cayeran un 20%. Es otro mercado el que le importa”, explicaba ante la prensa Germán García Mellado, gestor de A&G. Ese otro mercado es el de los bonos de Estados Unidos. Y más concretamente la referencia a 30 años. Cada vez que su rentabilidad ha tocado el 5%, el republicano ha adoptado una postura más comedida tanto en materia comercial como respecto a la Reserva Federal (Fed).
Desde el ‘Día de la Liberación’, es decir, desde el 2 de abril –cuando Trump anunció sus aranceles “recíprocos”- el interés ofrecido por el bono estadounidense a 30 años ha tocado en tres ocasiones, o se ha acercado peligrosamente, a esa referencia mágica del 5%.
La primera vez fue el pasado 9 de abril, cuando el 'premio' que reciben los inversores por comprar deuda estadounidense a 30 años tocó máximos en el 5,023%.
Rápidamente, Trump dio marcha atrás a su plan de aranceles universales mínimos del 10% -que en el caso de Europa llegan al 20% y en el de China, al 145%- y decretó una tregua de 90 días para aquellos países dispuestos a negociar.
El efecto fue inmediato: el interés ofrecido por la deuda de EEUU a 30 años terminó la sesión en el 4,732%, reduciéndose algo más de 29 puntos básicos. Pero dicho efecto duró poco. Un día después, la rentabilidad volvió a escalar hasta el 4,99%.
Y Trump volvió a intervenir. Ese fin de semana eximió de aranceles a determinados productos tecnológicos. El movimiento sirvió para calmar las aguas y la rentabilidad se redujo durante tres sesiones consecutivas.
La rentabilidad de la deuda estadounidense volvió a repuntar fruto de los ataques de Trump al presidente de la Fed, Jerome Powell. El magnate exigió el cese del banquero central, le acusó de ser “lento” en la bajada de tipos, de provocar una posible recesión económica y de “ayudar” a los demócratas en las elecciones presidenciales que se celebraron el pasado noviembre.
Con la independencia de la Fed en entredicho, la rentabilidad del bono estadounidense a 30 años se elevó al 4,93%. Las alarmas saltaron una vez más y el magnate volvió a tomar cartas en el asunto. En esta ocasión, en dos sentidos: señalando que no despedirá a Powell y anticipando un acercamiento comercial con China.
“La independencia del banco central es una de las bases para la fortaleza del dinero fiat (que engloba también los bonos) y al atacar a Powell de manera tan descarada esa independencia se pone en tela de juicio. Por ello, con este movimiento pretende reducir las tensiones en los mercados de renta fija estatal”, señala Javier Cabrera, analista de mercados.
Menos aranceles a China
Fue también el martes cuando Trump confirmó la posibilidad de un acercamiento entre Estados Unidos y China. El republicano se mostró dispuesto a "ser muy bueno" con el gigante asiático y buscar la manera de "trabajar juntos", lo que permitiría que los aranceles a los productos del gigante asiático bajen "sustancialmente", aunque sin llegar a cero.
Tal y como publicó el miércoles The Wall Street Journal, la Administración Trump está considerando recortar los gravámenes a China. En algunos casos, podrían bajar hasta el 50% o el 65%.
La reacción en los mercados de renta fija fue inmediata. La rentabilidad del bono a 30 años estadounidense cayó hasta el 4,79%. En total, desde lo peor de la crisis arancelaria hasta ahora, el descenso es de 45,5 puntos básicos.
El movimiento del bono a 10 años es similar, aunque menos brusco. Ha pasado del 4,592% previo a la tregua arancelaria, al 4,33% actual. Es decir, la caída es de casi 26 puntos básicos.
De esta forma, la Administración Trump intenta que la calma vuelva a los bonos estadounidenses. Sin embargo, sus rentabilidades todavía son más elevadas que antes de ‘El Día de la Liberación’. Ese 2 de abril, el interés del bono estadounidense a 30 años terminó el día en el 4,49% y el del 10 años, en el 4,12%.
Se trata de un comportamiento anómalo si se tiene en cuenta que la deuda pública suele actuar de refugio para los inversores en momentos de incertidumbre. Cabe recordar que el precio de los bonos y el interés ofrecido tienen una relación inversa. Es decir, cuando aumenta la demanda de estos valores, su precio sube y baja la rentabilidad. Pero cuando los inversores venden, el precio baja y su rentabilidad aumenta. Es lo que ha ocurrido.
El 'canario en la mina'
Para Cabrera, que la rentabilidad de la deuda de Estados Unidos se acerque al 5% es el canario en la mina que advierte a Trump de los efectos que tienen sus decisiones o declaraciones. Para este experto es “lo que está reteniendo” al republicano “de ser incluso más agresivo”.
“Lo que está provocando que recule son las rentabilidades de la deuda estadounidense”, subraya. Especialmente ante los vencimientos que se avecinan en los próximos meses. Más del 25% de la deuda estatal vence este ejercicio. El 70% de ella lo hace en el primer semestre.
“Refinanciar esta deuda a unos tipos superiores al 4% supone un golpe para las finanzas estatales y dificultaría las bajadas de impuestos que a bombo y platillo prometía Trump. Esto es importante porque si no puede bajar impuestos, se resiente la economía y aumenta el paro (que es el escenario que podría enfrentar) su gobierno sería todo un fracaso”, explica también Cabrera.
Para García Mellado, gestor de los fondos Paradigma Bonos Flexibles y Paradigma Bonos Altos Ingresos de A&G, la clave está en vigilar los movimientos del 30 años estadounidense porque “puede ser el catalizador para otros activos de mercado”.
En el banco privado creen que “si el bono americano acaba rompiendo la barrera del 5% (al alza), podría ser el detonante para acelerar el movimiento visto estas últimas semanas”, como las caídas de las bolsas o la depreciación del dólar.