
La situación en el barrio preocupa a los vecinos.
Amanda, indigente de Lavapiés: "Yo quiero trabajar pero cuando me entrevistan no les gusto por ser negra y transexual"
La situación en este conocido barrio madrileño preocupa a muchos de los vecinos mientras algunos de los sintecho dicen querer cambiar su vida.
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En los últimos meses, la preocupación de los vecinos de Lavapiés ha ido en aumento. Y es que las quejas por peleas, robos y consumo de droga en plena calle no paran de crecer.
Según fuentes policiales, la presencia de personas sin hogar en zonas como la plaza Nelson Mandela o la de Tirso de Molina ha crecido, y con ello también los conflictos.
La Policía Nacional ha intensificado sus patrullas y operaciones, tratando de controlar una situación que muchos consideran fuera de control. Y es que cada vez son más las personas que viven en esas calles, con problemas de salud mental, adicciones o simplemente sin recursos.

La policía deteniendo a una persona en Lavapiés.
Entre ellas está Amanda, una sintecho muy conocida en la zona que, aunque vive en la calle desde hace cuatro años, sigue luchando por salir adelante. "Yo quiero trabajar pero cuando me entrevistan no les gusto por ser negra y transexual", dice con firmeza en Telemadrid.
Amanda asegura haber hecho de todo para encontrar una salida, pero hasta el momento no lo ha podido conseguir: "He hecho muchos cursos, he estudiado, se seis idiomas, y a mí nadie me ayuda".
Asegura que ha pedido ayuda en varias ocasiones, pero no ha recibido respuesta. "Yo he pedido mucha ayuda, y te lo puedo demostrar, y a mí nadie me ha ayudado en nada. He tenido que ejercer y hacer la noche, trabajar de... ¿Tú me entiendes? Yo trabajo de puta y no me agrada".
Aun así, a pesar de vivir en estas condiciones, Amanda prefiere quedarse en Lavapiés. "Aquí la gente me acepta, no me discrimina, me quieren, no me siento rechazada".
Sin embargo reconoce que es cierto que a veces ha tenido peleas, pero que lo ve como parte del día a día: "Si yo me paso por ahí, dice uno, maricón, me doy la vuelta y le digo que maricón su padre, y me da una hostia, yo se la doy también, acción, reacción".
Una de las razones por las que los vecinos piden más presencia policial para garantizar así su seguridad. Y es que los residentes de la zona están hartos de la situación y temen salir a la calle a ciertas horas del día por miedo a conflictos, robos o incluso enfrentamientos.

Los sintecho inundan las calles de Lavapiés.
Por su parte, Amanda asegura que "a mí nunca me han robado, ni se atrevan a hacerlo. ¿Soy pobre? Claro. ¿Me busco la vida? Sí, pero...".
También niega que las peleas sean por controlar zonas como comentan muchos residentes: "Aquí no somos leones para estar controlando territorio, o el perrito que levanta la pata y mira".
Sin embargo, sobre las drogas, no se esconde. Amanda confiesa que "no es que sea un problema" para ella ya que "es algo que no necesito en mi vida, pero muy en el fondo siento que es un mal necesario para anular ciertas cosas que a mí me pasan y todavía no tengo ayuda de nada de eso".
A pesar de la vida que llevan muchos habituales del barrio, Amanda confiesa que, a diferencia de otros, ella no quiere "que me ayuden como otras personas que les dan sus pagas mensuales, yo prefiero sudarlo y ganármelo, que me den un trabajo. De lo que sea, de traductora, limpiando los culos de los abuelos, me da igual, para sobrevivir, para no estar en la calle".
Unas palabras que reflejan la historia de muchas personas que están en la misma situación y que parecen incomodar ya la convivencia de los vecinos de este conocido barrio de la capital.