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Es cierto que la cara de William Levy cautiva como los grandes misterios radiantes del mundo, como una catarata rugiendo o como bucear entre corales o como avistar una pantera negra que te mira, pacífica, a los ojos.

Uno entiende que la existencia está bien hecha, o que al menos da dádivas de vez en cuando. 

Su influjo es ancho como la vida intensa. Cuando le conté a una amiga mía, lesbiana, jovencísima, que iba a entrevistar a William, tampoco se quedó indiferente: "Ese hombre es tan guapo que duele".

Ella no quería ser su novia ni su amante por motivos obvios, pero emitió otra petición desde su puerilidad: "Ojalá fuera mi padre". Jajá. 

Quiero decir que Levy genera, fuera y dentro de la pantalla, un magnetismo colosal. Lo pienso cuando nos recibe en el Hotel Madrid Edition con los ojos cansados y la boca gruesa, envuelto en un perfume que deja estela. Es alto, es cálido. Abraza al saludar. 

William Levy: “Mi mamá y mi abuela me criaron sin el apoyo de ningún hombre"

Tiene conciencia de su propia vida porque no ha sido nada fácil: su padre les abandonó cuando era un niño, vivió en Cuba, en Nueva York, en Miami, en Los Ángeles, en México. Se crió con hambre, sin pasta de dientes y sin libertad. Todo estaba racionado allá: el pollo frito y las ideas. William es un emigrante y, como diría Peri Rossi, uno siempre lleva ese dolor ahí, del lado de la patria. 

Empezó a estudiar Administración de Empresas, se formó en cine, jugó al béisbol con éxito. Tenía garra, tenía gracia, tenía inteligencia. Ha acabado siendo una estrella internacional, un galán melancólico deseado hasta en los últimos confines del mundo. 

En España generó sensación con Café con aroma de mujer. Ahora comparte ficción con Maggie Civantos y presenta Bajo un volcán

Hace poco, William pasó una noche en prisión por una discusión en un bar, y tras comparecer en el tribunal, declararse culpable de ambos delitos y pagar una multa de 500 dólares (250 dólares por cada uno), el actor pudo salir del centro penitenciario y llegó para ver a su crío jugar un partido de béisbol.

Siempre deseó en secreto a Catherine Zeta-Jones. Estuvo 20 años casado con la misma mujer, Elizabeth Gutiérrez, y se separaron hace tres. Tiene dos hijos con ella. Hoy hablamos con William sobre las chicas de su vida. 

Hablemos de la primera mujer de tu vida, de la primera mujer de la vida de todos: tu madre.

Sí. Mi mamá me tuvo a mí a los 17 años… cuando estaba embarazada de seis meses se separó de mi papá. Entonces me crié con ella y con toda la familia por parte de mi mamá. Éramos once en una casa, en dos cuartos.

Apretaditos.

Sí, pero, ¿sabes qué pasó? Que eso a mí me creó una unión familiar muy linda. De hecho, cuando a los 15 años me fui a EEUU yo extrañaba eso, extrañaba estar en el mismo cuarto que mi abuela y dormir con mi abuela.

Dormíamos en el mismo cuarto mi abuela, mi primo, mi hermano y yo. Mi mamá y mi abuela me criaron solas, sin el apoyo de ningún hombre, y eso ha marcado lo que yo siempre he querido hacer: nunca faltarle a mis hijos como padre.

Por eso ahora he decidido estar seis meses al año con ellos y seis meses al año trabajando.

Es una gran elección. Uno nunca se arrepiente del tiempo que pasa con sus hijos.

Siento que haciendo eso me libero mucho en mi vida: me da tiempo de extrañar la actuación cuando estoy con mis hijos y cuando estoy actuando extraño a mis hijos, y eso me ordena.

William Levy fue criado por su madre y por su abuela y eso le marcó la infancia y el carácter.

William Levy fue criado por su madre y por su abuela y eso le marcó la infancia y el carácter. David Morales.

William Levy tiene una relación muy estrecha con su familia.

William Levy tiene una relación muy estrecha con su familia. David Morales.

¿Cómo eran tu madre y tu abuela?

Bueno, es que imagínate, cuando yo tenía 10 años mi madre tenía 27 años, ¡era muy niña! Entonces en verdad me crié más con mi abuela, estoy más influenciado por ella.

Somos tres hermanos nosotros: yo soy el mayor, mi hermana y luego mi hermanito.

Y nos tocó la suerte de que somos todos de diferentes padres. Mi madre era “wow”… (ríe).

Una mujer muy atractiva.

¡Sí! (Ríe). Pero por todo eso yo quiero marcar la diferencia en la crianza de mis hijos. Y lo hago de corazón.

El otro día estaba hablando con mi niño y me dijo “papi, yo sé que tú has sacrificado muchas cosas por nosotros”.

Y yo le dije: “No, amor, no lo entiendes. Yo lo hago porque los reamo. Estar con ustedes y darlo todo por ustedes no es para mí un sacrificio, es un deseo”. Es lo que hago.

¿Cómo era William Levy de niño y de adolescente?

Era bastante travieso, pero muy cariñoso, muy familiar, salía todo el tiempo con Bosco, con mi amigo, todo el tiempo estábamos en la calle e íbamos a pescar… era un niño con muchos sueños.

Y se han cumplido, ¿no?

Poco a poco se han ido cumpliendo, sí, también gracias a la disciplina y al apoyo de los míos, he seguido mis pasos y he alcanzado un alto grado de compromiso.

Doy gracias a dios que tuve esa crianza, esa fe y esa idea de que hay que luchar por los sueños y por tu propio ser: cuando tú llegas a ser exitoso, puedes tener todo lo que querías tener antes, pero lo más importante es que seas como querías ser.

No importa que eso no pasase de niño o de joven, lo importante es intentar que dure toda la vida. Eso lo aprendí de chiquito, de mi abuela y de mi tío.

William Levy posa frente al precioso billar de obra del hotel Madrid Edition en su visita a España.

William Levy posa frente al precioso billar de obra del hotel Madrid Edition en su visita a España. David Morales.

¿Recuerdas tu primer amor? No sé si eras un chaval ya exitoso con las chicas o qué pasaba en aquella época.

Mi primer amor así maduro fue a los 13 años, fue mi primera novia importante, no recuerdo a nadie antes que a ella. Fue algo bonito, fue algo inocente.

¿Actriz predilecta?

Mónica Belucci. Me encantaría trabajar con ella. Me gusta su trabajo, su entorno, su ángel, su energía, su luz.

¿Cantante?

Yo es que soy sobre todo de Julio Iglesias, lo escucho desde chiquitito. Es un hombre con mucho carisma y muchísima personalidad… le escuchaba mucho a él y a Roberto Carlos.

Todo lo que sean canciones clásicas. Era lo que escuchaban mi mamá, mi abuela y mi tía.

"Yo soy romántico, me gusta ver la luna, me gusta compartir, ¡me gusta el amor! Y no tengo miedo a decirlo ni a sentirlo"

¿Eres romántico, entonces?

Sí, sí. Yo soy romántico, me gusta ver la luna, me gusta compartir, ¡me gusta el amor! Yo no tengo miedo.

Si lo sientes, ve a por eso, y si luego sufres, pues es lo que hay, mereció la pena. Prefiero que pase algo brutal y sentir el amor… y ser feliz…

Todo en la vida es: “Ay, qué miedo si tomo dinero y soy exitoso por si luego fracaso y lo pierdo todo”. Hombre, no, trabaja y te podrás mantener. Y si pasa algo no importa, pero lo viviste, lo tuviste.

William cree que el tiempo cambia tus proridades: de joven te importa más el trabajo y de mayor, la familia.

William cree que el tiempo cambia tus proridades: de joven te importa más el trabajo y de mayor, la familia. David Morales.

¿Cómo ha cambiado tu forma de entender el amor desde que eras adolescente hasta ahora?

Con el tiempo vas viendo la cosas diferentes y las prioridades cambian, todo en la vida. Los sentimientos cambian y tu forma de ver el amor, a tu familia, a tus hijos… va mutando.

Empiezas a ver que cuando eras joven tenías cosas que para ti eran importantes y ahora son las menos a las que les das importancia, antes le dabas más valor al trabajo y a tu deseo de alcanzar algo en la vida y ahora le das valor al tiempo con tus hijos.

¿El amor en la vida real se parece en algo al amor en las telenovelas?

Yo creo que se parece un poquito en muchas cosas, la verdad. El amor en las telenovelas se parece mucho al que todos querríamos tener siempre.

"Yo no trato de seducir, trato de ser yo y no un personaje"

Pasional, entregado, radical…

Sí. Y uno encuentra en la vida real algo parecido, aunque quizá no sea para siempre.

¿Qué sabes de la seducción? ¿Cómo seduces tú y cómo te seducen a ti?

Yo no puedo decirte nada de eso porque ni lo pienso. No trato de seducir. Trato de ser yo, ¿sabes?

Ser yo es lo que me va a dar a mí la oportunidad de estar con una mujer que ame lo que yo soy, no lo que aparento, o no una pose concreta en un momento concreto, o no una adulación.

Eso no es lo que soy. No quiero manejar un personaje todo el tiempo. Si te gusta, bien, pero necesito que me amen y me acepten con lo que soy.

William Levy durante esta conversación sobre amor y mujeres.

William Levy durante esta conversación sobre amor y mujeres. David Morales.

¿Y cómo son las mujeres que te seducen a ti?

Una mujer con un gran corazón, con carisma, con valores familiares.

Para mí es importante que quiera tener una familia y que le dé un gran valor a eso porque yo soy muy familiar.

Que tenga luz para ella y que desee lo bueno para la gente que la rodea. Y que sepa respetar.

¿Qué importancia tiene el físico en la seducción? ¿Un hombre feo puede ligar igual que uno guapo?

Es que lo que te hace bello o te hace feo no es tu cara, es tu carisma. Es tu personalidad. El físico lindo… ¿cuál es? ¿Cómo es lo que debería ser? Somos diferentes todos.

Al final lo más atractivo de ti acaba siendo tu personalidad, tu forma de hablar, de reírte, tu alegría, lo que proyectas como ser humano.

¿Te han roto el corazón? ¿Lo has roto?

A todos nos llega, todos tenemos decepciones y sufrimientos. Momentos duros. ¿Sabes qué? Sí, yo he sentido que perdía algo que quería tener. Si es en la forma en la que lo estoy pensando, sí.

¿Y si lo he roto? Pues sí, también, uno no es perfecto, a veces haces cosas sin mala intención pero hieres a los demás. Lo importante es que nunca lo hagas con intención de hacer ese daño.

William Levy cuenta que le han roto el corazón... y que él también lo ha roto.

William Levy cuenta que le han roto el corazón... y que él también lo ha roto. David Morales.

He leído que en 2009 te convertiste al catolicismo. ¿Qué encuentras en tu relación con dios?

Es que para mí dios no es… yo no le veo como a un hombre que está ahí arriba en una nube y nos está mirando, ¿sabes?

Dios es una fuente de energía muy poderosa que te recuerda que tú, y todo ser humano, tiene poder y verdad y luz y uno intenta conectarse con todo eso.

Si consigues eso, vas a poder hacer lo que quieras en tu vida, porque todo te va a salir de dentro.

Hay personas que creen que no todo pasa por algo, que dios no existe… y si existe no sé cómo es, pero sé que siento cosas muy grandes por él y que eso que llamamos dios, sí existe. Es bello conectarse con esa energía.

"Lo que te hace bello o feo no es tanto la cara como el carisma y la personalidad, tu forma de hablar y reírte"

Yo confío en él y sé que lo que él está haciendo, es por el bien. Si se cierra una puerta, es por el bien. No creo en los fracasos. A mí me ayuda mucho y me hace muy feliz, me hace una persona con paciencia que piensa que las cosas pasan por algo.

Adoptaste a 36 niños.

Eso fue en 2009. Tuve la oportunidad de trabajar con esos niños en México. Tenían desnutrición. Pude ser parte del proceso de alimentarlos, de que puedan recuperarse de un momento de la vida en el que estaban pasando mucho trabajo y mucho esfuerzo sin comida.

Yo pasé por eso en Cuba. No llegué a la desnutrición infantil pero sí sé lo que es pasar hambre. Todo lo que tenga que ver con niños, me conmueve. Todo lo que yo pueda hacer, lo haré.

William Levy adoptó a 36 niños, la infancia es lo que más le conmueve.

William Levy adoptó a 36 niños, la infancia es lo que más le conmueve. David Morales.

¿Cómo influye el dinero en la relación con los otros, hombres o mujeres?

Cuando te va bien es el momento menos indicado para elegir amigos o amor, lo que sea, porque tienes mucha gente al lado, pero no de tu lado. Hay que ser cuidadoso. Vendrá mucha, mucha gente, y querrán estar cerca de ti, pero eso no significa que estén de verdad contigo. Yo creo que en los momentos malos es donde se distingue a los amigos, en los buenos está todo el mundo.

¿Qué tipo de padre eres? ¿Cómo es tu relación con tu niña? Tiene 15 añitos.

Ser papá es mi trabajo favorito. Lo más lindo que tengo son mis hijos. Por eso te decía antes que dejé de trabajar seis meses al año para estar con ellos y claro, gano menos dinero, eso es obvio, pero gano mucho más en todo lo demás, en la otra gran parte de mi vida.

Yo sé que estaré contento y orgulloso y agradecido conmigo mismo de haber tomado esta decisión, porque el tiempo no vuelve. No voy a sentarme y a decir “puta, cómo me arrepiento de haber hecho eso”, no, al revés, qué bueno que hicimos eso y estuvimos juntos y mis hijos fueron amigos de papá.

Y con mi hija… pues ella tuvo un momento a los 14 años súper difícil, ya está mejor y estamos en un momento muy hermoso. Siempre hemos tenido una relación linda, cuando va a mi casa se queda a dormir en mi cama, tú para acá y yo para allá, ¡dormimos juntos! Nos quedamos juntos en el sofá viendo televisión, y ella me dice “yo me quedo contigo, me quedo contigo”.

¿En qué tipo de mujer te gustaría que se convirtiera?

Yo voy a ser honesto: yo no podría decirte que yo sé cómo hacer esto. Sé más sobre los hombres. Pero yo quisiera verla realizada, y quisiera verla sabiendo elegir a un hombre que le dé importancia a las cosas importantes, un hombre que pueda dar todo por la familia, que sea un buen proveedor para ella y para sus hijos, que asegure su futuro y el de sus niños. Hoy día es muy difícil encontrar a un buen hombre. ¡Y una buena mujer!

William Levy dice que ser padre es su trabajo favorito y que desea que su hija sepa elegir.

William Levy dice que ser padre es su trabajo favorito y que desea que su hija sepa elegir. David Morales.