Carlos Cañás, Beatriz Pérez, Ana Cortés e Isabel Guerra en la mercería Veracruz de A Coruña.

Carlos Cañás, Beatriz Pérez, Ana Cortés e Isabel Guerra en la mercería Veracruz de A Coruña. Quincemil

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Veracruz, corsés y lencería desde hace 73 años en A Coruña: "Cada cliente es un reto"

La avenida de Oza conserva un clásico negocio familiar de ropa interior especializado en sujetadores donde "las mujeres siguen siendo mayoría" entre la clientela de los barrios de la zona

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"La barrera de un paso ferroviario atraviesa el escaparate de una mercería". Este podría ser el titular de la noticia, de un suceso que en realidad ocurrió a comienzos de los años sesenta del siglo pasado en A Coruña. El ferrocarril cruzaba la avenida General Sanjurjo (hoy avenida de Oza) entre la antigua estación del Norte, donde está El Corte Inglés, y el puerto. La barrera retenía el paso de los vehículos cuando pasaba el tren, pero una madrugada un coche que no frenó a tiempo impactó con el obstáculo y este, al descolocarse y girarse, se incrustó en uno de los dos escaparates del comercio más próximo. Era la mercería Veracruz, que aún sigue abierta.

Cinco décadas después el negocio cambió de localización: aquel accidente lo sufrió cuando ocupaba el número 30 de la avenida de Oza, y desde 2013 cruzó la calle al bajo del número 11. Esta reubicación también es curiosa: una inmobiliaria que mantiene su cartel en el edificio original motivó la mudanza de Veracruz a un local que estaba por estrenar justo enfrente, y pasados doce años el viejo inmueble vacío sigue en pie y el proyecto inmobiliario para derribarlo y levantar otro está paralizado.

Escaparate del comercio Veracruz desde 2013 en la avenida de Oza.

Escaparate del comercio Veracruz desde 2013 en la avenida de Oza. Quincemil

Veracruz ya era mercería antes de octubre de 1952, la fecha en que Manuel Cañás se hizo con el traspaso de un negocio similar en el que unos años después empezó a trabajar su hijo Carlos, el actual propietario. "Entré con 15 años en 1958. Esta era una zona progresista, con muchas mujeres en el Muro del puerto, la fundidora Wonemburger, la fábrica de tabacos, muchos bancos. Gente de A Gaiteira, Os Castros, Cuatro Caminos y Oza venía a comprar. Había también otras mercerías muy bien surtidas en la zona de Santa Lucía que fueron desapareciendo", cuenta Carlos Cañás Vázquez.

"Siempre hubo miembros de la familia" en Veracruz y Carlos dejó la tienda una temporada para regresar "de mayor". Cuatro mujeres atienden a los clientes, con Isabel Guerra Vázquez como la más veterana, desde hace casi 28 años. En el interior laberíntico del comercio es fácil perderse porque hay una disposición de pasillos y estanterías que separa las secciones, con cientos de cajas de hasta medio centenar de marcas colocadas y ordenadas junto a las paredes.

Corsetería especializada

Cuenta otra empleada, Ana Cortés, en la tienda desde 2001, que Veracruz "está especializada en lencería y sobre todo corsetería". "Ahora hay más copas de sujetador en el mercado, copas especiales que no son la medida estándar. Con corsetería empezamos hace muchos años y profundizamos en ella sin olvidar la sección de mercería", explica.

Bañadores y piezas de corsetería en el interior de Veracruz.

Bañadores y piezas de corsetería en el interior de Veracruz. Quincemil

Batas, pijamas y camisones para señoras, caballeros y niños están colgadas o guardadas, junto a calcetines, bragas, bañadores, hilo... "Procuramos tener un poco de todo de cada producto", dice Cortés. En la rutina de su trabajo, ella y sus compañeras encuentran "sorpresas" todos los días y advierten que "la forma de comprar ha cambiado".

"Antes el cliente agradecía que le enseñaras varios productos para decidirse, ahora viene con la idea clara de lo que quiere, exista o no exista, pero mucha producción se ha ido fuera de España y nosotras la compramos directamente a la fábrica. Cada cliente es un reto porque se ha acostumbrado a esta nueva forma de comprar", señala la empleada, que añade que las mujeres son mayoría en su clientela: "Los hombres no vienen a comprar".

El azar, con aquel accidente

Años después del accidente con la barrera ferroviaria Carlos Cañás se encontraba en Viena de vacaciones. En una terraza donde tomaba un café con su esposa escuchó la conversación de un grupo de españoles en la que se contaba la "anécdota" de un impacto con la barra del tren una noche en A Coruña. "Ni corto ni perezoso me levanté y le dije a aquel hombre que la contaba que yo había sido uno de los perjudicados de aquella aventura. No quiso hablar más".