Cuando paseo por la Gran Vía en Madrid, uno de mis lugares favoritos es La Casa del Libro, sobre todo cuando me acerco a sus dos grandes ventanales en la primera y la segunda planta. Desde esos miradores uno contempla la amplia avenida y el deambular de la gente para arriba y para abajo. Pero lo mejor es estar allí con un libro en la mano sentado en el banco dispuesto en el alféizar de la ventana cubierto por unos cómodos cojines.
Un libro que hemos escogido entre muchos sobre un tema que nos interesa. Esa escena en Madrid la recordaba el fin de semana pasado en Sevilla cuando visité la misma librería en la calle Velázquez el domingo por la mañana sobre la una de la tarde. Iba a dirigirme de vuelta a mi casa cuando caí en la cuenta de que ahora también abría los domingos esa gran biblioteca.
Elegí en su tercera planta un libro sobre la biografía de Leonardo Da Vinci entre varios que trataban su vida y obra, uno de mis artistas favoritos y cuyas genialidades pude disfrutar por primera vez siendo colegial por una serie en la televisión de entonces en blanco y negro. Era difícil no admirar a uno de los grandes genios de la humanidad como pintor, escultor, arquitecto, científico, inventor, etc.
También leí algunas páginas sobre una biografía de Miguel Ángel. Pero finalmente elegí para llevármelo a casa un nuevo libro sobre Picasso y su última esposa, ”La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso”, aunque en el último año ya había leído seis biografías sobre el genio del siglo XX, que naturalmente giran en torno a las esposas y amantes del pintor malagueño, pues su obra y sus distintas etapas están íntimamente ligadas a sus vivencias y estados de ánimo con ellas.
Sentado en uno de los sillones que hay delante del ventanal y observando de vez en cuando a algunas de la jóvenes que atentamente revisaban algunas obras sobre artistas, creí entender en parte la pasión del pintor por plasmar en el lienzo lo que veía en tan variadas modelos cuando posaban para él en su estudio.
Qué tranquila está la librería el domingo para poder leer unas páginas sobre literatura, filosofía, historia o arte. Pensando en terminar después algunos de esos libros en nuestra casa quedándonos a leer hasta tarde. ¿Para qué queremos esas primeras horas de la noche si no para adentrarnos en las interesantes vidas de Picasso, de García Márquez, Balzac, Dickens, Poe, Chaplin, Ted Kennedy o Tony Blair?
Vidas de grandes personajes que nos hacen mejores gracias a las virtudes y defectos de esas personas que no eran perfectas pero que por destacar en algún arte, ciencia o disciplina, podemos hoy conocer parte de su vida y obra que nos invita a aprovecharnos para saber lo que hicieron bien o mal para no caer en sus errores y aprender de sus aciertos.
Y también nos sirven esas biografías para vivir parte de lo que ellos vivieron sintiéndonos en algún momento parte de la escena, como otro personaje más en aquel salón, aquella iglesia, aquel barco, aquel estudio, aquel jardín, etc.
Picasso vivió arropado e inspirado en sus últimos años con Jacqueline y hoy unos la critican, otros la adoran, otros la odian, pero él quiso vivir con ella esos años tan fructíferos como los anteriores. Tomó decisiones desacertadas con algunos de sus amigos y familiares más cercanos, pero supo vivir a su forma y disfrutar de la vida. Quedémonos con lo mejor de él.