
Imagen de archivo de dos gallinas en un gallinero de una casa. iStock
Alquilar gallinas para esquivar la crisis de los huevos de Trump: la nueva tendencia en EEUU contra los precios desorbitados
La gripe aviar ha diezmado a las ponedoras y elevado el precio de este alimento más de un 59%, lo que ha llevado a que se tomen medidas desesperadas.
Más información: La crisis de los huevos de Trump: "No hay en EEUU. La gente se pelea por ellos, va a las 7 al súper para conseguirlos y compra a un euro la unidad"
Los huevos traen de cabeza a los estadounidenses. Y no es de extrañar: desde 2022 los precios de este alimento se han disparado en el país y solo en el último año ha aumentado un 59%.
El pasado mes de marzo, una docena —de esos normales y corrientes, de gallinero industrial— llegó a costar, según The Wall Street Journal, la friolera de 5,9 dólares (5,45 euros) frente a los tres que valía en 2024. A esto, además, se le suma la escasez de este producto, que no llena los lineales de los supermercados como solía.
Varios brotes de gripe aviar, el encarecimiento del cereal con el que se alimenta a las gallinas y el aumento de precios del empaquetado estarían, según los expertos, detrás de la nueva fiebre del huevo en EEUU. Algo que ha llevado a que la gente ponga en marcha su ingenio para hacerse con este manjar.
Así, se han puesto de moda plataformas como Rent The Chicken, que permiten a los norteamericanos —incluyendo a los canadienses— alquilar entre una y cuatro gallinas ponedoras, con gallinero incluido, para hacerse con su propio alijo casero de huevos. Con toda una red de avicultores en todo EEUU, se trata de una opción que empieza a atraer a algún que otro consumidor aventurero.
Los precios de este servicio, que implica que uno mismo cuide de las aves y las alimente correctamente para obtener huevos de calidad, empiezan en los 500 dólares por un contrato de seis meses y pueden ascender hasta los 1.000. Esta inversión incluye un habitáculo de madera, comederos y bebederos y el alquiler de las propias protagonistas del negocio.
Pero tener un puñado de gallinas en el jardín no está a la mano de todos, y tampoco soluciona el problema ovícola que sufre el país. Y es que los gallineros caseros también pueden vivir brotes de gripe aviar, como los sucedidos en las macrogranjas ponedoras.
Desde el pasado noviembre, varias infecciones de esta enfermedad letal en Iowa y Ohio, los mayores productores del país, han diezmado la población de gallinas ponedoras. Esto es, precisamente, lo que ha desbaratado los planes del presidente Donald Trump, que durante las elecciones prometió bajar los precios "disparatados" de los alimentos en los supermercados.
Brasil, Corea o Turquía
Con los huevos al alza, haciendo mella en uno de los pilares en los que se sustenta la dieta estadounidense, la Administración Trump ha decidido dejar a un lado su tendencia proteccionista y acudir a terceros países. En un intento de bajar los precios, por ejemplo, se está pensando en importar huevos brasileños para su uso en productos procesados.

Un lineal de huevos en un supermercado. iStock
Estos no acabarían en el súper, pero sí se utilizarían a nivel industrial para hacer mezclas para tartas, helado o aliños de ensaladas. También se está barajando la importación de los huevos de gallinas de engorde, esas que no son ponedoras sino que se utilizan para la alimentación. Sin embargo, esta segunda opción implicaría un cambio en la regulación estadounidense.
El presidente también está tanteando a otros productores que no suelen exportar a EEUU, como Turquía y Corea del Sur. Asimismo, ha pedido un incremento de la exportación de huevos europeos para capear el temporal.
Cuestión de macrogallineros
Pero por qué está sucediendo esto en Estados Unidos y no en otros lugares. Ni siquiera su vecina Canadá, donde también ha habido brotes de gripe aviar, está sufriendo una escasez como el país de las barras y estrellas.
Como explica Mike von Massow, economista especializado en alimentación de la Universidad de Guelph, en Ontario, Canadá, a NPR, la clave está en la industrialización.

Una macrogranja avícola. iStock
En EEUU, la industria del huevo está mecanizada y gira en torno a macrogranjas con cientos de gallinas ponedoras que tienen que trabajar de manera hipereficiente. Así, producen muchos huevos en muy poco tiempo. El problema está en que en el momento que hay un brote infeccioso, como el de gripe aviar, afecta a todos los animales.
Algo que, explica Von Massow, no sucede en países como Canadá, donde las explotaciones avícolas son más pequeñas, lo que permite controlar el contagio.