Un investigador toma muestras de las canalizaciones del yacimiento de San Esteban (Murcia) para enviarlas a analizar en laboratorio.

Un investigador toma muestras de las canalizaciones del yacimiento de San Esteban (Murcia) para enviarlas a analizar en laboratorio. San Esteban-UM

Historias

Una investigación analiza restos de parásitos intestinales para reconstruir los hábitos de los murcianos en la Edad Media

Un estudio arqueológico en el yacimiento del arrabal de San Esteban detecta "huevos de lombriz intestinal y de tricocéfalo" en canalizaciones.

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Varios habitantes de la Murcia de los siglos XII y XIII que se infectaron con parásitos por no lavar bien las frutas y hortalizas antes de comérselas han ayudado a que nueve siglos después un equipo de arqueólogos y científicos reconstruyan cómo era parte de la vida en el antiguo arrabal de la Arrixaca (Murcia).

Un dato que llega en el 1.200 aniversario de la ciudad y que se ha logrado tras el análisis de unas canalizaciones que podrían haber servido de aseo. Esto, aunque pueda parecer ligeramente escatológico, otorga un inmenso potencial para teorizar sobre algunos aspectos de "cómo era la vida de los huertanos en época islámica".

Así lo explica a ENCLAVE ODS la coordinadora del estudio arqueológico del yacimiento de San Esteban, Alicia Hernández-Robles, después de publicar los resultados de la investigación que han realizado entre 2018 y 2023 en la revista científica Journal of Archaeological Science.

Y es que esta investigación ha sido pionera porque, por primera vez, se han realizado estudios paleoparasitológicos en una estructura arqueológica. Concretamente, en su sistema de saneamiento. Básicamente, lo que han hecho es "tomar muestras de tierra de distintas canalizaciones de un edificio que interpretábamos como una hospedería".

Modelos 3D Fotogramétricos del conjunto arqueológico del yacimiento de San Esteban, en Murcia.

"Este edificio lo bautizamos como 'Recinto 1', es el de mayores dimensiones del yacimiento, y queríamos saber cuál era su funcionalidad", explica Hernández-Robles. Y gracias al análisis paleoparasitológico, detectaron huevos de lombriz intestinal y de tricocéfalo, dos parásitos que se encuentran en las heces.

Pregunta: ¿Qué revela la presencia de esos parásitos intestinales sobre la vida de los habitantes del arrabal?

Respuesta: El hallazgo nos habla de una contaminación con restos fecales, con heces, que bien podrían ser de origen humano o animal. La hipótesis con la que trabajamos es precisamente que se haya dado por el abono de los campos: que se emplearan como fertilizante esos restos fecales y que por no haber lavado bien esas frutas o verduras, la población de la Murcia medieval pudiera infectarse con estos parásitos que no son letales, pero sí que podrían causarles ciertas molestias estomacales, diarreas, etc.

Una foto de archivo de una visita guiada al yacimiento de San Esteban.

Una foto de archivo de una visita guiada al yacimiento de San Esteban. San Esteban-UM

El yacimiento de San Esteban es uno de los lugares con mayor potencial arqueológico de la capital del Segura. Se estima que estuvo activo entre finales del siglo XI hasta mediados del XIII, cuando se produjo la conquista castellana del Reino de Murcia. Este lugar contiene los restos del antiguo arrabal de la Arrixaca, el barrio extramuros de la Medina de Murcia en época andalusí.

Lo que sorprende es que se encuentra en el mismo corazón urbano de Murcia: en una enorme explanada ubicada cerca de la Gran Vía, visible al paso de todos los transeúntes, frente a un Corte Inglés y a los pies del Palacio de San Esteban, la sede del Gobierno autonómico.

P.: ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de este yacimiento?

R.: Personalmente, el enfoque multidisciplinar, el no solo realizar una investigación arqueológica y su registro habitual, sino también poner el foco en todo lo invisible, todo lo que no vemos en esa tierra que nosotros estamos excavando, y que a través de ese procesado de las distintas muestras junto con diferentes especialistas y laboratorios, podemos obtener una información mucho más amplia para entender cómo vivía la población de Murcia en época andalusí.

La coordinadora del estudio arqueológico, Alicia Hernández-Robles, en una foto de archivo en el yacimiento.

La coordinadora del estudio arqueológico, Alicia Hernández-Robles, en una foto de archivo en el yacimiento. Cedida

P.: ¿Por qué pusieron el ojo en ese 'Recinto 1'?

R.: Interpretábamos que se trataba de un funduq andalusí, una especie de hostal o alhóndiga. Observamos que tenía un conjunto muy numeroso de canalizaciones que se conectaban con las calles del arrabal y queríamos entender cuál era su uso y su funcionalidad en el edificio.

En dos canalizaciones en concreto, su interpretación era clara porque sí que conservábamos dentro del edificio la estructura de dos letrinas. Pero luego teníamos otras canalizaciones que no estaban conectadas con la estructura en su interior, y una de las dudas era saber si había habido más letrinas dentro del edificio o ver qué podrían haber evacuado.

Esa duda la teníamos también con el piso superior, porque de esa primera planta del edificio no se conservaba ningún resto arqueológico, pero sí que teníamos indicadores arqueológicos de que había existido, precisamente por haber localizado dos canalizaciones en bajante en uno de los muros.

Respecto a la técnica que ha permitido arrojar esta conclusión, el estudio paleoparasitológico, esta investigadora de la Universidad de Murcia (UMU) explica que se trata de un procedimiento que para nada es nuevo: "Se aplica sobre todo en estudios centrados en restos óseos humanos, cementerios, para entender cuáles serían las enfermedades que padecieron y conocer cuál era su estado de salud".

"La novedad es que se haya realizado una aplicación de esta técnica en estructuras arqueológicas; en este caso, en un sistema de saneamiento".

P.: ¿Cómo se localizan estas muestras siendo microscópicas?

R.: Tomamos las muestras de tierra del interior de estas canalizaciones, siguiendo un protocolo. El investigador que se ha encargado de esta parte del estudio es Ramón López Gijón, de la Universidad de Granada, que nos indicaba ese procedimiento para tomar las muestras y no contaminarlas y analizarlas posteriormente en el laboratorio.

El investigador de la Universidad de Granada, Ramón López Gijón, analiza las muestras extraídas del yacimiento de San Esteban (Murcia).

El investigador de la Universidad de Granada, Ramón López Gijón, analiza las muestras extraídas del yacimiento de San Esteban (Murcia). Cedida

P.: ¿Qué puede aportar este descubrimiento a la hora de realizar futuras investigaciones en este u otros yacimientos?

R.: El que se hayan podido identificar esos parásitos intestinales ya es muy relevante porque estos no siempre se pueden identificar. Influye mucho el contexto en el que se toman. En el sureste español, por las condiciones climáticas, suele ser más complicada esa conservación de parásitos con respecto a otros territorios, como el norte de la Península Ibérica.

De manera que este hallazgo da pie a continuar con estudios paleoparasitológicos en otros yacimientos del sur de la Península Ibérica, para ir ampliando esa muestra y tener un mayor abanico para entender cuáles son esas condiciones de higiene, de salubridad de la población medieval.

Las conclusiones que acaban de revelar los científicos encargados, liderados por la Universidad de Murcia, forman parte de la que ha sido la parte previa a la puesta en valor del yacimiento.

En este momento, se están desarrollando los preparativos para comenzar su puesta en valor. El Ayuntamiento de Murcia en colaboración con el Gobierno regional y el Ministerio de Cultura, sacaron a licitación hace unos meses el proyecto para realizar la cubrición de los restos arqueológicos y su puesta en valor en los próximos años.

Esta investigación ha sido realizada por miembros del grupo de Arqueología y Patrimonio del Mediterráneo Occidental de la UMU, junto con investigadores de la Universidad de Granada, Évora (Portugal) y Borgoña (Francia)

En el estudio han participado también especialistas de la Universidad de Franche-Comté (Francia), la Universidad de Sassari (Italia) y todo el personal y estudiantado de grado y máster involucrado en el proyecto de San Esteban-UM.