
Patricia Ramírez, madre de Gabriel, en una imagen de archivo
Patricia Ramírez: Ana Julia Quezada "ha dicho desde prisión que me quiere matar por romperle el documental"
La madre del pequeño Gabriel denuncia públicamente la existencia de una trama en la prisión de Brieva en la que cuatro funcionarios habrían ayudado a la asesina de su hijo a grabarse imágenes para el documental.
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La madre del pequeño Gabriel, Patricia Ramírez, ha denunciado públicamente que Ana Julia Quezada, la asesina de su hijo condenada a prisión permanente revisable, la habría amenazado de muerte desde el interior de la prisión de Brieva. "Me enteré que, supuestamente, la asesina de mi hijo, dentro de prisión, ha manifestado que me quiere matar. Estaba muy enfadada conmigo porque le había roto el documental".
Se refiere Ramírez a las gestiones realizadas para paralizar el documental y a la denuncia que llevó a cabo ante la UCO, en primer lugar, y que acabó en las manos de la Guardia Civil de Ávila sobre la posesión de un terminal móvil en el interior del centro. Instruida desde un juzgado de Ávila, a resultas de la misma, resultó detenido un funcionario al que se le imputa un presunto delito de cohecho. El funcionario habría recibido favores sexuales a cambio, y habría contado con la colaboración externa de la pareja de Quezada, una exinterna, tal y como ha contado EL ESPAÑOL.
La mujer ha lamentado la que considera una "total falta de protección institucional". En una rueda de prensa celebrada en Almería, Ramírez ha reclamado medidas urgentes para evitar una "revictimización constante" de familias afectadas por este tipo de casos.
Ramírez ha revelado que, desde hace más de un año, recibe información procedente tanto del interior como del exterior de la cárcel de Brieva (Ávila), donde cumple condena Quezada, sobre posibles irregularidades, como la tenencia de teléfonos móviles, grabaciones de contenido sexual, o incluso la preparación de un documental con la participación de la asesina confesa.
"La información que a mí me llega es que Ana Julia tiene móviles. Que hay personas que graban dentro, que hay vídeos sexuales, que hay grabaciones para un documental, que hay personas que mueven dinero por ello", ha afirmado.
Según ha relatado, entre esos datos recibidos se encuentra una amenaza directa: "A ella se le ha oído decir que me quiere matar. Y lo ha dicho delante de otras internas. Eso me lo han hecho llegar personas que estaban dentro y fuera de la cárcel. He hecho llegar esta información, pero nadie me responde. Nadie investiga".
En esta línea, ha resaltado que otras personas relacionadas con Quezada también estarían interesadas en "vengarse" de ella, y ha sostenido que recibe llamadas de desconocidos desde hace tiempo, algo que ya ha denunciado ante la Comandancia de la Guardia Civil de Almería.
Estas amenazas no se producen en un vacío, sino en un entorno de falta de control institucional: "Me consta que se alquilan teléfonos dentro de la cárcel, que hay intercambio de móviles, que se usan para llamadas, grabaciones, o incluso para chantajear a otras internas", ha asegurado.
Patricia Ramírez ha insistido en que ha trasladado toda esta información por escrito y en persona a distintas autoridades penitenciarias, judiciales y políticas: "No puedo más. Lo estoy denunciando y ni siquiera se me llama para preguntarme. Nadie me atiende, nadie me protege, nadie actúa", ha dicho entre lágrimas.
También ha denunciado la existencia de "funcionarios implicados" en estas irregularidades: "A mí me constan por lo menos cuatro. Lo he dicho. He puesto todo por escrito. ¿Qué más tengo que hacer?", se ha preguntado.
La responsabilidad patrimonial
Ramírez ha explicado que todo esto sucede mientras la responsabilidad civil derivada del asesinato de su hijo sigue sin estar resuelta. "Después de ocho años no ha habido una sola investigación patrimonial de Ana Julia. No ha pagado nada, no se le ha embargado nada, ni siquiera está declarada insolvente. Y mientras tanto puede estar ganando dinero con un documental", ha lamentado.
Ha criticado que se dé espacio mediático a condenadas por crímenes atroces: "¿A costa de qué se le está dando tanta fama a esta asesina? ¿Para qué? ¿Para vender nuestra amargura como espectáculo?", ha continuado. "Esto lo que hace es revictimizarnos. Nos vuelven a matar un poco cada vez que sacan su nombre, su imagen, su historia. Nos roban el duelo, la intimidad, la paz".
En ese sentido, ha reclamado la aplicación real del Estatuto de la Víctima y del marco europeo de derechos fundamentales: "Ese estatuto dice que hay que tratar con respeto y proteger a la víctima. Pero aquí no hay respeto. No se me protege. Me siento absolutamente sola. El sistema me ha dejado sola".