Miguel Ángel García de la Calera.

Miguel Ángel García de la Calera. José Verdugo EL ESPAÑOL

Reportajes

Miguel García de la Calera ya está entre los directores más vistos de Latinoamérica y tiene película en España

'El silencio de Marcos Tremmer' ha estado durante dos meses en el top 3 de películas más vistas en Amazon Latinoamérica y ya se puede ver en Amazon España.

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Año 2006. Mes de septiembre. Un chaval delgado, con flequillo caído y sin un pelo en la barba llega al Colegio Mayor el negro, Madrid. Es uno más; uno de tantos de los que en aquellos días asaltan la Ciudad Universitaria con maletas repletas de comidas de ‘mamá’ en busca de cumplir sus sueños: algunos más probables, como los de ingenieros o arquitectos; y otros menos, como los de aspirantes a periodistas o, qué decir, los matriculados en Bellas Artes.

¿Y tú qué vienes a hacer?

Comunicación Audiovisual, en la Complu. Quiero ser director.

Cierto es que el recuerdo tiende a ser maleable según quien lo exponga y quizá Miguel —porque entonces sólo era Miguel— lo verbalizara de otra forma. Pero en su mente —difícil que lo niegue su yo futuro— ya se vislumbraba la posibilidad —igual que la pretensión de muchos periodistas era cantar goles junto a Pepe Domingo Castaño o los de políticas aspiraban a asaltar los cielos—.

Y él, Miguel Ángel García de la Calera, de la cosecha del 88 de Navalmoral de la Mata, extremeño hasta la médula, con el corazón más blanco que el de Santiago Bernabéu, había llegado a los ‘madriles’ para ver a su Real Madrid ganar la Champions —ya no sabemos cuántas veces— y para ser director de cine.

Y al final, se salió con la suya.

14 años después, en pleno 2025, tras hacerse director en República Dominicana, vuelve a la capital con 37 años, más barba, más pelo y tras más de una década instalado en esa célebre filosofía —“sin miedo alguno”, solía esgrimir ante cualquier vicisitud— que hizo fama entre los universitarios que lo acompañaron. Y lo hace con su primer gran éxito en el cine debajo del brazo: El silencio de Marcos Tremmer. “Ha estado dos meses en el top 3 de películas más vistas de Amazon en Latinoamérica y, como ha funcionado tan bien, ya se puede ver en España”, cuenta en este encuentro con EL ESPAÑOL.

Miguel Ángel García de la Calera.

Miguel Ángel García de la Calera. José Verdugo EL ESPAÑOL

P.—¿Por qué vuelve ahora a Madrid cuando allí ya le iba bien?

R.—Porque Madrid me encanta y, después de la locura de estos años, creo que era el momento de aprovechar la ola de ‘El silencio de Marcos Tremmer’ para venir e intentar poner en marcha aquí algún proyecto. Además, la película ya se puede ver en Amazon en España y yo tengo algo que enseñar. He estado siete años para hacer dos películas (la otra, ‘Caribe todo incluido’), pero ahora ya tengo firmadas dos para el año que viene en República Dominicana.

P.—¿Cómo surge el fenómeno de El silencio de Marcos Tremmer?

R.—Ganamos Ibermedia en 2021, que es el centro de coproducción iberoamericano, y de ahí conseguimos dinero para ponerla en marcha. Luego es verdad que tuvimos problemas y la fuimos financiando poco a poco. Grabábamos, esperábamos tres meses para conseguir más dinero y volvíamos a grabar. Al final, en 2023 se acabó el rodaje y la postproducción 2024. La presentamos en el festival de Mar del Plata, donde fue nominada en la categoría de mejor película latinoamericana; en el Festival de la Habana y en el de Punta del Este (Uruguay). Y la estrenamos en los cines de Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y República Dominicana, y en Amazon.

P.—La película es un dramón.

R.—Sí, al protagonista, que es Benjamín Vicuña —uno de los actores más conocidos en Argentina, Chile y Uruguay—, le detectan cáncer y él se lo oculta a su mujer (Adriana Ugarte) porque la hermana de su mujer también había muerto de cáncer. Entonces él prefiere llevar en silencio la enfermedad. Y hasta ahí puedo contar. Pero sí, la gente ha llorado muchísimo. Yo, a veces, me iba a una sala de cine y me escondía entre el público y, cuando la gente iba al baño, yo me iba y escuchaba lo que la gente comentaba. Sobre todo, les encantaba a las mujeres mayores de 40 años. Es una pasada. No conozco ninguna que no me haya dicho que es la mejor película que ha visto en su vida.

Sus inicios

Miguel Ángel García de la Calera duda, y duda mucho. “Es que está mal vista la duda, pero está bien. Aunque a veces vuelvas loca a la gente. Por ejemplo, a este camarero de aquí, le podría llegar a cambiar el menú en el último momento. Igual me mata, pero...”, bromea durante la entrevista con EL ESPAÑOL.

Lo cierto es que, a pesar de esgrimir esas dudas como una virtud, nunca pensó en dedicarse a otra cosa. Porque sí, el primer año, nada más llegar a Madrid, tan solo se matriculó en Comunicación Audiovisual, pero ya en segundo, hizo también lo propio en el TAI (Centro Universitario de Artes) para estudiar Cine. Después llegaron sus cinco cortometrajes en España: Memorias de atracos, Jaque mate, Misterios de la Mente, Micología, Memorias de atracos y La persecución (pre)establecida.

P.—En este último con Toni Cantó de protagonista. ¿Lo jubiló?

R.—Creo que sí, que fue lo último que hizo antes de pasar a Ciudadanos, aunque es posible que por entonces ya estuviese en UpyD. Un día estábamos grabando en Entrevías y, de repente, no lo encontrábamos. Así que nos pusimos a buscarlo y lo encontramos discutiendo de política con una señora mayor que se estaba tomando un café. Tremendo (risas).

P.—Fue lo último que hizo antes de irse a República Dominicana. ¿Por qué allí?

R.—Primero estuve grabando El pintor de sombras (su último cortometraje) y me gustó porque allí había una ley del cine incipiente que me podía permitir comenzar algún proyecto. Pero de primeras no me quedé allí. Me volví porque estaba trabajando en Discovery Channel. Lo que pasa es que me cansé, no por Discovery —que es maravilloso— sino porque tiendo a cansarme de todo. Y trabajar siempre en la misma oficina, tener que ir a a la misma hora a la oficina —de 9 a 10, con lo que me gusta a mí madrugar—. Eso no es para mí. Así que decidí irme.

Miguel Ángel García de la Calera durante la entrevista.

Miguel Ángel García de la Calera durante la entrevista. José Verdugo EL ESPAÑOL

R.—El plan, en realidad, no era ni siquiera quedarme. Compré varios billetes con escala para ir primero a Puerto Rico, después a Panamá y México, y después volver a España. Tenía la idea de rodar en República Dominicana como ayudante de dirección y luego hacer el viaje. Lo que yo no calculaba es que allí los rodajes no empiezan nunca a tiempo. Tardamos dos meses en comenzar a grabar y entonces me quedé allí. Luego me salió otra cosa después... Y ya no regresé a España.

P.— Y allí grabó su primera película como director.

R.—Sí, en 2017 conseguí inversión para grabar Caribe todo incluido, gracias a que República Dominicana me financió el rodaje y España, la postproducción. En 2019 me vine a España a hacer la posproducción y sobre el 20 de enero de 2020 estrenamos la película en el Cine Global Dominicano, que es el festival más grande que hacen allí. Poco después llegó la Covid y con el fin del mundo me quedé allí.

P.—Y casi que mejor.

R.—Sí, las restricciones fueron más laxas y pronto me salieron varios proyectos. Enlacé tres o cuatro películas seguidas y luego me fui a Uruguay, donde hice otras tres películas como ayudante de dirección.

P.—¿Hasta qué punto es famoso en Latinoamérica, sobre todo después de esta película?

R.—En la industria dominicana sí me conocen y en Uruguay también. Algo en Argentina, por esta última película, y en Chile un poquito.

P.—¿Y aquí en España?

R.—Nada, no existo (risas).

P.—¿Por qué hay tanto dinero para el cine en República Dominicana?

R.—Por la ley del cine que tienen, que permite a las empresas desgravar el dinero que dedican al cine. Los sueldos son competitivos y... bueno, por eso me quedé allí. Es más cómodo y más fácil financiar películas allí. Y en Uruguay pasa lo mismo porque hay también una ley del cine que lo hace todo muy fácil.

P.—¿Es el único español que ha tomado este camino?

R.—Se van algunos actores, pero los directores no se van a producir —y los que lo hacen, graban y se vuelven—. Aquí en España todo es más complicado. Si no vas de la mano de una televisión grande, es muy difícil. De media aquí se tardan cuatro años en reunir financiación para una película.

P.—¿Qué hay que hacer para llegar a ellos?

R.—Ser muy conocido. Y lo entiendo. Meten mucho dinero y quieren conseguir resultados. Pero es verdad que para los que venimos sin nada es más difícil hacerse un hueco.

P.—Aun así, ha decidido volver a España.

R.—Era el momento perfecto. El silencio de Marcos Tremmer ha funcionado muy bien y yo ya tengo otras dos películas firmadas los dos próximos años en República Dominicana. Y puedo ir, grabar y volver. Así que... aquí estoy (risas).