Cie Lézards Bleus en la jornada inaugural del TAC

Cie Lézards Bleus en la jornada inaugural del TAC Miriam Chacón / ICAL

Valladolid

La compañía suspendida del TAC denuncia la "negligencia avanzada" de La Antigua: "Tejas rotas y cadáveres de palomas"

Lézards Bleus asegura en un comunicado que el 21 de mayo por la tarde, "en plena preparación para nuestro espectáculo, la función fue cancelada y, sorprendentemente, solo autorizada 15 minutos antes de su inicio".

Más información: Suspendida la polémica actuación del TAC en la fachada de la iglesia de la Antigua de Valladolid

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La compañía francesa Lézards Bleus ha expresado su "profunda tristeza" y "asombro" tras la cancelación de la segunda función de su aclamado espectáculo de danza vertical Quasimodo-Esmeralda en el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle (TAC) de Valladolid.

La primera función se celebró el pasado 21 de mayo, pero el polémico descendimiento por la fachada de la iglesia de Santa María La Antigua llevó a su posterior cancelación.

Sin embargo, desde la compañía explican lo siguiente: "El 21 de mayo por la tarde, en plena preparación para nuestro espectáculo, la función fue cancelada y, sorprendentemente, solo autorizada 15 minutos antes de su inicio. A pesar de la incertidumbre, nos mantuvimos concentrados y nos preparamos. Finalmente, el espectáculo se llevó a cabo a las 20:15 horas, como estaba previsto, en la fachada de la iglesia de Santa María La Antigua en Valladolid".

La compañía destaca el "esfuerzo conjunto" de sus miembros, los equipos técnicos, la organización del festival y la parroquia para hacer posible la función. "Juntos, formamos una verdadera cordada humana, cuyo clímax fue compartir el espectáculo con el público", afirman.

Sin embargo, el 22 de mayo llegó la noticia de la cancelación de la segunda representación. Una decisión que, según Lézards Bleus, "nos dejó asombrados y profundamente entristecidos".

Lézards Bleus insiste en el rigor de su trabajo para esta recreación, que busca "poner en valor el patrimonio, respetando su entorno material y simbólico". La compañía subraya que su "metodología se basa en principios claros: respeto por los lugares, reversibilidad de las instalaciones y una profunda atención a la memoria del sitio y a quienes lo utilizan".

Y añaden: "Nuestras zapatillas son de goma blanca para no dejar huellas. No hay piezas metálicas en contacto con la piedra, no hay cables ni puntos de anclaje invasivos".

Acusaciones de "negligencia avanzada"

El comunicado de Lézards Bleus va más allá y habla de una iglesia en un estado de "negligencia avanzada". La compañía relata haber encontrado la iglesia en un "estado de negligencia avanzada", mencionando "tejas rotas, una gruesa capa de excrementos y cadáveres de palomas, renovaciones obsoletas a punto de caer, cadenas de campanas oxidadas, gárgolas obstruidas, un grafiti y proyectores sucios".

Ante este escenario, la compañía asegura que, "antes de que la morada de Quasimodo pudiera acoger el espectáculo, limpiamos, barrimos, despejamos, borramos, reparamos y protegimos".

Lézards Bleus lanza dos preguntas directas a sus críticos: "¿por qué no se desplazaron al lugar para verificar nuestras instalaciones de cuerdas?" y "¿cómo se nos puede acusar de negligencia cuando, al contrario, hemos cuidado el monumento?".

Pese a la polémica, la compañía reafirma su compromiso: "Lézards Bleus seguirá tejiendo lazos entre las piedras y los cuerpos, entre la memoria y el movimiento, entre el arte y los espectadores. Seguiremos bailando, haciendo cantar a los muros. ¡Y por qué no en Valladolid!", finaliza el comunicado.