Colocación del Calvario de las Tres Cruces en su nueva ubicación
El Calvario de las Tres Cruces ya descansa en su nuevo hogar: un montaje por los aires
Tras semanas de custodia y protección de las esculturas, estas se están colocando en su nueva ubicación definitiva.
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El Calvario de las Tres Cruces ya descansa en su nuevo hogar, tras un montaje donde han sido elevadas por una grúa especializada.
Uno de los símbolos patrimoniales más reconocibles de la ciudad, ya está siendo colocado en su nueva ubicación definitiva: el centro de la gran rotonda que transformará la intersección entre la avenida Cardenal Cisneros, Federico Cantero Villamil y Tres Cruces.
La operación de montaje ha comenzado este jueves, 28 de mayo, a manos de la misma empresa adjudicataria que, el pasado 13 de mayo, iniciaba los trabajos para su traslado temporal hasta terminar el nuevo pedestal donde quedarán instaladas.
Tras semanas de custodia y protección de las esculturas, la compañía ha iniciado la delicada tarea de devolverlas a la vía pública, aunque con una ligera variación en su emplazamiento: apenas unos metros de diferencia respecto a su anterior ubicación, como ya sucediera en los años 90 con una reubicación similar.
La nueva ubicación, en el corazón de una rotonda que sustituirá a uno de los cruces semafóricos más transitados de Zamora, forma parte del proyecto de humanización de las calzadas de Zamora impulsado por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
La intervención afecta al tramo urbano de la carretera ZA-20 y supone una transformación integral de la avenida Cardenal Cisneros, desde el inicio de Tres Cruces hasta el puente de Los Tres Árboles.
Con una inversión de casi diez millones de euros, las obras no solo buscan mejorar la fluidez del tráfico, sino también crear un entorno más amable para peatones y ciclistas, con 2,8 kilómetros de carril bici, glorietas en lugar de semáforos, zonas verdes renovadas y nuevos elementos urbanos.
Con su regreso, el Calvario de las Tres Cruces no solo recupera su papel protagonista en esta renovada entrada a Zamora, sino que también simboliza la convivencia entre memoria y modernidad.
El monumento, inaugurado en 1942, ha vivido ya varios traslados a lo largo de su historia. Pero en cada uno de ellos, ha sabido seguir siendo un referente para zamoranos y visitantes.
Ahora, elevado sobre su nuevo pedestal y rodeado por el tráfico de la ciudad que avanza, las Tres Cruces descansan, por fin, en su nuevo hogar.