
Marines estadounidenses del 3er Regimiento Litoral de la Infantería de Marina desplegaron por primera vez el Sistema Expedicionario de Interdicción de Buques (NMESIS) durante el ejercicio Balikatan 2025 en la isla de Batan, el 26 de abril. US Marine Corps
Estados Unidos despliega misiles antibuque en Filipinas para disuadir a China de un posible ataque sobre Taiwán
Washington ensaya una nueva estrategia con el apoyo de Manila mientras crecen las dudas políticas sobre el futuro de la alianza.
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Por primera vez, el Ejército estadounidense ha desplegado en Filipinas un sistema de misiles antibuque de corto alcance como parte de sus maniobras anuales con el país asiático, tal y como adelantó The Economist.
La llegada del sistema NMESIS (Navy Marine Expeditionary Ship Interdiction System) a la isla de Basco, en el estratégico archipiélago de Batanes, representa un giro táctico en la defensa de Taiwán frente a una eventual invasión china.
El ensayo se produjo a finales de abril y no pasó desapercibido para Pekín. Apenas días después, un grupo de combate de un portaaviones chino navegó a solo tres millas náuticas de las islas, en una clara muestra de fuerza.
Para el general filipino Michael Logico, director de los ejercicios, esta reacción confirma que han llamado la atención del gigante asiático: “Siempre lo veo como algo positivo. Significa que hicimos algo digno de su atención”.
La ubicación de Batanes es clave. Estas islas montañosas son el punto más cercano a Taiwán que EEUU puede ocupar desde territorio aliado.
Allí, los Marines ensayan por primera vez una estrategia basada en unidades pequeñas, móviles y difíciles de detectar. Su objetivo: disuadir a China generando incertidumbre.
El NMESIS, montado sobre una versión modificada y no tripulada del Humvee, puede camuflarse fácilmente en la vegetación.
Aunque no es el arma más potente de EEUU, su movilidad lo convierte en una amenaza real para cualquier intento de bloqueo o invasión china.
En un escenario de conflicto, podría utilizarse para atacar barcos chinos cerca de Taiwán, impidiendo su avance más allá de la “primera cadena de islas”, una línea estratégica que se extiende desde Japón hasta Borneo.
“La incertidumbre es enemiga de los planificadores militares chinos”, afirma T.X. Hammes, coronel retirado del National Defense University.
Y eso es precisamente lo que persigue el Pentágono: diseminar sus fuerzas por el Pacífico occidental para sobrevivir a un primer ataque y mantener capacidad de respuesta.
Pero la estrategia no está exenta de desafíos. Uno de los principales es evitar ser detectados por señales electromagnéticas, un riesgo que exige actualizaciones tecnológicas constantes.
Otro obstáculo es logístico: la movilidad de estas unidades depende aún de barcos anfibios antiguos y aviones C-130, dado que el nuevo buque rápido y ligero planeado para estos fines aún no se ha construido.
Además, hay dudas sobre si Batanes es el lugar idóneo. Aunque más cercano a Taiwán que Luzón, la isla más grande de Filipinas, su reducido tamaño podría facilitar la localización de los Marines por parte de China.
Hammes aboga por operar desde Luzón con misiles de mayor alcance, como los Tomahawk, que los Marines ya están probando sobre el mismo chasis del NMESIS.
El panorama político tampoco ofrece certezas. La estrategia estadounidense depende del acceso a territorio aliado y del apoyo de comunidades locales.
Y aunque EEUU sigue siendo popular entre los filipinos, muchos funcionarios locales del norte del país temen quedar atrapados en el fuego cruzado.
El presidente Ferdinand Marcos Jr., firme aliado de Washington, no podrá presentarse a la reelección en 2028.
La favorita para sucederle es la vicepresidenta Sara Duterte, hija del expresidente Rodrigo Duterte, quien redujo la cooperación militar con EEUU y se acercó a China durante su mandato.
Aunque ambos políticos rompieron relaciones tras asumir el poder, los intentos de Marcos de destituirla fracasaron en las elecciones de mitad de mandato del pasado 12 de mayo, donde no obtuvo la mayoría necesaria en el Senado.
Mientras, el expresidente Donald Trump, de regreso en la Casa Blanca, ha sido ambiguo sobre su compromiso con la defensa de Taiwán y de aliados como Filipinas.
Pero en el terreno, los Marines no pierden el foco: “Cuanto más lo practicamos, mejor lo hacemos”, afirmó el teniente general Michael Cederholm tras presenciar los ejercicios en Batanes.