La doctora Emorie D. Beck, psicóloga de la Universidad de California en Davis.

La doctora Emorie D. Beck, psicóloga de la Universidad de California en Davis.

Salud

Emorie Beck, psicóloga: "No hay nada malo en buscar la felicidad de modo diferente a los demás, no eres culpable de tu malestar"

"Hay personas que no hacen más que esperar lo próximo en su vida, ESO que finalmente va a hacerles felices. Pero nunca ocurre", explica la especialista.

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¿Cuál es el secreto de la felicidad? ¿Tiene que ver con alcanzar la armonía interior, o depende de factores externos como el empleo, la salud, las relaciones personales y las posesiones materiales? Un gran estudio publicado en Nature Human Behaviour apunta a que la respuesta es polifacética: lo que hace felices a las personas en su vida puede depender tanto de aspectos internos como exteriores, o puede provenir, en función de cada individuo particular, de algo completamente distinto.

La preocupación por lo que hace realmente felices a las personas es materia de investigación desde años, con iniciativas globales como el World Happiness Report que monitorizan por país el nivel de satisfacción con diversos aspectos la vida. "Debemos entender cuáles son las fuentes reales de la felicidad para saber cómo poder intervenir de forma eficaz", explica la doctora Emorie Beck, profesora de Psicología de la Universidad de California Davis y primera autora del trabajo.

"Quiero subrayar que no hay nada de malo en ninguna de las categorías por las que las personas buscan la felicidad", explica Beck a EL ESPAÑOL por correo electrónico. "Nadie tiene la 'culpa' de su malestar, es una realidad compleja y multifactorial. Incluso los más resilientes no lo son frente a todo, y los grandes eventos como la pandemia o las guerras han tenido un impacto acumulado sobre la percepción del bienestar a nivel global. Pero para quienes han alcanzado un alto nivel de seguridad y autonomía, esperamos empoderar y validar sus experiencias".

El trabajo identifica así dos modelos principales de felicidad. La perspectiva 'de abajo a arriba' sostiene que la felicidad procede de la satisfacción que nos brindan elementos como un trabajo satisfactorio, un nivel de vida desahogado y las relaciones personales satisfactorias. Esta es la medida que tienden a recoger las encuestas que registra el World Happiness Report, que sugiere que las políticas sociales como la mejora del salario mínimo o las medidas medioambientales hacen más por la felicidad general que los aspectos personales.

Sin embargo, apunta Beck, "todos hemos conocido personas que han sufrido eventos traumáticos en su vida, y aparentemente son felices". En base a las encuestas de población, los investigadores determinan que las diferencias de felicidad entre grupos solo se explican parcialmente por factores como la riqueza o la esperanza de vida. Esto les lleva a plantear otro tipo de perspectiva, la "de arriba a abajo", en la que la felicidad no depende de las circunstancias externas sino de las cualidades y actitudes personales.

Esta segunda teoría implica que podemos incrementar nuestros niveles de felicidad mejorando nuestro estado mental mediante técnicas como el mindfulness, la meditación, la terapia u otras intervenciones centradas en el bienestar. Además, se puede plantear un tercer modelo bidireccional, en el que las influencias "de abajo a arriba" y "de arriba a abajo" interactúan para generar una felicidad generalizada en el individuo.

Los investigadores del laboratorio de Beck evaluaron los niveles de felicidad de más de 40.000 participantes en diversas encuestas de satisfacción personal. Los estudios fueron realizados en Alemania, Reino Unido, Suiza, Países Bajos y Australia de forma repetida durante 30 años. Los aspectos a evaluar incluían la felicidad asociada con aspectos como la salud, los ingresos, el empleo, el hogar y las relaciones personales. También se midió su evolución con el tiempo.

"Para este estudio, no nos hemos centrado en factores sociales o culturales específicos", prosigue la especialista. "Sin embargo, no me sorprendería que la proporción de personas en cada categoría variase en función de los valores que cada sociedad asocia con 'vivir bien'. En Asia y América Latina, por ejemplo, es posible que los impactos 'de abajo a arriba' sean más intensos en lo referente a la familia y las relaciones. En EEUU, vemos diferencias sustanciales en la importancia que se asocia al nivel de vida, ya que la desigualdad económica y las redes de seguridad financiera son mayores".

"A grandes rasgos, se distinguen grupos repartidos a partir de cada patrón", prosigue Beck. "Algunos son 'de abajo a arriba' y otros 'de arriba a abajo', en el sentido de que los aspectos externos no afectan a su felicidad. Hay grupos bidireccionales, pero también los hay que no están claros". En este último grupo no se pudo conectar la satisfacción con factores exteriores y la felicidad interior, sugiriendo que había otros elementos -desde estructuras generales a eventos específicos- que resultaban mucho más importantes para el individuo que las influencias generales.

"El cuarto grupo es el más complicado de comprender", admite Beck. "Para muchos, su felicidad asociada a factores específicos acababa impactando a otros aspectos, pero en el cuarto grupo, no se apreciaba una relación real a lo largo del tiempo con su felicidad global". En cualquier caso, la psicóloga subraya que han podido demostrar que incluso dentro de las mismas categorías, cada persona muestra un amplio rango de variación. "Dos personas que no sean ni 'de arriba a abajo' ni 'de abajo a arriba' pueden diferir uno del otro de manera muy sustancial".

Estos hallazgos implican que medir el bienestar subjetivo de la sociedad no refleja realmente la experiencia de los individuos particulares. Para mejorar la felicidad, las políticas sociales no pueden centrarse únicamente en factores externos como la cobertura sanitaria o el acceso a la vivienda, sino también en cualidades individuales como la resiliencia psicológica y la necesidad de tener un sentido en la vida. Finalmente, las intervenciones deben ser individualizadas: "Estos factores se tratan de forma separada, pero se retroalimentan a nivel personal", declara Beck.

¿Conocer en qué categoría estamos puede ayudarnos a ser más felices? "Conozco personas que no hacen más que esperar lo próximo en su vida, ESO que finalmente va a hacerles felices. Pero nunca ocurre", reflexiona. "Estas personas esperan cambiar su felicidad 'de abajo a arriba', pero en realidad su felicidad depende de factores intrísecos. También conozco personas que saltan constantemente de una tendencia de autoayuda a la siguiente sin que nada funcione. Probablemente se trata de alguien que está tratando de cambiar su felicidad 'de arriba a abajo', pero le convendría mejor la dirección contraria".

"Si frenamos un poco y tratamos de identificar los patrones en nuestra propia vida, la mayoría de nosotros deberíamos ser capaces de identificar cuál de estos patrones nos conviene más", añade. "Si los cambios en aspectos de tu vida (cambio de trabajo, mudanzas, etc...) suponen un amplio impacto en tu felicidad general, probablemente seas 'de abajo a arriba'. Si la psicoterapia, la meditación u otras actividades que modulan cómo piensas y cómo te sientes contigo mismo te aportan felicidad, probablemente seas 'de arriba a abajo'. Si ambas son importantes, eres bidireccional. Y si no te identificas con ninguna, entonces es que hay algo más".