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El plato típico de Galicia que arrasa en invierno: con solo 5 ingredientes y rico en fibra y proteínas
No todo el caldo que se hace en Galicia es "caldo gallego".
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Si hay un plato gallego que triunfe siempre en los días de frío, sin duda, es el caldo. El caldo gallego se ha ganado la fama de alimento reconfortante más allá de Piedrafita y es, junto con la empanada, el pulpo y el lacón con grelos, uno de los platos más célebres de la cocina gallega.
Pero no todo el caldo que se hace en Galicia es el caldo de grelos en el que muchos piensan cuando se habla de "caldo gallego". En muchas ocasiones, los grelos les ceden el puesto al repollo, la berza o, como en la receta de hoy, a la calabaza.
La cocina gallega más popular siempre se ha caracterizado por ser una cocina de temporada y de proximidad, una cocina que aprovecha lo que dan la tierra y el mar para elaborar platos reconfortantes que no enmascaran los productos. Así pues, cuando hay calabazas, se hace caldo de calabazas.
Una receta con menos fama, pero igual de rica
Tradicionalmente, el caldo de calabaza o "caldo de calacú" se prepara con patatas, calabaza, alubias y algo de carne de cerdo salada, como costilla, espinazos o algún trozo de panceta carnosa.
Salar los huesos y algunos cortes del cerdo después de la matanza es una forma de conservar la carne durante meses que se ha usado siempre en Galicia y que sigue usándose a día de hoy, pues con esas piezas, convenientemente desaladas, se consiguen caldos muy sabrosos.
La elaboración de este caldo de calabaza tradicional es similar a la del caldo gallego, la noche anterior se ponen a remojo las alubias y, en otro recipiente, las carnes para que se desalen.
Al día siguiente, se cuecen las alubias con la carne hasta que casi estén tiernas y, a falta de unos 25 minutos, se añaden las patatas y la calabaza cortadas en trozos. El resultado es un plato sabroso, saciante, nutritivo y económico, perfecto para días de frío y para quienes vayan a realizar una actividad física intensa.
Una versión más rápida y ligera para cenar
Para los antojos de última hora, cuando no he puesto a remojar alubias y no me apetece algo tan contundente para la cena, pero sí igual de reconfortante, me gusta 'tunear' un poco la receta para hacerla más ligera y más rápida de hacer.
Cambio parte de las patatas por guisantes, que aportan más fibra y proteínas y menos carbohidratos, cambio la carne de cerdo por pechuga de pollo y un caldo casero para no perder sabor y utilizo alubias de bote ya cocidas. Con estas modificaciones, consigo una cena saciante y nutritiva, pero mucho menos pesada y en poco más de 20 minutos.
Ingredientes para hacer caldo de calabaza
- Pechuga de pollo, 250 g
- Patatas, 250 g
- Guisantes, 400 g (pueden ser congelados)
- Calabaza, 800 g
- Alubias cocidas, 300 g
- Caldo de pollo, 1 litro
- Sal, al gusto
- Pimienta recién molida, opcional
Paso 1
Cortamos la pechuga de pollo en trozos medianos y los sazonamos ligeramente. Pelamos las patatas y la calabaza y las troceamos en cubos uniformes para asegurarnos de que la cocción sea homogénea.
Paso 2
En una olla grande, ponemos el caldo de pollo y lo llevamos a ebullición a fuego medio-alto.
Paso 3
Incorporamos las patatas y cocemos durante aproximadamente 5 minutos, hasta que comiencen a ablandarse, pero sin llegar a deshacerse.
Paso 4
Añadimos la calabaza y los guisantes, mezclamos bien y continuamos la cocción a fuego medio hasta que las verduras estén tiernas, pero conservando su forma.
Paso 5
Escurrimos y enjuagamos las alubias. A continuación, las incorporamos a la olla junto con los trozos de pollo y dejamos cocinar durante unos 5 minutos más, asegurándonos de que el pollo esté completamente cocido y todos los ingredientes bien integrados. El tiempo necesario dependerá del tamaño que tengan los trozos de pollo, pero es recomendable prestar atención ya que la pechuga de pollo es una carne magra que, si se pasa de cocción, quedará muy seca.
Paso 6
Probamos nuestro caldo de calabaza y ajustamos el punto de sal si fuera necesario.
Paso 7
Apagamos el fuego y dejamos reposar el caldo durante unos minutos antes de servir para que los sabores se asienten.
Paso 8
Servimos el caldo de calabaza caliente. Opcionalmente, podemos espolvorear con unas vueltas de pimienta negra sobre cada plato. Aunque no es algo tradicional, le dará un punto muy interesante al plato.