
Hombre haciendo ejercicio en un gimnasio
Deporte y calvicie: así es cómo puede afectar el ejercicio físico a tu salud capilar
Hábitos como una dieta desequilibrada, el abuso de suplementos o el estrés pueden influir negativamente en la caída del cabello.
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La práctica regular de ejercicio físico está ampliamente asociada con una vida saludable, un cuerpo fuerte y una mente equilibrada. Sin embargo, en los últimos tiempos ha comenzado a surgir una inquietud entre los más deportistas: ¿Puede afectar negativamente el deporte a la salud capilar?
Esta cuestión ha cobrado relevancia en ámbitos tanto médicos como estéticos, especialmente entre quienes combinan un entrenamiento intensivo con el consumo habitual de suplementos deportivos.
Desde Hospital Capilar, centro especializado en salud capilar, explican que no existe una relación directa entre hacer deporte y la caída del cabello, pero sí señalan que ciertos factores derivados del estilo de vida deportivo pueden influir en la salud del pelo.
El peligro de superar los límites
El ejercicio físico tiene múltiples beneficios para el organismo. Entre ellos, la mejora de la circulación sanguínea, que también favorece la salud del cuero cabelludo.
Un cuerpo más activo y con una buena oxigenación permite una mejor llegada de nutrientes a los folículos pilosos, lo que, en teoría, fortalece el crecimiento del cabello.
No obstante, como advierte la doctora Mª del Carmen Soto, especialista de Hospital Capilar, "otros factores como la alimentación y el estrés sí son más determinantes".
Según sus palabras, un exceso de ejercicio sin acompañamiento de una nutrición adecuada ni descanso suficiente puede traducirse en un aumento del estrés fisiológico, lo que podría afectar negativamente a la salud del cabello.
De hecho, esta sobrecarga de exigencia física puede disparar niveles de cortisol, la hormona del estrés, que se ha vinculado en numerosos estudios con la caída anormal del cabello, especialmente cuando se mantiene elevada en el tiempo.

Imagen de archivo de dos personas en el gimnasio
El papel de los suplementos
Otro punto importante es la suplementación deportiva, muy habitual entre quienes buscan un mejor rendimiento físico.
Productos como proteínas en polvo, multivitamínicos o complementos con aminoácidos forman parte de la rutina de muchos deportistas, pero su uso no siempre es inocuo para la salud capilar.
Desde Hospital Capilar señalan que el consumo moderado de proteínas en polvo no afecta negativamente al cabello.
Sin embargo, un abuso de estos productos o una dieta desequilibrada sí pueden derivar en alteraciones del organismo que se reflejen también en el cuero cabelludo.
En palabras de la doctora Soto, "un exceso de proteínas puede sobrecargar los riñones y alterar el equilibrio de nutrientes, lo que a su vez puede afectar a la caída del cabello, haciéndolo más débil o propenso a caerse".
En el caso de los multivitamínicos, la advertencia es similar: tomar vitaminas en exceso puede ser contraproducente.
Algunos suplementos contienen minerales y compuestos en dosis elevadas que, lejos de ser beneficiosos, pueden causar desequilibrios perjudiciales, como niveles elevados de hierro, vitamina A o selenio, todos ellos asociados a trastornos capilares si se ingieren sin control.

Cómo evitar la caída
Ante este panorama, cabe preguntarse si existe una forma de proteger el cabello sin renunciar al rendimiento físico. La doctora Soto lo deja claro: sí es posible, siempre que se adopten ciertos hábitos saludables y se cuente con asesoramiento médico adecuado.
"Es posible proteger la salud capilar sin renunciar al rendimiento deportivo. Para ello, es importante mantener una dieta equilibrada, hidratarse bien, evitar excesos de suplementos, reducir el estrés y descansar lo suficiente", recalca la especialista.
Además, se recomienda diferenciar entre una caída fisiológica del cabello y una inducida por suplementación hormonal o desequilibrios nutricionales.
La primera suele darse de forma estacional o por ciclos naturales, mientras que la segunda se caracteriza por ser más intensa, persistente y repentina.
Por tanto, consultar con un especialista es clave para determinar el origen del problema y tomar medidas a tiempo.
Esto incluye ajustar la suplementación que se esté tomando, valorar analíticas para detectar déficits o excesos, y revisar tanto el plan de entrenamiento como los hábitos de descanso y alimentación.
El mensaje final es claro: hacer deporte no provoca calvicie, pero un estilo de vida mal planificado, con exceso de entrenamiento, suplementos sin control y poco descanso, puede pasar factura al cabello.
En un contexto donde cada vez más personas se preocupan por su imagen, y donde la exigencia física se convierte en rutina, el equilibrio entre ejercicio, alimentación, descanso y control médico es la mejor fórmula para mantener tanto el cuerpo como el cabello en plena forma.
Contar con información fiable y el apoyo de especialistas es fundamental para tomar decisiones conscientes.
Y si hay duda, lo mejor siempre será preguntar a un profesional antes de empezar cualquier tratamiento o suplemento. Así, tanto la forma física como la melena pueden convivir en armonía.