Felipe Sacristán, mecánico.

Felipe Sacristán, mecánico.

Motor

Felipe Sacristán, mecánico: "No siempre los talleres engañan, son cosas que pueden pasar"

Este experto muestra en uno de sus vídeos publicados en Facebook una de las situaciones más comunes en los talleres. 

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En uno de sus ya habituales vídeos publicados en Facebook, el mecánico e influencer automovilístico Felipe Sacristán lanza una advertencia tan clara como contundente: "¿Cuántas veces entras al taller por una avería de 200 euros y sales con una factura de 1.000 euros?".

No se trata de una exageración sensacionalista. Sacristán, con su estilo didáctico y cercano, ilustra con un caso real cómo una simple pérdida de refrigerante puede derivar en una intervención mucho más compleja y costosa de lo previsto.

El vídeo comienza con un saludo informal, "hola, buenas tardes", que rápidamente da paso al meollo del asunto.

El coche en cuestión ingresó al taller con una pérdida de refrigerante provocada por una brida (una abrazadera defectuosa).

En principio, el problema parecía menor. Pero, como explica el mecánico madrileño, "para quitar esta brida hay que quitar el colector de admisión", lo que implica desmontar una parte sensible del motor. 

Al acceder al colector, y tras proceder a su limpieza con cáscara de nuez —una técnica no invasiva que permite retirar residuos sin desmontar la culata—, halla un panorama poco alentador.

"Nos hemos encontrado con estas chapaletas juntas, aparte de llenas de mierda, y que les faltan varias piezas", sentencia.

De hecho, algunas estaban "hechas añicos" y otras directamente desaparecidas. El deterioro, por lo tanto, obliga a sustituir tanto la junta como la tapa de balancines y la tornillería completa.

Sacristán no esconde la crudeza del diagnóstico: lo que inicialmente era una reparación relativamente sencilla se convierte en una intervención a fondo del sistema de admisión.

El cliente, cuenta el mecánico, ha tenido que aceptar además la limpieza interna de la culata para evitar desmontajes mayores. Todo ello, con el fin de asegurar que el motor no solo quede operativo, sino en óptimas condiciones.

Este tipo de situaciones no son aisladas. "Muchas veces hay que entender que eso nos puede ocurrir", insiste el especialista.

Lo que subyace en su mensaje es una llamada a la comprensión y la empatía hacia el trabajo de los mecánicos.

Aunque a menudo el cliente pueda pensar que le están "metiendo mano a la cartera", lo cierto es que una avería puede revelar otras más profundas hasta que se accede al corazón del motor.

Según Sacristán, este tipo de diagnósticos tardíos no son fruto de la improvisación ni del oportunismo comercial.

La realidad mecánica es que ciertos daños solo se detectan una vez desmontadas piezas clave. En este caso, el desmontaje del colector dejó al descubierto un sistema de admisión en estado crítico, cuyo arreglo no podía posponerse.

El vídeo ha despertado reacciones diversas en redes sociales. Algunos usuarios agradecen la transparencia del mecánico, mientras otros se quejan de una industria en la que, según dicen, "nunca sabes lo que te vas a encontrar en el taller".

Frente al escepticismo habitual hacia los talleres, profesionales como él reivindican su oficio con hechos: grabaciones claras, piezas rotas expuestas en cámara y explicaciones comprensibles para cualquier conductor.

"La factura será diferente", reconoce Sacristán, "pero muchas veces hay que entenderlo". Un recordatorio de que bajo el capó, lo barato, más veces de las que quisiéramos, sale caro.