Fotograma de 'The Sleeper. El Caravaggio perdido'.

Fotograma de 'The Sleeper. El Caravaggio perdido'.

Cine

La historia del 'Ecce Homo', un puro 'thriller' fincheriano: "Si Caravaggio hubiese tenido cámara, habría sido cineasta"

Álvaro Longoria reconstruye en un documental el periplo del famoso cuadro, hallado en España y codiciado por el mercado del arte mundial, cuyo destino final todavía se desconoce.

Más información: Caravaggio, el "macarra del Barroco", regresa a Roma siglos después con la mayor exposición sobre su obra

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Si ya de por sí la vida de Caravaggio da para un thriller, la historia de su Ecce Homo perdido y recuperado en una subasta madrileña en 2021 podría dar para varios. Lo que empezó siendo uno de los grandes hallazgos en el mundo del arte de los últimos tiempos pronto se convirtió en un puzle detectivesco, con tantos claroscuros como la propia vida del pintor.

Álvaro Longoria, que ya se había adentrado en las complejidades del Sáhara Occidental y en Corea del Norte con los documentales Hijos de las nubes: la última colonia (2012) y The Propaganda Game (2015), llevaba tiempo queriendo sumergirse en otro mundo prácticamente igual de hermético: el del negocio del arte.

El cineasta, familiar lejano del pintor valenciano Ignacio Pinazo Camarlench, buscaba comprender la volatilidad del valor artístico, cómo algunos nombres pasan del éxito a la desaparición en cuestión de décadas, tal y como le ocurrió a su tatarabuelo. No es el caso de Michelangelo Merisi, más estrella del rock que pintor al uso, cuyas obras perdidas están entre las más codiciadas por los marchantes de arte.

Entablar relación con uno de ellos, Jorge Coll, director de la famosa galería de antigüedades Colnaghi,  quien finalmente consiguió custodiar el Ecce Homo junto a Filippo Benappi (Benappi Fine Art) y Andrea Lullo (Lullo Pampoulides), fue el motivo para finalmente llevar a cabo The Sleeper. El Caravaggio perdido, documental que recorre el periplo del cuadro desde el salón de casa de la familia Pérez de Castro hasta su exposición temporal en el Museo del Prado que finalizó el pasado mes de febrero. 

La película, que se estrena este martes 13 de mayo, ha sido rodada durante los tres años que ha durado este complejo proceso que comenzó cuando se supo que se vendía en la casa de subastas Ansorena un lienzo de Caravaggio, primero erróneamente atribuido a José Ribera, con un precio de salida de 1.500 euros.

Fue el Ministerio de Cultura, avisado por el Museo del Prado, quien paralizó la venta en el último momento y, posteriormente, blindó su exportación al declararlo Bien de Interés Cultural (BIC). El ministerio no quiso comprar el cuadro y, finalmente, fue vendido por 35 millones a un coleccionista británico, de identidad desconocida. 

Desde el principio, este Ecce Homo se convirtió en un sleeper, uno de esos cuadros perdidos que espera a ser "despertado" —aunque cazado sería un término más apropiado— por los dealers de arte. "Todo el mundo quiere tener un Caravaggio si vale 300 millones, pero era un pintor super copiado y no tenía taller, entonces hay muy pocos caravaggios que se puedan decir que lo sean de verdad", señala Longoria a El Cultural. 

De hecho, "hay muchísimas obras perdidas suyas y todo el rato aparecen nuevas. A mí, en estos tres años, me han llamado para ir a ver uno a la catedral de Toledo (San Juan en el desierto) y otros en Italia", cuenta el cineasta, quien estuvo dispuesto a incluir en el documental el lienzo toledano hasta que se supo que no era original.

Longoria fue testigo en primera persona de la aventura del Ecce Homo, pudiendo "entrar al otro lado del espejo" y grabar a tiempo real las primeras reuniones entre los marchantes de arte y los dueños del cuadro. Teniendo en cuenta que, hasta el momento, la familia Pérez de Castro había rehusado dar declaraciones públicas sobre el tema, no era obvio que quisieran participar en el documental. 

"Fue todo una cuestión de confianza. Yo no soy periodista, pero me parecía importante que contaran su versión de la historia, porque si no siempre se va a construir desde otro punto de vista", asegura el cineasta.

El fundador de Morena Films y productor de películas como Campeones, lejos de querer "hacer sangre" sobre un tema todavía delicado, buscaba hacer una película de aventuras, al nivel de El secreto de Thomas Crown (1999), y así se lo transmitió a sus dos guionistas, Ana Barcos Artacho y Marisa Lafuente, quienes le ayudaron a destilar la historia y hacer un thriller basado en hecho reales.  

Otra de las grandes influencias del documental es el universo frío y meticuloso de David Fincher (Seven, Zodiac, Perdida, El club de la lucha). "Claramente Fincher era un referente a nivel formal y musical, pero creo que Fincher también está inspirado en Caravaggio", apunta Longoria.

"El claroscuro de Caravaggio, esa historia de la iluminación parcial, que las cosas aparezcan en blanco y negro, no solo viene del modelo thriller, sino también del propio pintor. Caravaggio es el gran referente de los directores de cine modernos. Si hubiese tenido una cámara, habría sido cineasta". 

Aunque el documental se ve principalmente desde el punto de vista de Coll, Longoria también cuenta el tira y afloja de la historia a través de testimonios de periodistas, historiadores del arte y directores de museos.

Grabado entre Italia, Madrid y Londres, vemos a Raffaella Besta, directora del museo Palazzo Bianco de Génova, decepcionada ante su eccehomo, hasta hace muy poco verdadero, pero que ha pasado a ser falso tras el descubrimiento del lienzo madrileño"No sé qué ha pasado con ese cuadro, si sigue o no  atribuido a Caravaggio en la placa", apunta Longoria. 

También a expertos en la obra del maestro milanés como María Cristina Terzaghi, Nicola Spinosa, Antonio Vannugli y Keith Christiansen debatir sobre la verdadera atribución del cuadro y sacar a relucir sus diferencias con los dealers de arte. "La búsqueda de la verdad es lenta, pero el mercado tiene prisa, quiere ganar dinero, y no puede esperar", lamenta Spinosa en un momento del filme.

Y recoge las protestas de los marchantes y los familiares, al pasar de poder obtener más de 300 millones por ese cuadro familiar que llevaba tanto tiempo colgado en su salón a tener que conformarse con un precio considerablemente menor, al no poder exportar el cuadro fuera de España.

"Esto evita que el mercado del arte fluya, por eso no hay mercado en España e Italia, en comparación con París o Londres ", afirma el dueño de Colnaghi. "Puede ser que haya una estrategia por parte del Gobierno de España para reducir el precio del cuadro", aventura una de las herederas del cuadro. 

Longoria también retoma en el filme aquella inquietud inicial que lo llevó a este proyecto, mostrar cómo funciona el mercado de arte antiguo. "Lo que está claro es que necesita de las estrellas del rock y Caravaggio es una de ellas. Se ha generado una especie de dicotomía entre pintores antiguos de una calidad increíble que tienen un valor prácticamente nulo y las estrellas que tienen un valor infinito. Si se hubiese podido vender, este caravaggio podría haber sido el cuadro más caro de la historia". El último fue el Salvator Mundi de Leonardo, otro rockstar, por el que se pagaron 450 millones de dólares en 2017.

El documental, cuyo estreno coincide con una de las mayores exposiciones dedicadas al pintor en Roma, termina con la muestra temporal Caravaggio: El Ecce Homo desvelado que el Prado dedicó al lienzo. Este ha sido cedido a la capital italiana con motivo de esa gran exposición, pero por ley deberá regresar a España en julio, una vez concluida. 

¿Volverá entonces el cuadro al Museo del Prado? "Es una gran pregunta, la historia no ha terminado. Es otra de las cosas sorprendentes de todo esto. ¿Cómo es posible que no se sepa ya? Imagino que habrá gente que lo sepa, pero yo no lo sé", zanja Longoria.