El poeta Víctor Herrero de Miguel. Foto: Pre-textos

El poeta Víctor Herrero de Miguel. Foto: Pre-textos

Poesía

'Las sílabas del cielo', de Víctor Herrero de Miguel: la bendita levedad de la vida corriente

En su tercer poemario, el fraile franciscano y profesor de literatura bíblica reúne unos versos cercanos, claros, directos y siempre con el amor y la humildad como telón de fondo.

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Publicada

Hace apenas dos años que Víctor Herrero de Miguel (Salamanca, 1980), fraile franciscano, profesor de literatura bíblica y ensayista, se dio a conocer como poeta.

Portada de 'Las sílabas del cielo', de Víctor Herrero de Miguel.

Portada de 'Las sílabas del cielo', de Víctor Herrero de Miguel.

Las sílabas del cielo

Víctor Herrero de Miguel

Pre-Textos, 2025. 72 páginas. 14 €

Desde entonces ha publicado La balanza, Lo que busca la abeja y Las sílabas del cielo. Esa proximidad intensifica la armonía de estas entregas que semejan partes de un mismo libro.

En plena coherencia con su credo religioso (esto es, moral), escribe una poesía cercana, clara y directa. De la humildad y la sencillez. Leve, diría. Franciscana, por encima de todo. De la pobreza, en su más noble y alto sentido: "Vivir es aprender a despojarse / […] / y lentamente hacer /refugio luminoso la intemperie".

Se inspira en la vida corriente. "Es bueno someterse a lo real", recuerda. Canta con naturalidad "la aventura infinita de lo simple". Con amor: "Amar es caminar sobre las aguas". "Vuestro es el mundo: amad". A todas las criaturas, humanas o no. Los pájaros, por ejemplo (de nuevo Francesco): estorninos, alondras… Y las flores: un jardín son tres macetas y él, "feliz con las manos en la tierra".

Amor también a la madre, "esa luz compasiva", a cuya enfermedad y muerte dedicó por entero La balanza y aquí varios poemas emocionantes: "Y tus ojos", "En esos días", "Más días"…

Compone cada uno (ese "don") con las palabras justas. Es "el que calla y contempla". Y espera. "Cuando hablo sólo quiero / que quien me escuche sienta / la música temblando en la materia".

"Qué extraña plenitud haber nacido", proclama quien parece empeñado en levantar "un himno vertical a la alegría". Porque, y cita a Simone Weil, "es preciso haber tenido con el gozo la revelación de la realidad para encontrar la realidad en el sufrimiento".

Su poesía bien podría ser "la claridad abriéndose camino / y delicadamente conquistando / el reino de las sombras". Una bendición.