El expresidente catalán Carles Puigdemont.

El expresidente catalán Carles Puigdemont.

Política

Moncloa cuela el catalán en las Escuelas Europeas como 'lengua nacional' para convencer a la UE de que lo haga idioma oficial

La medida supone un avance político pero no jurídico, ya que no implica que el catalán sea oficial en Bruselas. El PP denuncia que el Gobierno "vende como logro al independentismo algo que nace condenado al fracaso".

Más información: Nueva cesión de Sánchez a Junts: el catalán se impartirá en las Escuelas Europeas y el Gobierno asumirá los gastos

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Pedro Sánchez ha logrado que el catalán sea aceptado como Otra Lengua Nacional en las Escuelas Europeas, lo que significa que a partir del próximo curso este idioma se impartirá en estos centros educativos, donde estudian los hijos de eurodiputados, comisarios, diplomáticos y funcionarios de la UE.

El Gobierno, a través de una nota del Ministerio de Exteriores, se ha "felicitado" por la decisión al asegurar que "este acuerdo es un ejemplo más de los resultados del trabajo del Gobierno de España para promover el uso y reconocimiento en la UE de las lenguas oficiales españolas". 

El acuerdo supone un nuevo paso en la estrategia del PSOE para convencer a la Unión Europea de que el catalán sea oficial en Bruselas, uno de los compromisos adquiridos por los socialistas con Junts para la investidura de Sánchez en 2023.

En cualquier caso, se trata de un avance político y simbólico pero no jurídico. Porque la Comisión Europea ya ha advertido de que esta medida no implica que los Veintisiete ya estén de acuerdo con convertir el catalán en lengua oficial dentro de la UE. Esa decisión la ha tomado únicamente el órgano de gobierno de las Escuelas Europeas, que es independiente y no representa a todos los Estados miembros.

Para que el catalán sea oficial en las instituciones europeas debe modificarse el reglamento de lenguas comunitarias, y esa reforma ha de ser acordada por unanimidad de los Veintisiete. Por el momento, varios países ya han mostrado sus reservas con esta propuesta.

Además, Bruselas se ha desentendido de la financiación de este proyecto, porque la implantación del catalán en las Escuelas Europeas se hará sin apoyo económico comunitario. Tal y como avanzó este periódico, será el Gobierno español, a través del Ministerio de Educación, quien asuma todos los gastos que conlleva esta iniciativa, aunque por el momento no se han ofrecido cifras del alcance que tendría el proyecto, ni en número de alumnos ni a nivel presupuestario.

Presión a la UE

Junts sigue reclamando la oficialidad del catalán en la UE como uno de los asuntos pendientes de resolución. El Gobierno, para tratar de justificar por qué no cumple con este compromiso, siempre explica a Puigdemont que se trata de una materia con unos plazos de cumplimiento muy lentos.

Durante el semestre en que España ejerció la presidencia de turno del Consejo de la UE, el Gobierno aprovechó para incluir la oficialidad del catalán, euskera y gallego en el orden del día de varias reuniones de ministros de Asuntos Generales de la UE, y defendió la especificidad del caso español con tres lenguas regionales cooficiales, planteó una aplicación gradual, empezando por el catalán, y se ofreció a asumir los costes.

En ese largo camino, sin un calendario concreto, Moncloa trata ahora de cargarse de argumentos políticos para presionar y persuadir al resto de Estados miembros, haciéndoles ver que el catalán ya es oficial en varias instituciones, como por ejemplo el Congreso de los Diputados, donde su uso ya está permitido, y ahora en las Escuelas Oficiales.

Para el Gobierno, la clave está en el nuevo estatus de Otra Lengua Nacional, una categoría que tendrá ahora el catalán en las Escuelas Europeas. Se trata de una figura lingüística hasta ahora reservada para idiomas como el gaélico o el maltés, que sí tienen reconocimiento jurídico como lenguas nacionales en sus respectivos países.

Pero la Constitución Española es clara: solo el castellano es lengua oficial del Estado, y ni el catalán, ni el euskera ni el gallego aparecen en el texto como lenguas nacionales, aunque sí gozan de cooficialidad en sus respectivas comunidades autónomas.

Sin embargo, el reconocimiento del catalán como Otra Lengua Nacional no cambia el estatus de idioma en la UE. Sólo sirve a Sánchez para construir una narrativa de avance hacia su objetivo pactado con el independentismo, ya que la falta de apoyo institucional y económico de los países europeos pone en duda su viabilidad real.

Entretanto, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha pedido varias veces a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, que se permita el uso del catalán, gallego y euskera en los plenos de la Eurocámara, siguiendo el ejemplo de otros acuerdos administrativos que España ya tiene con otras instituciones comunitarias como la Comisión Europea o el Comité de las Regiones de la UE. En este caso, un grupo de trabajo de la Mesa está analizando la petición por encargo de Metsola, aunque no hay un calendario establecido para concluir el proceso.

"Una vergüenza"

Desde el Partido Popular, la eurodiputada Dolors Montserrat ha denunciado que el Gobierno "vende como logro al independentismo algo que nace condenado al fracaso", y acusa a Sánchez de "desplegar toda su maquinaria diplomática" para contentar a los socios que lo sostienen, mientras otros asuntos como la guerra comercial quedan relegados.

Por su parte, Vox considera "una vergüenza" que las instituciones europeas avalen lo que califican como una nueva cesión al separatismo, que será pagada íntegramente por los españoles. 

Ambas formaciones coinciden en criticar que se utilice el término "lengua nacional" para referirse al catalán. Aseguran que es una falsedad jurídica, ya que el estatus del catalán no puede equipararse al de lenguas oficiales en todo el territorio de sus respectivos países, como ocurre con el maltés o el gaélico.

Escuelas Europeas

Las Escuelas Europeas son centros donde estudian los hijos de eurodiputados, comisarios, diplomáticos y funcionarios de la UE. Ofrecen una educación que abarca todos los niveles, desde Infantil a Bachillerato.

La primera se creó en 1953 en Luxemburgo con el objetivo de facilitar la conciliación laboral del personal que trabaja en las instituciones europeas. A día de hoy, existen 13 Escuelas Europeas originales: cinco en Bélgica (cuatro en Bruselas y una en Mol), tres en Alemania (Karlsruhe, Múnich y Fráncfort), dos en Luxemburgo, una en Países Bajos (Bergen), Italia (Varese) y España (Alicante, sede de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE).

Estos centros tratan de ofrecer la educación en la lengua materna de los estudiantes, que se dividen en secciones lingüísticas, siempre que se alcance un número mínimo de esos estudiantes. Los idiomas que ofertan estos centros son el alemán, el castellano, el danés, el francés, el griego, el inglés, el italiano, el neerlandés y el portugués.